En el borde industrial de El Puerto late un paisaje secreto. En los meses de lluvia, las antiguas balsas y depresiones se llenan de agua. Nacen lagunas temporales en la salina de San José. Duran poco. Cambian el color del saladar. Atraen vida. Y cuentan, a su manera, la historia del Parque Natural Bahía de Cádiz
Cómo se originan las lagunas temporales en la salina de San José
Estas lagunas se forman por lluvia. Ocurren en cubetas someras y endorreicas que se inundan en invierno y primavera. Luego se secan con el calor y el viento. Ese ciclo anual define a las lagunas y charcas temporales mediterráneas (hábitat 3170*), un hábitat de interés comunitario prioritario en Europa.
En salinas abandonadas o en marismas transformadas y aisladas de las mareas, la microtopografía favorece el encharcamiento. Cada episodio pluvial activa un “pulso” de vida. Cuando el agua se retira, queda un banco de semillas y huevos de resistencia que espera la siguiente lluvia.
Valor ecológico
Las lagunas temporales aportan agua dulce en un sistema dominado por la sal. Funcionan como oasis para invertebrados acuáticos y como puntos de descanso y alimentación para la avifauna. En el Bahía de Cádiz, el mosaico de marismas, esteros y salinas sostiene colonias destacadas de charrancito, cigüeñuela y avoceta, junto a flamencos, limícolas y rapaces pescadoras. Las láminas someras de estas charcas multiplican oportunidades de forrajeo y refugio.
Además, actúan como “peldaños” de conectividad entre humedales cercanos. En el término municipal existen humedales inventariados oficialmente, como la Salina de Santa María, integrada en el Inventario de Humedales de Andalucía, lo que refuerza la red local de refugios para fauna acuática.
Valor paisajístico
Su atractivo es estacional. En invierno, el espejo de agua refleja cielos y bandos de aves. Durante la primavera, la vegetación anfibia asoma en anillos de color. En verano, la desecación dibuja texturas salinas y arcillas agrietadas. Ese cambio constante enriquece el paisaje cultural salinero del Parque Natural Bahía de Cádiz, un humedal costero con playas, dunas, marismas y esteros de alto interés escénico.
Papel junto a la Salina de San José
En San José, estas lagunas refrescan el gradiente salino y complementan a esteros y cristalizadores. Acercan biodiversidad a un borde urbano e industrial y facilitan la educación ambiental. El Ayuntamiento impulsó trabajos de recuperación del entorno para poner en valor la marisma y su biodiversidad y abrirla al uso público responsable. Ese esfuerzo acerca el patrimonio natural a la ciudadanía y mejora el hábitat para la fauna.
Su importancia trasciende lo local. La Bahía de Cádiz es sitio Ramsar y espacio Red Natura 2000. Muchas salinas históricas se transformaron y hoy alternan fases de abandono, restauración o acuicultura extensiva. En ese contexto, las lagunas temporales aportan diversidad ecológica y resiliencia frente a sequías y cambios del uso del suelo.
Claves de gestión (en positivo)
- Conservar la microtopografía: no aplanar depresiones ni colmatar charcas. Mantiene el ciclo de inundación–desecación.
- Compatibilizar uso público y fauna: señalizar accesos y respetar periodos sensibles de cría y muda.
- Vigilar presiones: residuos, vertidos y tránsito motorizado degradan el hábitat.
- Mirada de red: integrar San José en la red de humedales portuenses e inventariados cercanos para reforzar la conectividad ecológica.
Sal a contraluz en la salina de San José
Las lagunas temporales de la Salina de San José enseñan la fuerza de lo efímero. Llegan con la lluvia. Alimentan el paisaje, la fauna. Recuerdan que el patrimonio salinero vive cuando conserva tanto su dinámica natural como su memoria cultural.


Fuentes oficiales consultadas
Junta de Andalucía (Parque Natural Bahía de Cádiz y hábitat 3170), REDIAM, Inventario de Humedales de Andalucía, Ramsar, Ayuntamiento de El Puerto de Santa María.
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