Quiero invitaros a descubrir el fascinante Pinar Parque, ubicado en la zona de Costa Oeste de El Puerto de Santa María. Aunque no sea el mayor de los espacios naturales que adornan esta histórica ciudad portuense, su singularidad y encanto merecen, sin duda, un paseo pausado bajo su sombra.
Una historia natural con raíces profundas
El pinar forma parte del rico mosaico de ecosistemas que caracterizan esta región, cuyo clima mediterráneo ha permitido la proliferación de esta especie arbórea adaptada a la salinidad y la arena costera. Este espacio natural se remonta a las repoblaciones forestales impulsadas en el siglo XIX, cuando los pinares costeros se plantaron estratégicamente para frenar la expansión de dunas móviles que amenazaban con cubrir terrenos fértiles. La función inicial de estos pinares no era solo estética, sino también práctica: estabilizar el suelo y proteger las tierras agrícolas cercanas.
El Pinar Parque, aunque más modesto que otros como el Pinar de la Algaida o la Bahía de Cádiz, conserva ese espíritu de refugio natural que evoca un tiempo en el que la interacción entre el ser humano y el medio ambiente era más armoniosa.
Características y secretos del pinar
A diferencia de otros espacios naturales, este pinar no cuenta con senderos o veredas señalizadas. Su vegetación, en ocasiones tan densa que parece impenetrable, invita al visitante a una exploración casi íntima, como si fuera uno de los primeros en adentrarse en este territorio virgen. Los pinos piñoneros (Pinus pinea), con sus copas en forma de paraguas, proporcionan una sombra refrescante, mientras que el suelo arenoso alberga especies propias del matorral mediterráneo, como el lentisco, el romero y algunas jaras.
El silencio es otro de sus tesoros más preciados. Solo el canto de las aves, como el carbonero común o el jilguero, rompe la calma, transportándonos a una época en la que la naturaleza marcaba el ritmo de la vida. Sin embargo, esta tranquilidad requiere precaución: avanzar por un terreno sin urbanizar exige atención para evitar accidentes y respetar el entorno.
Un rincón de paz para los amantes de la naturaleza
Este paraje es ideal para quienes buscan alternativas a los senderos habituales o para quienes desean practicar ejercicio en soledad. Aquí, lejos del bullicio de las playas cercanas y de las urbanizaciones, uno puede reconectar con lo esencial. No es extraño que algunos vecinos lo consideren su pequeño «santuario verde».
Además, este pinar tiene una anécdota curiosa: según cuentan algunos residentes, durante las décadas de los 60 y 70, niños de la zona solían adentrarse en el bosque para buscar «tesoros enterrados», inspirados por historias locales que hablaban de corsarios y piratas que frecuentaron las costas gaditanas en siglos pasados. Aunque jamás se hallaron baúles llenos de monedas de oro, la leyenda perdura y añade un toque de magia a este rincón.
Cómo llegar
Acceder al Pinar Parque es sencillo. Basta con seguir la avenida de Fuentebravía en dirección a Costa Oeste. El pinar se encuentra muy próximo a la conocida urbanización El Ancla, cuyo nombre también evoca la estrecha relación de El Puerto de Santa María con el mar. Al llegar, uno tiene la sensación de haber encontrado un pequeño oasis, un espacio que invita a detenerse, respirar profundo y dejarse envolver por la naturaleza.












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