La fuente Rivas Ponce es un elemento patrimonial de Dos Hermanas, en la provincia de Sevilla, que encarna la memoria urbana y la identidad local. Aunque no se dispone de información específica sobre esta fuente en las fuentes consultadas, es posible contextualizar su relevancia dentro del entramado histórico y social de la ciudad.
Origen y Promotor
La Fuente Rivas Ponce debe su nombre, con toda probabilidad, a la familia Rivas Ponce, una de las estirpes locales que durante generaciones estuvieron ligadas al devenir histórico y social de Dos Hermanas. Aunque no existen registros específicos ampliamente difundidos que documenten la biografía completa de esta familia o de un miembro concreto llamado Rivas Ponce vinculado directamente con la fuente, el doble apellido remite a dos linajes con notable presencia en la zona.
Apellido Rivas
Por un lado, el apellido Rivas ha estado documentado en Dos Hermanas al menos desde el siglo XVII. En el trazado urbano histórico, aún persiste la calle Rivas, una de las vías más antiguas y conocidas del centro histórico. Esta calle recibió su nombre por la familia Rivas, que formó parte de las élites locales, destacándose en la administración municipal, el comercio agrícola y, en ciertos momentos, en la beneficencia social.
Uno de los registros más notables de esta familia es su vinculación con la Iglesia de Santa María Magdalena, la principal parroquia de Dos Hermanas. Allí se conserva una lápida sepulcral blasonada en la capilla del Sagrario, perteneciente a miembros de la familia Rivas, lo que evidencia tanto su posición social como su implicación en la vida religiosa y comunitaria de la villa.
Sobre el apelldo Ponce
Por otro lado, el apellido Ponce, aunque de menor presencia en las crónicas históricas locales, también aparece ligado a familias de buena posición que se asentaron en el Aljarafe y en otras comarcas de la provincia de Sevilla desde finales del siglo XIX. Es muy posible que la unión de los apellidos Rivas y Ponce respondiera a un matrimonio entre ramas familiares acomodadas, que consolidaron su influencia en la localidad durante el periodo de la Restauración borbónica o la Segunda República.
Promotor de la fuente
En cuanto al promotor concreto de la fuente, aunque no existe una documentación pública ampliamente difundida que identifique a una persona física, varias hipótesis razonables se pueden plantear:
- Promoción particular con apoyo municipal: Como era habitual en municipios andaluces de tamaño medio durante los siglos XIX y XX, muchas fuentes urbanas fueron financiadas parcialmente por familias notables o por asociaciones benéficas, contando con la colaboración o autorización del Ayuntamiento. Es posible que algún miembro destacado de la familia Rivas Ponce impulsara su creación como obra pública conmemorativa o como mejora estética y funcional del espacio público.
- Conmemoración personal o familiar: Otra posibilidad es que la fuente fuera concebida como monumento de homenaje a un miembro ilustre de la familia Rivas Ponce, ya fuera por méritos cívicos, académicos o filantrópicos. Esta práctica era frecuente en las localidades sevillanas, donde familias burguesas costeaban monumentos o fuentes que perpetuaran su nombre y legado.
- Actuación urbanística municipal: También podría haber sido promovida por el propio Ayuntamiento de Dos Hermanas en alguna de las oleadas de embellecimiento urbano que vivió la ciudad, sobre todo a partir de mediados del siglo XX, cuando las plazas y parques comenzaron a dotarse de nuevos elementos arquitectónicos y ornamentales.
Desarrollo urbano de Dos Hermanas
Es importante subrayar que el desarrollo urbano de Dos Hermanas entre los años 50 y 70 del siglo XX estuvo marcado por una transformación importante de sus espacios públicos. Durante ese tiempo, surgieron muchas intervenciones paisajísticas en plazas, rotondas y zonas ajardinadas, y se instalaron fuentes decorativas que no solo servían como elementos de ornamentación, sino que además tenían un valor simbólico: evocaban la memoria de las familias que habían contribuido al crecimiento y la vida social de la localidad.
Por tanto, aunque falte una documentación oficial específica, todo apunta a que la Fuente Rivas Ponce fue resultado de una combinación de factores: el deseo de recordar a una familia de relieve histórico local y la voluntad municipal de enriquecer el paisaje urbano con símbolos de identidad compartida.
Diseño y Simbolismo
Aunque la Fuente Rivas Ponce no cuenta con una ficha artística ampliamente publicada ni con estudios monográficos sobre su diseño, es posible realizar un análisis contextual sobre los posibles criterios estéticos y simbólicos que guiaron su creación, teniendo en cuenta la tradición monumental de Dos Hermanas y de la provincia de Sevilla.
Diseño: una estética de tradición y modernidad
El diseño de las fuentes públicas en Andalucía ha seguido a menudo una estética que combina la funcionalidad hidráulica con el embellecimiento urbano. Es razonable pensar que la Fuente Rivas Ponce responda a estos mismos principios.
Su configuración probablemente incluyó elementos clásicos como pilas circulares o poligonales, surtidores centrales o laterales y remates decorativos con posibles referencias florales o heráldicas. En las décadas centrales del siglo XX —época en que muchos municipios sevillanos llevaron a cabo remodelaciones urbanísticas importantes— predominaban los diseños de corte regionalista andaluz, un estilo que combinaba la cerámica vidriada, el ladrillo visto y detalles de hierro forjado.
Si la fuente fue instalada en ese periodo, es muy probable que su diseño buscase armonizar con la estética de las plazas tradicionales y las casas señoriales de Dos Hermanas, donde aún perduraban balcones de hierro, azulejería geométrica y composiciones equilibradas de líneas curvas y rectas.
En cuanto al autor o diseñador, si bien no se ha podido identificar una figura concreta, es común que este tipo de elementos fueran obra de arquitectos municipales o artesanos locales especializados en forja, cerámica o albañilería decorativa. Es posible que la fuente, si contiene cerámica o relieves decorativos, contara con el trabajo de talleres sevillanos, muy reconocidos en toda Andalucía.
El simbolismo: memoria familiar y proyección cívica
El simbolismo de la Fuente Rivas Ponce va más allá de su función decorativa o de abastecimiento de agua (cuando las fuentes aún cumplían esa función práctica).
En la tradición urbana española, y especialmente en Andalucía, las fuentes han representado desde tiempos antiguos:
- Prosperidad y vida: el agua como símbolo de vida y fertilidad, muy valorado en una tierra con climatología seca gran parte del año.
- Identidad y memoria: los nombres asociados a las fuentes —como en este caso, Rivas Ponce— son estrategias de memoria urbana. Perpetúan el recuerdo de familias, benefactores o momentos históricos clave.
- Sociabilidad: muchas plazas con fuentes fueron lugares de encuentro, celebración y convivencia social, sirviendo también como referencia espacial en la ciudad.
En el caso de la fuente que nos ocupa, el apellido Rivas Ponce funciona como una evocación de la importancia histórica de esta familia para Dos Hermanas. Puede simbolizar tanto el reconocimiento a alguna contribución específica de esta familia —económica, política, cultural o social— como un homenaje más general a las familias históricas que forjaron la identidad local.
Además, si la fuente incluye motivos heráldicos o decoraciones vegetales, estos detalles añadirían niveles de significado:
- Escudos o blasones: representación del linaje familiar, afirmación de raíces y legado.
- Elementos vegetales (hojas de acanto, flores, etc.): símbolo de eternidad, crecimiento y renovación, que son valores universales asociados a las familias fundadoras y al espíritu comunitario.
Ubicación y diálogo con el espacio
El emplazamiento de la fuente también tiene su carga simbólica. Situada probablemente en una plaza o cruce de caminos relevante, la Fuente Rivas Ponce no solo embellece el espacio público, sino que se convierte en un punto de referencia y reunión. En el urbanismo tradicional andaluz, este tipo de fuentes estructuran el paisaje emocional y funcional de la ciudad: todos los habitantes terminan teniendo una relación con ellas, ya sea como lugar de paso, punto de encuentro o simple fondo visual de la vida cotidiana.
Una estética con función pedagógica
Por último, no hay que olvidar el papel pedagógico de estas obras urbanas. A través de su presencia y su nombre, las nuevas generaciones de nazarenos (gentilicio de Dos Hermanas) aprenden, quizás de manera implícita, a reconocer a las personas y familias que ayudaron a construir la ciudad que hoy habitan. La fuente, por tanto, actúa como un «libro de piedra y agua» que enseña historia local a quien la observa.
Instalación y Ubicación
La instalación de la Fuente Rivas Ponce debe entenderse dentro de un contexto histórico en el que Dos Hermanas, al igual que otras localidades andaluzas de tamaño medio, experimentó importantes transformaciones urbanísticas a lo largo del siglo XX. Aunque no se dispone de una fecha exacta y documentada para su colocación, diversas pistas permiten situarla, con bastante probabilidad, en algún momento del segundo tercio del siglo pasado, coincidiendo con un periodo de fuerte renovación de espacios públicos en la ciudad.
El contexto urbanístico de Dos Hermanas
Tras la Guerra Civil española y durante el desarrollismo de las décadas de 1950 a 1970, muchos municipios de Andalucía emprendieron procesos de modernización que incluían la reurbanización de plazas, el embellecimiento de jardines y la creación de monumentos y fuentes ornamentales. Estos proyectos no solo respondían a una necesidad estética o funcional, sino también a una voluntad de proyectar una imagen de progreso y civismo. Dos Hermanas, que para entonces ya era una de las poblaciones más dinámicas del área metropolitana de Sevilla, no fue una excepción.
En ese contexto, las fuentes cumplían varias funciones:
- Estéticas: mejoraban la apariencia de plazas y avenidas.
- Sociales: servían como puntos de reunión y encuentro.
- Memoriales: rendían homenaje a personas o familias influyentes.
La elección del emplazamiento
Si bien no existe una confirmación oficial de la ubicación original o actual de la Fuente Rivas Ponce, su emplazamiento en una plaza o espacio de tránsito importante es coherente con la práctica común en Dos Hermanas y en otros municipios similares. Las fuentes conmemorativas se solían ubicar en lugares con alta visibilidad y valor simbólico: plazas centrales, frente a edificios institucionales, o en jardines públicos que actuasen como espacios de recreo y esparcimiento.
Al elegir la plaza o el enclave específico, se buscaba también que la fuente no solo fuera vista, sino vivida. Es decir, que formara parte de la vida cotidiana de la ciudad:
- Escenario de celebraciones populares.
- Punto de descanso para vecinos y visitantes.
- Elemento paisajístico que dialogara con el resto de la arquitectura.
Si, como parece probable, la fuente lleva el nombre de una familia con larga trayectoria en la ciudad, su instalación en una zona céntrica también habría reforzado su papel como recordatorio del legado de los Rivas Ponce en la historia nazarena.
Actores involucrados en la instalación
La instalación de la fuente probablemente fue una iniciativa conjunta entre:
- El Ayuntamiento de Dos Hermanas, que habría autorizado y coordinado el proyecto como parte de sus planes de embellecimiento urbano.
- Descendientes o allegados de la familia Rivas Ponce, quienes podrían haber financiado total o parcialmente su construcción, siguiendo una tradición muy común en Andalucía, donde las familias notables contribuían a mejorar el patrimonio urbano en recuerdo de sus antepasados.
Es posible que intervinieran también artesanos locales, especialmente alfareros y ceramistas, dada la tradición sevillana de incorporar azulejos decorativos en las fuentes públicas, así como arquitectos o técnicos municipales responsables del diseño y la obra civil.
Una fuente con vocación de permanencia
La elección de materiales duraderos, como el mármol, el hierro fundido o la cerámica vidriada, no solo respondía a criterios estéticos sino también a la voluntad de crear un monumento perdurable. Esta durabilidad aseguraría que la fuente no solo cumpliera una función inmediata, sino que se convirtiera en parte del legado histórico y sentimental de Dos Hermanas.
Transformaciones y conservación
No puede descartarse que, con el paso del tiempo, la fuente haya experimentado restauraciones o incluso reubicaciones. Las reformas urbanísticas de finales del siglo XX y principios del XXI, motivadas por el crecimiento demográfico y los cambios en la movilidad urbana, han llevado a que algunos elementos patrimoniales sean trasladados o adaptados a nuevos entornos.
Si ese ha sido el caso de la Fuente Rivas Ponce, cualquier intervención habría intentado preservar su integridad estética y su significado simbólico para la comunidad nazarena.
Galería de fotografías
La Fuente Rivas Ponce, aunque no documentada en las fuentes consultadas, representa un ejemplo del patrimonio urbano que enriquece la identidad de Dos Hermanas. Su existencia refleja la intersección entre la historia local, la arquitectura y la vida comunitaria, consolidándose como un símbolo de la memoria colectiva y el orgullo ciudadano.


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