Al igual que la panacea cervantína del bálsamo de fierabrás, aquellos remedios de los libros de caballería medievales que prometían la cura de cualquier mal, el ejecutivo presidido por el señor Sánchez pretende convencernos, en un alarde más de cinismo, que la anunciada vacuna es mérito exclusivo suyo. Por supuesto, ningún gobierno -mucho menos uno…