Hoy me propongo conduciros a uno de esos rincones de Cádiz, en su centro histórico, que rebosa de historia y leyenda.
En Cádiz, igual que en otras tantas ciudades de España, también existe un callejón del duende. Esta pequeña vía comunicaba el foso del circo romano con la calle Mesón. Y, como nota anecdótica, fue descubierto no hace muchos años.
A día de hoy, se decidió que permaneciera cerrado con el fin de preservar toda su esencia y magia. Se trata de la calle más estrecha de la capital gaditana. Su trazado original era curvado, y esto tenía una razón de ser: combatir el viento.
En el pasado, probablemente, la calle estuvo frecuentada por contrabandistas y, según cuentan, esta circunstancia pudo ser el origen de su nombre. Algunas versiones narran que uno de los que, a menudo, caminaban por este lugar tenía el apodo de “El duende”. Otras, por el contrario, cuentan que se oían lamentos fantasmales con el objetivo de que los vecinos no frecuentara este lugar.
Una leyenda contaba que durante la invasión napoleónica, un capitán francés se enamoró perdidamente de una gaditana, y esta, que en un principio le siguió el juego con objeto de liberar a su novio, terminó por rendirse a la pasión del soldado. La pareja solía hacerse arrumacos en un callejón que desemboca en la calle Mesón. Su final fue trágico: fueron ajusticiados por los patriotas por su traición.
Muchos vecinos afirman que, en el día de los difuntos, es posible oír los lamentos de la pareja.
Sea como fuere, sin lugar a dudas, es uno de los rincones con más encanto de la ciudad de Cádiz.
Os dejo algunas fotografías y, por supuesto, os invito a que os deis un paseo y conozcáis el callejón del duende por vosotros mismos.
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