No es difícil encontrar en las calles de Cádiz vestigios de su pasado milenario.
Hablamos de la necrópolis de Gadir como un conjunto de zonas de enterramientos fenicios repartidos por varios lugares de la actual ciudad de Cádiz.
Gadir se encuadra en una época durante el poblamiento fenicio en la Bahía, en las islas Kotinoussa y Erytheia, ambas pertenecientes al archipiélago de las llamadas Islas Gadeiras. No se puede entender la necrópolis sin conocer la geografía de la bahía durante el primer milenio a.C que, como os podéis imaginar, era muy diferente al actual.
Hay que darse cuenta que, el núcleo urbano que hoy conocemos de Cádiz, en aquella época, estaba separado en dos islas por el llamado canal bahía – caleta. Ya hicimos referencia a esto en la entrada del blog en el que hablábamos de la puerta al Barrio de Santa María, próximo a los muelles y al puerto comercial de la capital gaditana. Un canal que desapareció, ocupándose en él el espacio urbano que hoy nos resulta tan familiar.
Existió una primera necrópolis, con origen en el año 1100 aC, que se extendía por el área que ubicadas, actualmente, por el teatro Andalucía y las calles Cánovas y Ancha. Si bien nos situamos en la zona norte de la isla de Erytheia, también se ha encontrado un enterramiento entre la catedral vieja y la casa del Obispo.
Sin embargo, se habla de una necrópolis clásica, que ocuparía el espacio que va desde el actual barrio de Santa María hasta la Segunda Aguada. Su datación corresponde a los siglos VII y VI aC. En las excavaciones realizadas, se pone de manifiesto la importancia que tuvo Gadir durante esta época y su íntima relación con Cartago.
Con todo este prólogo histórico, nos hacemos una idea bastante aproximada de la antigüedad de la ciudad, por un lado, y de la importancia militar, comercial y cultural que adquirió en esa época. Y no son pocos los testimonios de esos tiempos los que salen, de nuevo, a la luz y que nos permiten redescubrir aquellas civilizaciones y las que vinieron siglos más tarde.
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