fuente del vicario
fuente del vicario

La sierra que abraza Jaén guarda pequeños tesoros de agua. Uno de los más discretos es la fuente del Vicario, un manantial que se esconde entre pinares, olivares y viejos caminos rurales, a medio camino entre la capital y Torredelcampo. Administrativamente pertenece a este último municipio, pero forma parte del “patio trasero” verde de Jaén capital y de su patrimonio hidráulico cotidiano.

Dónde está la fuente del Vicario

La fuente del Vicario brota en la Cañada del Vicario, en la ladera norte de la Sierra de Jaén, dentro del término municipal de Torredelcampo (provincia de Jaén).

El Plan General de Ordenación Urbanística de Torredelcampo incluye expresamente la “Fuente del Vicario” en su mapa hidrogeológico, junto a otros manantiales y fuentes relevantes del término. Esto confirma su carácter de punto de agua estable y de interés para la planificación territorial.

El manantial se sitúa en torno a los 750 metros de altitud, en el fondo de un pequeño barranco o cañada, rodeado de pinares de repoblación y manchas de encinar, que se mezclan con el olivar tradicional.

Para llegar desde Jaén capital, muchos senderistas toman el carril que sale junto al colegio Guadalimar y asciende hacia la sierra. Tras varios kilómetros, una pista conduce a la casería del Vicario; desde allí, un sendero desciende al cauce donde brota la fuente. Las rutas de senderismo y BTT documentadas en Wikiloc describen este mismo acceso y enlazan la fuente del Vicario con otros manantiales cercanos como Valcrespo, la Zarza o el Alamillo.

Origen y propósito del manantial

La fuente del Vicario nace como manantial natural. El agua de lluvia se infiltra en los materiales permeables de la sierra y reaparece en la ladera cuando encuentra estratos menos permeables que obligan al agua a salir a la superficie. El mapa hidrogeológico municipal sitúa este y otros manantiales de la zona en formaciones de calizas, margas y areniscas, que funcionan como esponja y alimentan estos puntos de agua.

El proyecto “Manantiales y Fuentes de Andalucía – Conoce tus Fuentes”, impulsado por la Junta de Andalucía y universidades andaluzas, incorpora la Fuente del Vicario en su inventario oficial (código 8322, “Fuente del VICARIO”, Finca Cañada del Vicario, municipio de Torredelcampo). Este registro la reconoce como manantial de interés ambiental e histórico dentro de la red de puntos de agua de la comunidad.

Durante décadas, la fuente sirvió sobre todo para:

  • Abastecer de agua a la casería del Vicario y a las pequeñas huertas del entorno.
  • Dar de beber al ganado que transitaba por la cañada.
  • Proporcionar agua fresca a jornaleros, pastores y caminantes que cruzaban la sierra.

Las rutas actuales todavía resaltan lo mismo: parada “obligada” para refrescarse, llenar cantimploras y disfrutar del rumor del agua.

Por qué aquí: la Cañada del Vicario como corredor de agua

La ubicación de la fuente no es casual. La Cañada del Vicario funciona como un pequeño corredor natural que recoge las aguas de escorrentía de las laderas del Neveral, Caño Quebrado y Megatín, algunos de los cerros más emblemáticos del anillo verde de Jaén.

El Plan de Integración Ambiental de la zona de Megatín destaca la Cañada del Vicario como uno de los espacios donde las antiguas masas de encinar y matorral mediterráneo se regeneran bajo pinares de repoblación (Pinus halepensis, pino piñonero), con presencia de encinas jóvenes, romero y otras especies autóctonas. Esta mezcla de bosque y olivar crea un entorno húmedo y umbrío en el fondo de la cañada, ideal para que el manantial se mantenga activo incluso en años relativamente secos.

Además, la toponimia y la documentación histórica mencionan la Cañada del Vicario desde hace siglos, ligada a tierras de labor y aheredades rústicas. La existencia de un yacimiento arqueológico probablemente romano en la propia cañada, donde se localizó un fuste de columna, apunta a una ocupación muy antigua del entorno y refuerza la idea de que el agua ya jugaba un papel central en la organización del paisaje.

Historia reciente: de fuente rural a destino senderista

Hasta bien entrado el siglo XX, la fuente del Vicario formó parte del paisaje de trabajo: caserías, bancales, olivar y ganado. El agua caía en pequeñas pozas y albercas sencillas, suficientes para el riego de huertos y el uso doméstico básico.

A partir de los años ochenta y noventa, el crecimiento urbano de Jaén y Torredelcampo y la puesta en valor de la sierra como espacio de ocio transformaron su papel. El PGOU de Torredelcampo y otros documentos técnicos empiezan a citar expresamente la Cañada del Vicario y su fuente como elementos del patrimonio natural e hidrogeológico del término.

En paralelo, el proyecto Conoce tus Fuentes inventaría el manantial y documenta su localización, caudal y características básicas a partir de 2009–2013. Desde entonces, la fuente del Vicario aparece con frecuencia en:

  • Blogs de senderismo centrados en la Sierra de Jaén, que la describen como “refrescante” y de agua abundante.
  • Rutas homologadas o antiguamente homologadas (PR-A 126 y 127), donde figura como punto de interés junto a otras fuentes del Neveral.
  • Páginas y tracks de Wikiloc, AllTrails y otras plataformas de deportes al aire libre.

Hoy la fuente del Vicario vive una segunda vida como hito para caminantes, ciclistas y aficionados al trail running, que enlazan en una sola jornada varias fuentes históricas del entorno de Jaén.

Estado actual y retos de conservación

Las descripciones más recientes de rutas por el Neveral comentan un hecho preocupante: la disminución del caudal en varias fuentes de la zona por efecto de las sequías encadenadas. Algunas crónicas hablan incluso de manantiales vecinos, como la fuente de la Zarza, completamente secos en determinados años.

En el caso de la fuente del Vicario, los senderistas siguen encontrando agua “muy fresquita, como de frigorífico”, aunque en ocasiones con menos abundancia que en las fotos de principios de siglo. La vegetación de ribera y los pinos adultos mantienen un microclima húmedo, pero el equilibrio depende cada vez más de:

  • La cantidad de lluvia anual y la recarga del acuífero.
  • El respeto a la zona de captación de aguas, donde existe infraestructura básica para derivar parte del caudal.
  • El cuidado del entorno por parte de visitantes, ciclistas y senderistas.

Los documentos urbanísticos y ambientales de Torredelcampo señalan la Cañada del Vicario dentro de las áreas de interés natural del término y la vinculan a procesos de recuperación del bosque mediterráneo. Este reconocimiento ayuda a que la fuente del Vicario entre en el radar de la gestión municipal y de las políticas de conservación.

Cómo visitar la fuente del Vicario hoy

Si te acercas caminando desde Jaén capital, las opciones más habituales pasan por:

  • Salir desde el área recreativa del Neveral y recorrer la ruta de las fuentes (Alamillo, Vicario, Valcrespo, Zarza y charca de la Rana).
  • Subir por los caminos del Caño Quebrado y el Neveral, enlazando con la casería del Vicario y bajando después al barranco donde nace la fuente.

Se trata de rutas de dificultad baja o moderada, según el itinerario, pero conviene llevar calzado adecuado, respetar la propiedad privada de las caserías y comprobar el estado de los caminos, ya que ocasionalmente se cierran por monterías u otras actividades cinegéticas.

Como en toda visita a un manantial, lo mejor es seguir unas normas mínimas:

  • No alterar la obra de la fuente ni sus canalizaciones.
  • Evitar productos que contaminen el agua (jabones, detergentes, etc.).
  • No dejar residuos y respetar la vegetación del entorno.

Un pequeño manantial que cuenta mucho

La fuente del Vicario no aparece en grandes guías turísticas, ni luce una monumentalidad barroca o renacentista. Sin embargo, resume muy bien la relación de Jaén con su sierra: agua humilde, paisaje cercano y usos cotidianos que han sostenido caserías, huertas y caminos durante generaciones.

Hoy, además, ofrece al visitante una experiencia sencilla pero valiosa: escuchar el agua brotar en silencio, rodeado de pinos y de olivos, a pocos kilómetros del bullicio de la ciudad. Un recordatorio de que el patrimonio hidráulico no son solo grandes presas o acueductos, sino también estas fuentes discretas que mantienen viva la memoria del territorio.

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