Quien visite hoy el Instituto de Bachillerato de Martos no encontrará estos edificios. Hace ya varios años, una grave deficiencia estructural obligó a su demolición y posterior reconstrucción. Durante un tiempo, el centro educativo tuvo que adaptarse a la nueva situación, y muchos alumnos recibieron sus clases en aulas prefabricadas instaladas en la explanada y las pistas deportivas, una solución provisional que se prolongó más de lo esperado.
Recuerdos y vivencias en el Instituto de Bachillerato Fernando III
Para mí, estas fotografías tienen un valor sentimental incalculable. En ellas se reflejan los años en los que cursé mi bachillerato, una etapa de contrastes, con momentos inolvidables y otros no tan gratos. Fue una época marcada por la cotidianidad de asistir a clase, compartir vivencias con compañeros y amigos, y construir recuerdos que, con el paso del tiempo, han adquirido un matiz nostálgico. Aquellos días estaban llenos de anécdotas que, aunque entonces parecieran insignificantes, hoy se han convertido en pequeños tesoros de mi memoria.
No puedo evitar sonreír al recordar las horas interminables en el aula, las charlas en los pasillos, las risas en los recreos y la emoción de los exámenes. Hubo días difíciles, como los hay en cualquier etapa de la vida, pero también hubo instantes de felicidad genuina, de complicidad y aprendizaje, de descubrimiento personal y de sueños por cumplir.
Encontrarme con estas fotografías del Instituto de bachillerato Fernando III de Martos ha sido como abrir una ventana al pasado. Me han hecho revivir aquellos años y han despertado en mí el deseo de compartirlas en mi blog. Tal vez, al hacerlo, quienes también formaron parte de esa historia puedan recordar, como yo, esos días que nos moldearon y nos acompañan de algún modo hasta el presente.
Me gustaría recibir en mis redes sociales algunos comentarios y reflexiones sobre vuestras experiencias y vivencias cuando realizasteis vuestros estudios en este centro de formación.

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