En el pintoresco municipio de Rota, a orillas del mar, se alza la Puerta del Mar, un monumento que sirve como testigo silencioso de la rica historia de esta ciudad gaditana. Situada estratégicamente en el flanco Este de la antigua muralla urbana que rodeaba el núcleo histórico, esta emblemática puerta es mucho más que un simple acceso al muelle pesquero; es un portal hacia el pasado.
Al pararme frente a ella, la imponente estructura me transporta a otra época. Construida como parte integral de la muralla urbana, esta puerta ha sido testigo de innumerables momentos a lo largo de los años. Su arquitectura robusta y su diseño antiguo la distinguen como un monumento que ha resistido la prueba del tiempo.
Sobre la Puerta del Mar, a modo de custodio del horizonte marino, se erige un faro que data de 1909. Este agrega una dimensión única a la experiencia. Imagina estar de pie durante el crepúsculo, observando cómo la luz del faro ilumina el oscuro horizonte marino, creando una escena única para conservar en nuestra memoria.
Al cruzar la Puerta del Mar, nos sumergimos en el corazón del muelle pesquero de Rota. Aquí, la actividad frenética de los pescadores locales y la presencia de barcos pintorescos dan un especial encanto al lugar. La puerta, que alguna vez sirvió como acceso a la ciudad desde el mar, hoy nos conecta con la autenticidad de la vida pesquera y nos brinda una visión de la vitalidad económica que ha sustentado a Rota a lo largo de los años.
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Preciosa puerta.