Es un edificio de estilo neoclásico, construido en el siglo xviii, ubicado dentro del recinto de la Población militar de San Carlos, en San Fernando (Cádiz), y en el que descansan los restos mortales de numerosos marinos españoles.
Concebido inicialmente como un templo dedicado a la Purísima Concepción, las obras de construcción se iniciaron a finales del siglo XVIII por orden del monarca Carlos III. Su finalización, empero, no llegó hasta mediados del siglo XIX.
La primera piedra la colocó el Capitán general del Departamento Luis de Córdova y Córdova. Al día siguiente, 3 de julio, comenzaron las obras a las órdenes del Capitán de Navío Vicente Imperial Digueri, el teniente de fragata y arquitecto Antonio Noriega de Bada y los alarifes Ramón Estrada y Antonio Barrionuevo.
La última fase de construcción se inició en 1943, de la que se encargó la Empresa Nacional Bazán, y en la que se cubrió por completo el recinto, y dándose por finalizadas en 1959, con un coste final de 8.150.000 pesetas. Desde entonces y hasta ahora el edificio ha dado cobijo a los restos mortales de aquellos que llevados por su alto concepto del honor o movidos por su abnegado sentido del deber, alcanzaron el reconocimiento y la gloria, ya fuera dando ejemplo de bizarría en el campo de batalla, cultivando las letras o desarrollando las ciencias.
Hoy día el Panteón de Marinos Ilustres forma parte de la Escuela de Suboficiales de la Armada y se ha convertido en lugar de cita inexcusable tanto para los habitantes de San Fernando como para los turistas que visitan la ciudad, que encuentran entre sus muros retazos de la historia de España.
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