puente de la Cartuja
puente de la Cartuja

A cinco kilómetros al sur de Jerez, sobre el río Guadalete, se encuentra el Puente de la Cartuja. Su origen reside en la iniciativa municipal de 1523. El Cabildo jerezano solicitó al rey Carlos I la construcción de un puente que reemplazara el antiguo y peligroso Vado de Medina. Este paso fluvial era inadecuado. Muchos vehículos se ahogaban allí, y no podía sostener el tránsito militar, comercial o ganadero con fluidez.

Origen y propósito estratégico

El puente nació por varias razones urgentes. En primer lugar, por motivos defensivos frente a las frecuentes incursiones de piratas berberiscos y corsarios turcos en la Bahía de Cádiz. Los contingentes jerezanos requerían un paso seguro para acudir al auxilio de poblaciones amenazadas. Además, lo reclamaban los ganaderos y comerciantes, hartos de frecuentes ahogamientos de ganado en el viejo vado. Por último, conectaría con el Monasterio de la Cartuja de Santa María de la Defensión, al pie del monasterio, cuya fundación databa de 1476, gracias a Álvaro Obertos de Valeto.

Un proyecto real: diseño y construcción

La obra empezó en 1525. Jerez no podía afrontarla sola, por lo que buscó el apoyo de la Corona y financiación vecinal. Sólo en 1541 abrió al tráfico. Su proyecto siguió un diseño clásico del siglo XVI: sillería robusta y ladrillo, seis arcos centrales de medio punto, pilares cuadrangulares y tajamares laterales. En los extremos se incorporaron dos arcos menores. Las marcas de cantería y las inscripciones aún atestiguan su construcción; destacan una placa con la fecha 1592 y el nombre del corregidor y diputado que supervisaron las obras.

Diversos maestros intervinieron: Ortuño Jiménez de Vertendona diseñó el puente; Pedro Fernández de la Zarza, Diego Jiménez y Hernando Álvarez trabajaron en su ejecución.

Los primeros hitos y usos complementarios

Casi desde su inauguración, el puente integró un molino hidráulico bajo uno de sus arcos. En 1583 ya funcionaba, aprovechando la corriente del Guadalete. Fue clave para moler grano en la comarca hasta el siglo XIX, y su recuerdo permanece vivo en una inscripción conmemorativa.

En 1596 se levantó junto al puente una casa de dos plantas: estancia para el molinero y almacén de grano. Hoy alberga la histórica Venta de La Cartuja, uno de los restaurantes más antiguos de España.

Resiliencia, restauraciones, pleitos

El puente resistió grandes avenidas, incluida la de 1917, siendo el único sobreviviente de la cuenca del Guadalete . A lo largo de los siglos, el Cabildo, el Prior de la Cartuja y vecinos financiaron reparaciones. El prior impulsó la demolición de casas anexas para preservar su estructura en 1582 . En 1537 constan pleitos por el uso del agua del molino frente a propietarios del olivar.

En 2017, la Consejería de Medio Ambiente restauró el entorno y abrió un sendero ribereño desde el puente hasta El Puerto de Santa María. Al mismo tiempo amplió los arcos abiertos al agua de tres a seis para prevenir inundaciones.

El V centenario: valoración y futuro

En 2025 se celebran 500 años del inicio de su construcción. Jerez organiza más de veinte actividades: conferencias, rutas, exposiciones y rutas ciclistas. El Ayuntamiento promueve su declaración como Bien de Interés Cultural, un reconocimiento pendiente que reforzaría su protección.

Expertos como el historiador Agustín García Lázaro destacan el puente como símbolo de unión entre Jerez, la Bahía y el Campo de Gibraltar. Además, reivindican su valor paisajístico y económico, integrándolo en la candidatura de Jerez a Capital Europea de la Cultura 2031.

Anécdotas y curiosidades

  • Un dibujo del puente y su molino aparece en un plano del siglo XVII, fechado hacia 1620, que muestra el ingenioso sistema hidráulico.
  • En sus marcas de cantero destaca la leyenda: “…se acavo… año MDXCII…”
    que recuerda la finalización del puente bajo Baltasar de Morales Maldonado.
  • En el siglo XVIII, las tuberías de agua que pasaban por el puente fueron fuente de disputas legales, porque vecinos reclamaban caudal frente a intereses molineros .

Su legado hoy

El puente sigue en uso para peatones y vehículos ligeros. A su lado discurre un sendero ecológico que fomenta turismo rural y cultural. La Venta de La Cartuja atrae visitantes con su gastronomía y su historia. En las orillas, la laguna de Las Quinientas y obras de restauración ambiental subrayan su valor paisajístico.

En paralelo, la Cartuja —monasterio vecino— acaba de abrir sus puertas al público tras años de clausura, y el Estado destina fondos a su rehabilitación, reforzando el entorno patrimonial junto al puente.

Galería de fotografías

El Puente de la Cartuja encarna cinco siglos de historia, ingenio y supervivencia. Desde su origen real y defensivo hasta su uso civil y agroindustrial, ha resistido pleitos, avenidas catastróficas y el paso del tiempo. Hoy celebramos no solo su antigüedad, sino su capacidad para conectar espacios, generaciones y proyectos. Su declaración como Bien de Interés Cultural marcará el inicio de una nueva etapa de protección y valorización.

Así, el puente continúa tejiendo, piedra a piedra, el relato orgulloso de Jerez.

puente de la Cartuja
puente de la Cartuja
panorámica del puente desde la pasarela peatonal
panorámica del puente desde la pasarela peatonal
pilares y cauce en uno de los arcos próximos a la pasarela
pilares y cauce en uno de los arcos próximos a la pasarela
panorámica a los pies del puente
panorámica a los pies del puente
un patrimonio histórico que merece la pena ser conservado
un patrimonio histórico que merece la pena ser conservado

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