En el corazón de Andalucía, entre las provincias de Granada y Jaén, se alza un coloso de la ingeniería del siglo XIX: el Puente del Hacho, una estructura que durante décadas marcó un hito en la historia ferroviaria y arquitectónica de España. Ubicado en el municipio de Guadahortuna, este puente metálico no solo es el más largo de la red ferroviaria española, sino que también es un testimonio del ingenio humano y la perseverancia frente a las adversidades del tiempo y la modernización.
Un legado de Gustave Eiffel y su escuela
Diseñado en los años 1890 bajo la dirección del famoso ingeniero Gustave Eiffel, el Puente del Hacho refleja la sofisticación técnica de su época. Sus colaboradores, Duvel y Butilia, adaptaron la estética y funcionalidad que caracterizan otras obras de Eiffel, como la Torre Eiffel en París o el Puente de San Juan en Oporto. La estructura, finalizada en 1897, cuenta con 624,6 metros de longitud y alcanza una imponente altura de 49,85 metros sobre el río Guadahortuna.
Construido con vigas de celosía y perfiles estructurales ensamblados mediante miles de roblones, el puente se apoya en once pilastras que combinan hierro y mampostería. Su diseño no solo priorizó la resistencia y durabilidad, sino también la accesibilidad, incluyendo pasarelas y escaleras que permitían inspecciones y reparaciones regulares.
Un puente que conecta más que territorios
Inaugurado el 22 de marzo de 1898, el Puente del Hacho fue durante décadas una arteria vital para el transporte y la comunicación entre Almería y Linares. En su construcción participaron cientos de trabajadores, que formaron una pequeña comunidad alrededor de la estación de Alamedilla-Guadahortuna. Este núcleo obrero permaneció activo hasta bien entrado el siglo XX, simbolizando el progreso industrial de una época.
Sin embargo, el auge de las locomotoras diésel y los avances en tecnología ferroviaria hicieron que el puente fuera quedando en desuso. A pesar de su imponente presencia, fue olvidado y sometido al abandono. En los años 70, estuvo al borde de la destrucción cuando un plan para desmontarlo fue detenido gracias a la movilización vecinal y el apoyo de las autoridades locales.
La lucha por la conservación
La historia del Puente del Hacho es también la de una comunidad que se negó a ver desaparecer un pedazo de su patrimonio. En noviembre de 1978, cuando el puente estaba a punto de ser desmantelado, vecinos y autoridades lideraron una campaña para protegerlo. Aunque la declaración como Monumento Histórico-Artístico no se materializó en su momento, en 2024 fue finalmente reconocido como Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento.
Hoy en día, el puente sigue siendo una atracción única para los amantes de la historia, la ingeniería y la naturaleza. Aunque ya no cumple su función original, su silueta contra el paisaje montañoso de Andalucía es un recordatorio de una época de innovación y ambición.
Visita el puente del Hacho
Para los viajeros interesados en explorar esta joya histórica, la visita al Puente del Hacho es una experiencia que combina historia, arquitectura y paisajes espectaculares. Situado cerca de la pedanía de El Hacho, el puente ofrece vistas impresionantes del valle del río Guadahortuna y es un excelente punto de partida para descubrir otros tesoros de la comarca.
Además, su reciente declaración como Bien de Interés Cultural ha impulsado esfuerzos para su conservación y puesta en valor, lo que significa que cada visita contribuye a mantener vivo este emblemático símbolo del pasado ferroviario de Andalucía.
Si estás planificando tu próxima aventura en Andalucía, no dejes de incluir el Puente del Hacho en tu itinerario. ¡Explora, aprende y déjate maravillar por este gigante de hierro que ha desafiado al tiempo!.
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