En el corazón del Barrio Alto de El Puerto de Santa María, en la confluencia de las calles Santa Fe y Durango, se alza una modesta cruz de hierro forjado sobre una columna de piedra. Conocida como la Cruz de San Sebastián, este discreto monumento es el último vestigio visible del antiguo Hospital de Mujeres de San Sebastián, una institución benéfica que desempeñó un papel crucial en la atención sanitaria y social de la ciudad durante los siglos XVII y XVIII.
Orígenes: de ermita a hospital
El Hospital de Mujeres de San Sebastián fue fundado en 1671 por el cargador a Indias don Juan de Araníbar y Alberro y su esposa doña Leonor Rodríguez Cortés, con el respaldo del duque de Medinaceli. Se estableció junto a la ermita dedicada a San Sebastián, patrono de la ciudad, en el entonces Ejido de Poniente. La ermita, que ya aparecía en el dibujo panorámico de Wyngaerde en el siglo XVI, fue adaptada como capilla del hospital, y se construyó un camposanto anexo para los enterramientos.
El hospital tenía una clara vocación benéfica y se dedicaba a la atención de mujeres pobres y enfermas desvalidas. Además de brindar cuidados médicos, funcionaba como asilo para mujeres ancianas sin hogar y como colegio para niñas huérfanas y pobres, convirtiéndose en uno de los primeros establecimientos del país con esta triple función: hospitalaria, asistencial y docente.
Evolución y decadencia
A lo largo del siglo XVIII, el hospital mantuvo su labor asistencial gracias a donaciones y legados piadosos. Sin embargo, con el tiempo, la institución fue perdiendo relevancia y, hacia finales del siglo XIX, tanto la iglesia como el hospital habían desaparecido. En su lugar, se construyeron edificaciones modernas, y los vestigios del hospital quedaron ocultos entre las nuevas construcciones.
La cruz de San Sebastián: memoria de un pasado
La Cruz de San Sebastián, colocada a principios del siglo XX, es el único elemento que recuerda la existencia del hospital. Situada en la esquina de las calles Santa Fe y Durango, esta cruz de hierro forjado sobre una columna de piedra es un símbolo de la asistencia social que la Iglesia brindaba en tiempos en que los poderes públicos no se ocupaban de los más desfavorecidos.
Aunque hoy en día pasa desapercibida entre coches aparcados y construcciones modernas, la Cruz de San Sebastián es un testimonio silencioso de la historia de El Puerto de Santa María y de la labor caritativa que se realizaba en el antiguo hospital.
Legado y reflexión
El Hospital de Mujeres de San Sebastián representa una parte importante del patrimonio histórico y social de El Puerto de Santa María. Su existencia y funcionamiento reflejan la preocupación de la sociedad de la época por atender a los más necesitados, especialmente a las mujeres en situación de vulnerabilidad.
La Cruz de San Sebastián, aunque modesta, es un recordatorio de esa labor y de la importancia de preservar la memoria histórica de las instituciones que han contribuido al desarrollo y bienestar de la comunidad.
En un momento en que la sociedad actual busca modelos de solidaridad y compromiso social, la historia del Hospital de Mujeres de San Sebastián y su cruz nos invitan a reflexionar sobre el papel de las instituciones benéficas en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Visitas: 25