La imagen de una ciudad lo es todo, sobre todo si vive del turismo. No sólo se trata sólo de preservar el patrimonio histórico, de ponerlo en valor como un recurso cultural y económico, también sirve para reforzar la identidad y la calidad de vida de sus habitantes. La rehabilitación de edificios, la recuperación de edificios históricos debería ser una de las áreas más importantes, con los recursos necesarios para emprender los proyectos que sean necesarios. Para una localidad como El Puerto de Santa María, es un aspecto que ha sido imprudentemente descuidado.

La preservación de los edificios históricos en el centro de las ciudades, un elemento fundamental que pertenece a la historia de la ciudad, a sus tradiciones y a sus habitantes, es un legado para las futuras generaciones. Además, supone una significativa fuente de ingresos para la ciudad, los turistas que acuden a disfrutar del patrimonio heredado.

En el centro histórico de El Puerto de Santa María abundan, por desgracia, la presencia de casas-palacios, inmuebles o solares abandonados o que intensifica para quienes pasean por su lado la sensación de desinterés, desidia y abandono de las autoridades municipales. Deja una percepción que invita al visitante a no volver a visitar nuestra localidad, sintiéndose atraido por otras que han tenido más sensibilidad en estos asuntos.

Dependiendo de su valor histórico, bien podrían volver a tener una segunda vída no sólo como sede de organismos municipales, podrían también ser usados como sedes de museos, exposiciones temporales o permanentes, centros de salud, bibliotecas, centros de estudio e investigación o, por qué no, servir de nuevo de viviendas particulares para familias, lo que impulsaría la repoblación de un centro ya bastante despoblado. Estos nuevos residentes, por sus necesidades obvias de servicios, impulsarían el empleo a través de nuevas iniciativas emprendedoras o empresas que decidieran reinstalarse en la zona.

Algunos palacetes se han recuperado como sedes de oficinas municipales o autonómicas, muy pocos realmente, pero otros, objetos de una mala planificación, literalmente han sido parcialmente derribados o, literalmente, se están callendo a pedazos. Todos conocemos algún ejemplo de edificios que se encuentran en ésta situación tan desafortunada.

El abandono no sólo supone una perdida irreparable de nuestra cultura, nuestra propia o nuestra identidad. Estos edificios abandonados también son presa del vandalismo o de los llamados ocupas que, sin ningún respeto por el lugar que ilegalmente ocupan, destrozan todo lo que se pone en su camino, dejándolo en un estado lamentable. Además, la falta de mantenimiento, además de un riesgo real de derrumbe, afectará, sin duda, a la calidad de vida de los vecinos y la generación de plagas de insectos y alimañas nocivas.

Para recuperación del centro de El Puerto de Santa María se creo un plan llamado peprichye que da la impresión que no acabará de aplicarse nunca, haciendo que los objetivos que se propusieron solucionar ya habrán quedado obsoletos. La gestión de este proyecto acaban diluyéndose en discursiones vacías de políticos que, da la impresión que no tienen ningún interés de ponerlo en práctica. No parece haber voluntad de llevarlo a cabo, responsabilizandose unos a otros de éste fracaso.

¿Serviría de idea poner en mano de la empresa privada la recuperación de éstos edificios, sin que pierdan el estilo propio de El Puerto y ponerlos de nuevo en uso?. Reactivar la actividad de las empresas, de los autónomos, devolverle al centro una población que hace tiempo dejó de vivir allí. Cualquier propuesta o proyecto que fuera viable y tuviera como fin la rehabilitación del casco histórico merecería la pena considerarlo.
El Puerto de Santa María tiene mucho que ofrecer. La ciudad de los cien palacios tiene un patrimonio material e inmaterial envidiable. No debemos conformarnos con lo que va quedando, debemos ser exigentes y evitar que se pierda este rico legado. Su valor va más alla del simple cultura, alcanza también aspectos económicos y sociales.
Manuel
septiembre 25, 2019 at 1:45 pmEso es algo de lo mucho del abandono, los propietarios deben de ser responsables de sus inmuebles y el ayuntamiento obligarles a que lo sean. Tengo ganas de ver algún día el monasterio de la victoria con luz. Así es como se realza lo poco que hay.
Lola Castillo Muñoz
septiembre 29, 2019 at 8:51 pmEl Puerto de Santa Maria la ciudad de los cien Palacios es una grandísima pena que se estén cayendo a pedazos y no se restauren los dueños de esos Palacios si no lo restauran que lo cedan para patrimonio del Puerto que se pueden hacer visitas culturales como se hacen en otras tantisimas ciudades y se recauda dinero para poder seguir arreglando lo demas mirar Córdoba con sus patios la cantidad de turismo Málaga el caminito del Rey y así tantísimos pueblos y ciudades con lo que tienen no paran de hacer su publicidad y asi atraer al turismo si todos los pueblos y ciudades lo restauran porque El Puerto de Santa Maria no ????