En El Puerto, la Navidad de 2025 reservó a la calle Larga un papel protagonista. No solo por su condición de arteria comercial y paseo natural hacia Plaza Peral. También por su función en el relato del encendido oficial. El propio Ayuntamiento situó Calle Larga entre los espacios con “especial protagonismo” durante el acto, junto a Plaza Peral y la fachada consistorial.
La elección tiene lógica urbana. La Cabalgata de la Estrella recorrió el centro y, en el tramo final, incorporó calle Larga antes de entrar en Plaza Peral, donde se produjo el encendido alrededor de las 19:30 horas. Ese itinerario convierte a la calle en antesala del momento culminante. La gente no “pasa” por Larga: la atraviesa con expectación. Y ese tránsito pide un decorado que se entienda al primer golpe de vista.
En esa misma estrategia encaja el mensaje institucional: ampliar y mejorar la ornamentación, sumar novedades y lograr un ambiente más completo. Calle Larga actúa, así, como escaparate del conjunto. Si allí funciona, la Navidad “se cree” en el resto de la ciudad.
El diseño de David Calleja: una calle “en bloques de tres”
El rasgo diferencial de 2025 no fue solo iluminar. Fue diseñar una idea reconocible. Y aquí aparece el dato clave: según explicó el concejal de Fiestas, David Calleja, él mismo diseñó los motivos y concibió la decoración de calle Larga “en bloques de tres”.
Ese criterio no es un detalle técnico. Es una regla narrativa. Tres piezas que se repiten y ordenan la vista, en referencia directa a los Reyes Magos. La calle, por tanto, deja de ser una sucesión de arcos o figuras “genéricas” y se convierte en una secuencia con intención. El peatón capta el patrón sin necesidad de explicaciones. Y cuando lo capta, lo cuenta. Esa es la diferencia entre ver luces y recordar un montaje.
El Ayuntamiento, en sus comunicaciones, anticipó el efecto buscado: “La Calle Larga sorprenderá” con una decoración inspirada en Reyes Magos y Cascanueces. Y el propio Calleja subrayó públicamente esa voluntad de sorpresa y de sumar propuestas nuevas para vecinos y visitantes. En Calle Larga, esa ambición se materializa en una decisión sencilla, repetible y muy legible: tres, tres, tres… como un guiño constante a Oriente.
Cascanueces, “muñecos de chocolate” y un montaje adelantado
La segunda capa del diseño combina tradición y estética de cuento. Calleja no se limitó a citar a los Reyes Magos. Añadió una “fisonomía” que recuerda a los cascanueces y, además, a “los antiguos muñecos de chocolate”. Ese matiz importa porque desplaza la decoración hacia lo emocional: infancia, escaparates clásicos, Navidad de memoria. No es un símbolo abstracto. Es un objeto que muchos identifican con una cultura popular muy concreta.
El resultado se nota en la experiencia de calle. Reyes Magos aportan identidad local y calendario. Cascanueces aporta atmósfera de cuento. Y la referencia al “muñeco de chocolate” aporta nostalgia, casi un olor imaginado. Todo eso refuerza el uso social de calle Larga: paseo lento, mirada arriba, foto rápida, comentario, y vuelta a caminar.
A esa lectura contribuyó otro hecho contrastado: la instalación llegó antes que otros años. Diario de Cádiz informó de que la mayor parte del alumbrado ya estaba colocado desde finales de octubre, y que a comienzos de noviembre la mayoría del extraordinario estaba instalado. Esa antelación explica por qué el montaje “se vio” y se comentó con tiempo. Y permite entender mejor el objetivo que Calleja formuló en sede municipal: trabajar cada año para extender la Navidad a más zonas, con proyectos que acerquen la iluminación a más barrios.








Visitas: 0















