La Inmemorial, Venerable, Pontificia y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz de Jerusalén, María Santísima de los Dolores y Santa María Magdalena, también conocida como la hermandad del Nazareno, es una de las instituciones más antiguas y emblemáticas de la Semana Santa gaditana. Con sede en la Iglesia Conventual de Santa María, su historia se entrelaza con la evolución espiritual, artística y social de la ciudad desde finales del siglo XVI.
Orígenes y fundación de la hermandad del Nazareno
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, también conocida popularmente como “El Nazareno de Santa María”, tiene su origen a finales del siglo XVI, en un contexto de profunda transformación religiosa, social y urbanística en la ciudad de Cádiz. Este período coincide con la consolidación del comercio atlántico y el auge de Cádiz como puerto clave en las rutas hacia América, lo que permitió una intensa vida religiosa y la fundación de numerosas cofradías y hermandades penitenciales.
Primeros pasos: entre 1590 y 1598
Según la documentación conservada, la cofradía fue fundada entre 1590 y 1598, aunque la fecha exacta varía en función de las fuentes. En sus inicios, estuvo erigida en el Convento de Nuestra Señora de los Remedios, de religiosas agustinas. En este primer momento, su titular era exclusivamente Nuestro Padre Jesús Nazareno, imagen que habría sido adquirida o encargada para el culto por un grupo de fieles y benefactores.
Traslado a la Iglesia de Santa María
En 1616, con la fundación del nuevo convento de Santa María de los Franciscanos Descalzos, la hermandad se trasladó definitivamente a la iglesia conventual recién construida. Este movimiento fue clave en el devenir de la cofradía, pues marcó el inicio de una etapa de expansión y consolidación que la convertiría en una de las más influyentes de la ciudad.
En la nueva sede se le concedió una capilla propia, ubicada en el lateral izquierdo del templo, que comenzó a edificarse de inmediato y quedó concluida hacia 1617. Esta capilla fue decorada y enriquecida con retablos, imágenes y ajuar litúrgico costeado por los propios cofrades y benefactores devotos del Nazareno.
Espiritualidad franciscana y carisma penitencial
Desde su origen, la Hermandad del Nazareno estuvo estrechamente vinculada a la espiritualidad franciscana. Su devoción central —Cristo con la cruz a cuestas camino del Calvario— refleja un claro influjo de la teología del sufrimiento redentor y la identificación con la Pasión de Cristo, tan característica de las órdenes mendicantes y especialmente de los franciscanos.
La Hermandad promovía no solo la veneración pública del Nazareno mediante el culto interno, sino también el ejercicio de la caridad y el acompañamiento espiritual a los pobres y enfermos. Se organizaban misas, viacrucis, novenas y cultos cuaresmales que tenían un gran eco en la ciudad. Igualmente, desde muy temprano, realizaban estaciones penitenciales por las calles de Cádiz en la madrugada del Viernes Santo.
Cofradía con presencia civil y militar
El influjo de la hermandad en la vida gaditana llegó a ser tal que, en 1681, se le concedió un título honorífico sin precedentes: el Regidor Perpetuo del Ayuntamiento de Cádiz a la imagen de Jesús Nazareno. Este gesto, simbólicamente cargado, reconocía la labor espiritual y social de la cofradía y la profunda devoción popular que suscitaba el Nazareno, especialmente tras considerarlo protector de la ciudad en tiempos de epidemias y amenazas marítimas.
Primeros hermanos y estructura de la hermandad del Nazareno
La Hermandad se integró desde sus orígenes por miembros de los diferentes estratos sociales de Cádiz, aunque destacó especialmente la presencia de comerciantes, cargadores a Indias, marinos, artesanos y gentes del pueblo llano, todos unidos por la fe y el deseo de penitencia. Este carácter plural y popular ha sido una constante hasta nuestros días.
La hermandad adoptó una regla canónica aprobada por la autoridad eclesiástica, en la que se recogían las normas de vida espiritual, los actos de culto y la estructura de gobierno interno. Estas reglas actualizadas en distintas épocas, respetando siempre su carisma fundacional.
La imagen de la hermandad del Nazareno
La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Cádiz no es solo el titular de una de las hermandades más antiguas de la ciudad, sino un auténtico símbolo de fe y esperanza para generaciones de gaditanos. Su impronta estética, la devoción que suscita y su protagonismo en la vida espiritual de la ciudad lo han convertido en una figura esencial del imaginario religioso andaluz.
Origen y atribución
La imagen se data a finales del siglo XVI, situándose su creación entre 1596 y 1602, lo que la convierte en una de las tallas más antiguas de la Semana Santa de Cádiz. Tradicionalmente atribuida al escultor sevillano Andrés de Castillejo, autor activo en la transición del Renacimiento al Barroco, aunque no existe documentación concluyente que lo certifique. También se ha relacionado estilísticamente con otros escultores de la órbita hispalense y gaditana del periodo.
La talla adquirida por la hermandad poco después de su fundación, probablemente como encargo directo, y desde entonces ha presidido los cultos de la cofradía con muy pocas interrupciones, resistiendo incluso ataques, saqueos y restauraciones a lo largo de los siglos.
Descripción artística
Se trata de una escultura de tamaño natural, realizada en madera policromada, representando a Cristo cargando con la cruz camino del Calvario, en una iconografía que busca mover a la compasión y el recogimiento. Presenta una fuerte carga emocional, acentuada por varios elementos característicos:
- Cabellera natural: La imagen conserva la tradición de llevar pelo natural, una característica que acentúa su realismo y especialmente valorada por los fieles.
- Mirada baja y serena: Los ojos entreabiertos, la expresión dolorosa pero contenida y el leve giro del rostro transmiten un dramatismo íntimo, nada teatral, más bien reflexivo y compasivo.
- Postura clásica: La imagen marcha levemente encorvada, portando la cruz al hombro izquierdo. Su paso es contenido, casi suspendido, como si el tiempo se hubiera detenido en el instante del sacrificio.
- Túnica morada: Siempre aparece vestido con túnica bordada, en distintos diseños a lo largo de su historia, aunque en la actualidad suele portar una de rico terciopelo morado bordado en oro, donada por devotos.
Intervenciones y restauraciones
A lo largo de su historia, la imagen ha sufrido varios episodios que obligaron a su intervención. El más crítico fue el asalto a la iglesia de Santa María en 1936, durante los primeros días de la Guerra Civil Española. En dicho ataque se dañó, aunque pudo conservarse gracias a la intervención de hermanos y vecinos que la protegieron de la destrucción.
Posteriormente, se restauró en 1938 por los talleres de Olot y, más adelante, en 1996 por el restaurador Constantino Rodríguez Méndez, junto a la conservadora Inmaculada Ramírez, quienes realizaron una intervención respetuosa que recuperó parte de su policromía original y consolidó la estructura interna.
El Nazareno en el corazón de Cádiz
Nuestro Padre Jesús Nazareno ha recibido numerosos apelativos populares que reflejan el arraigo emocional del pueblo gaditano:
- «El Señor de Cádiz»
- «El Gitano de Santa María»
- «El Greñúo» (por su cabellera natural)
Más allá de los nombres, lo que late en cada uno de ellos es un afecto profundo, reverencial y cercano, que trasciende generaciones. El Nazareno habitualmente se invoca por los fieles en situaciones de enfermedad, necesidad o gratitud, y su presencia es constante no solo durante la Semana Santa, sino también en el día a día de muchos fieles.
Culto y veneración
El principal acto devocional del año es su Estación de Penitencia en la madrugada del Viernes Santo, una de las procesiones más conmovedoras de la Semana Santa andaluza, donde la imagen es seguida por miles de personas en completo recogimiento, en un ambiente de absoluto silencio y oración.
Además, se celebran anualmente:
- Besapiés solemne, en Cuaresma
- Triduo y Función Principal de Instituto
- Exposición extraordinaria durante el mes de noviembre
- Actos extraordinarios, como salidas por aniversarios o celebraciones jubilares
Un Cristo para todos
El Nazareno de Santa María ha superado épocas de esplendor y de crisis, guerras, cambios sociales y transformaciones litúrgicas. Y sin embargo, su poder de atracción y su capacidad para inspirar esperanza no ha hecho más que crecer. Hoy, sigue siendo centro espiritual para cofrades, feligreses y no creyentes, que encuentran en su rostro un reflejo del sufrimiento humano pero también de la redención, la ternura y la misericordia.
María Santísima de los Dolores
El paso de María Santísima de los Dolores de la Hermandad de Jesús Nazareno de Cádiz es una de las joyas patrimoniales de la Semana Santa gaditana, ejemplo de elegancia y sobriedad, que conjuga tradición, arte y una profunda espiritualidad.
Características estéticas y simbólicas
El paso, de estilo sevillano y líneas clásicas, está concebido como un palio de gran prestancia, donde todo está diseñado para ensalzar la belleza de la imagen titular: María Santísima de los Dolores, una Dolorosa de rostro sereno y dolor contenido, obra del escultor gaditano Juan Luis Vassallo en 1944. La imagen responde al canon neobarroco, con gran expresividad y manos entrelazadas, sostenidas en un gesto de recogimiento y aflicción maternal.
La Virgen aparece vestida con ricos tejidos bordados, generalmente en terciopelo burdeos o azul noche, según el tiempo litúrgico o la ocasión. El tocado y la saya son obras bordadas a mano en oro fino, destacando en muchas ocasiones piezas salidas de talleres sevillanos y gaditanos de gran prestigio.
El palio
El palio que cobija a la imagen se caracteriza por:
- Bordados: de gran riqueza y simbolismo mariano, con motivos vegetales, estrellas y anagramas marianos. Algunas piezas bordadas datan del siglo XX, intervenidas y enriquecidas con el paso del tiempo.
- Varales y candelería: realizados en metal plateado, son de estilo barroco, con abundantes detalles ornamentales. La candelería frontal, compuesta por decenas de cirios de cera blanca, aporta una luz tenue y cálida, símbolo de fe y oración.
- Techo de palio y bambalinas: suelen seguir una línea tradicional, con interiores bordados y exteriores lisos o ricamente decorados, reforzando la estética recogida y solemne del paso.
Elementos florales
El exorno floral del paso suele apostar por flores blancas o malvas, como rosas, lirios o claveles, dispuestas con gran armonía y discreción, subrayando el carácter íntimo y doloroso de la Dolorosa. El gusto por lo clásico define también el arreglo floral, sin estridencias y perfectamente integrado en el conjunto.
Acompañamiento musical
Durante su salida procesional en la madrugada del Viernes Santo, el paso es acompañado por una banda de música de corte clásico, que interpreta marchas solemnes como «Mater Mea», «Virgen del Valle», «Amarguras» o composiciones dedicadas a la propia Virgen de los Dolores. Estas marchas subrayan la emoción contenida y el carácter devocional de su tránsito por las calles de Cádiz.
Un paso cargado de simbolismo
Más allá de su belleza plástica, el paso de María Santísima de los Dolores representa la presencia compasiva de la Virgen al pie de la cruz, acompañando el dolor de su Hijo. Su tránsito por la ciudad es seguido por fieles y devotos con profundo respeto, silencio y oración, convirtiéndose en uno de los momentos más sobrecogedores de la Semana Santa gaditana.
Patrimonio artístico y sede canónica
La Iglesia Conventual de Santa María alberga la capilla de Jesús Nazareno, construida entre 1616 y 1617. Esta capilla cuenta con un retablo mayor de estilo rococó, obra de Gonzalo Pomar en 1757, con dorado realizado por Jerónimo de Molina . En las hornacinas laterales se encuentran las imágenes de María Santísima de los Dolores, realizada en 1944 por Juan Luis Vassallo, y Santa María Magdalena, obra de Antonio Eslava Rubio de 1956.
Hitos históricos
En 1681, la ciudad de Cádiz concedió el título de Regidor Perpetuo a la imagen de Jesús Nazareno, en agradecimiento por haber librado a la ciudad de una epidemia de peste . Durante la Guerra Civil Española, en 1936, la iglesia fue asaltada, resultando dañada la imagen de Jesús Nazareno y destruidas las primitivas imágenes de la Virgen de los Dolores y María Magdalena. La imagen de Jesús Nazareno se restauró en 1938 y nuevamente en 1996 por Constantino Rodríguez Méndez e Inmaculada Ramírez .
Vida cofrade y actualidad
La hermandad realiza su estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo, siendo una de las procesiones más esperadas y multitudinarias de la Semana Santa gaditana. El cortejo viene acompañado musicalmente por la Agrupación Musical «Nuestro Padre Jesús Cautivo» de Estepona y la Banda de Música Municipal «Maestro Enrique Galán» de Rota.
Además de su actividad procesional, la cofradía desarrolla una intensa labor pastoral y social, participando en diversas iniciativas caritativas y formativas a lo largo del año. Su compromiso con la comunidad se refleja en la organización de actos litúrgicos, conferencias y actividades benéficas.
Galería de imágenes
La Hermandad de Jesús Nazareno de Santa María representa un pilar fundamental en la historia y devoción de Cádiz. Su rica trayectoria, patrimonio artístico y compromiso social la convierten en un referente indiscutible de la religiosidad popular andaluza. A través de los siglos, ha sabido mantener viva la fe y la tradición, siendo testimonio del fervor y la identidad de un pueblo.


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