iglesia de la Compañia
iglesia de la Compañia

La ciudad de Jerez de la Frontera, rica en historia y cultura, alberga una joya arquitectónica y patrimonial conocida hoy como la Sala Compañía. Este espacio multiusos, propiedad del Ayuntamiento de Jerez, tiene sus raíces en un antiguo edificio que, siglos atrás, fue la Iglesia de la antigua Residencia de la Compañía de Jesús.

Orígenes y Construcción

La historia de la Iglesia de la Compañía se remonta a 1574 cuando la Compañía de Jesús se estableció en Jerez de la Frontera, específicamente en el barrio intramuros de San Marcos. Esta residencia jesuita, parte integral de la expansión de la orden en Andalucía, se convirtió en un centro de enseñanza y espiritualidad. La construcción del complejo jesuita, incluyendo la iglesia, reflejaba el poder y la influencia de la orden en la región.

El templo jesuita se erigió en un estilo barroco característico del siglo XVII, con una fachada impresionante adornada con columnas repujadas y azulejos, elementos que resaltaban la riqueza y el detalle artesanal de la época. El interior de la iglesia albergaba un retablo notable, obra del afamado escultor Diego Roldán, cuyas creaciones son reconocidas por su detallismo y su belleza artística.

La Iglesia de la Compañía a lo Largo de los Siglos

Durante su apogeo, la iglesia no solo servía como un lugar de culto, sino también como un centro de educación y promoción de la fe católica, cumpliendo con la misión educativa de los jesuitas. Sin embargo, la historia de la iglesia no estuvo exenta de dificultades.

En 1767, la expulsión de los jesuitas decretada por Carlos III significó un golpe significativo para todas las instituciones jesuitas en España, incluida la Residencia de Jerez. Los jesuitas fueron expulsados del país, y muchas de sus propiedades, incluyendo la Iglesia de la Compañía, pasaron a manos de otras órdenes religiosas o del propio estado.

La Quema de Conventos de 1931

Uno de los episodios más trágicos en la historia de la iglesia ocurrió en 1931, durante la Segunda República Española. En este período de intensas tensiones sociales y políticas, la Iglesia de la Compañía fue víctima de la quema de conventos, un fenómeno que afectó a numerosos edificios religiosos en toda España. La iglesia sufrió daños severos, y muchos de sus tesoros artísticos y arquitectónicos fueron destruidos o gravemente dañados.

Abandono y Restauración

Tras la marcha de los jesuitas y los daños sufridos en 1931, la iglesia entró en un período de abandono que duró varias décadas. Sin la presencia y el cuidado de sus antiguos guardianes, el edificio se deterioró considerablemente. Sin embargo, la importancia histórica y cultural del edificio no fue olvidada, y a finales del siglo XX comenzaron los esfuerzos para su restauración.

En el año 2003, tras un meticuloso proceso de restauración, la antigua iglesia fue inaugurada de nuevo, esta vez no como un templo religioso, sino como un espacio cultural multiusos administrado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Jerez. La restauración no solo salvó un importante monumento histórico, sino que también lo adaptó para su uso contemporáneo, preservando así su legado para las futuras generaciones.

Sala Compañía: Un Nuevo Capítulo

Hoy en día, la Sala Compañía es un vibrante centro cultural que acoge una variedad de eventos, desde exposiciones y conciertos hasta conferencias y actividades comunitarias. La adaptación del espacio ha sido un éxito, permitiendo que la comunidad de Jerez disfrute de su patrimonio histórico de una manera nueva y dinámica.

El proceso de restauración se centró en preservar los elementos arquitectónicos y decorativos originales de la iglesia. La fachada barroca, con sus columnas repujadas y azulejos, ha sido cuidadosamente restaurada, devolviendo a la ciudad uno de sus emblemas arquitectónicos más importantes. El retablo de Diego Roldán, aunque dañando durante la quema de conventos, ha sido objeto de un minucioso trabajo de conservación que ha permitido recuperar gran parte de su esplendor original.

Impacto en la Comunidad

La transformación de la Iglesia de la Compañía en la Sala Compañía ha tenido un impacto significativo en la vida cultural de Jerez. El espacio se ha convertido en un punto de encuentro para los ciudadanos, un lugar donde se celebran eventos que enriquecen la vida cultural de la ciudad y fomentan la participación comunitaria.

Además, la restauración del edificio ha servido como un recordatorio de la importancia de preservar el patrimonio histórico y cultural. La Sala Compañía no solo mantiene viva la memoria de la presencia jesuita en Jerez, sino que también destaca la capacidad de la ciudad para adaptarse y reinventarse, utilizando su historia como una base sólida sobre la cual construir su futuro.

Galería de fotografías

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