La nao Victoria es uno de los símbolos más poderosos de la historia marítima mundial: fue el primer barco en completar una circunnavegación del planeta, entre 1519 y 1522, como parte de la expedición liderada inicialmente por Fernando de Magallanes y culminada por Juan Sebastián Elcano.
Origen y construcción de la nao Victoria
La nao Victoria ocupa un lugar destacado en la historia de la navegación. Fue el único barco de una flota de cinco que logró completar la primera circunnavegación del planeta, uniendo definitivamente las rutas marítimas de Europa, América y Asia. Sin embargo, detrás de este hito se encuentra una fascinante historia de construcción naval, comercio, y la ambición de una época.
Origen y construcción
La Victoria fue construida a finales del siglo XV o principios del XVI en los astilleros de Ondarroa, una villa marinera del País Vasco, famosa entonces por la calidad de sus constructores navales. Inicialmente fue bautizada como Santa María. Los astilleros vascos, situados en lugares como Deusto, Zumaia o la propia Ondarroa, eran altamente valorados por su conocimiento en la construcción de embarcaciones robustas, preparadas para soportar tanto las travesías atlánticas como las duras condiciones del mar del Norte.
Primer propietario del buque
El primer propietario conocido fue Domingo de Apallua, un próspero comerciante vasco, junto con su hijo Pedro de Arizmendi. Usaban la nave para rutas comerciales entre los puertos del norte de Castilla y los de Inglaterra. Estas rutas eran habituales en el comercio de lana, hierro y trigo. El diseño de la Santa María como nao respondía a las necesidades de la época: una embarcación de carga sólida, con buena capacidad de almacenamiento y suficientemente armada para defenderse de piratas o corsarios.
Reinado de Carlos I
Cuando la Corona de Castilla, bajo el reinado de Carlos I, organizó la gran expedición hacia las Islas de las Especias (las Molucas), necesitaba naves fiables. En 1518, la Casa de la Contratación de Sevilla, responsable de gestionar el comercio y las expediciones ultramarinas, adquirió varias embarcaciones. Entre ellas estaba la Santa María, que fue rebautizada como Victoria, en honor al monasterio de Santa María de la Victoria de Triana, donde el líder de la expedición, Fernando de Magallanes, había jurado lealtad al rey.
Aunque los propietarios recibieron 800 ducados de oro como compensación, protestaron porque el valor de la nave y el lucro cesante de sus rutas comerciales superaba esa cantidad. Aun así, el trato se cerró y la Victoria pasó a integrar la expedición conocida como la Armada de la Especiería.
Organización de la expedición y la histórica circunnavegación
La expedición partió de Sevilla el 10 de agosto de 1519 con cinco naves: Trinidad, San Antonio, Concepción, Santiago y la Victoria. El objetivo era encontrar una ruta hacia Asia navegando hacia el oeste, evitando el control portugués en África y el océano Índico.
Magallanes lideró la flota hasta su muerte en Filipinas en 1521. Entonces, Juan Sebastián Elcano, marino guipuzcoano, tomó el mando. La Victoria siguió navegando hacia el oeste, atravesando el océano Índico, bordeando África por el cabo de Buena Esperanza y regresando a España. El 6 de septiembre de 1522, después de tres años de penurias, solo la Victoria regresó a Sevilla con 18 hombres de los aproximadamente 265 que habían partido.
La nao transportaba una valiosa carga de especias que no solo cubrió los costes de la expedición, sino que también dejó un beneficio considerable.
¿Cuántos viajes realizó la nao Victoria?
La travesía de la primera vuelta al mundo fue, sin duda, su viaje más célebre y el que ha quedado grabado en la historia universal. Sin embargo, la nao Victoria siguió en servicio después de 1522.
Reparada tras su gesta, fue vendida a comerciantes genoveses y continuó en uso durante casi 50 años más. Participó en varias rutas comerciales entre Sevilla y el Caribe, transportando mercancías y pasajeros entre España y las colonias americanas. Finalmente, alrededor de 1570, la nave desapareció durante una travesía entre Santo Domingo y la península ibérica, probablemente a causa de una tormenta o ataque de piratas.
Legado y réplicas modernas de la nao Victoria
Para conmemorar la histórica circunnavegación, en 1992 se construyó una réplica de la Victoria en Isla Cristina (Huelva) con motivo de la Exposición Universal de Sevilla (Expo 92). Esta réplica ha servido como museo flotante y ha viajado por todo el mundo, incluyendo una vuelta al mundo entre 2004 y 2006.
Una segunda réplica fue botada en 2020 en los astilleros de Punta Umbría y está destinada a convertirse en una exposición permanente en Sevilla.
Además, en Punta Arenas (Chile), el Museo Nao Victoria alberga otra réplica a escala real, construida entre 2009 y 2011, que honra tanto la epopeya de Magallanes y Elcano como la rica historia naval global.
Un símbolo de la exploración y el ingenio humano
La Victoria no solo fue una embarcación de madera y velas. Representó el espíritu de exploración de una época que cambió el mundo para siempre. Su travesía demostró que la Tierra podía ser circunnavegada, conectando culturas y mercados en una red verdaderamente global. Su legado continúa inspirando a exploradores, historiadores y a todos aquellos que miran al horizonte con la curiosidad de descubrir lo desconocido.
La Armada de la Especiería y la vuelta al mundo
La expedición que llevaría a la Victoria a dar la vuelta al mundo se conoció oficialmente como la Armada de la Especiería. Su objetivo era claro: encontrar una ruta hacia las legendarias islas Molucas —productoras de especias como clavo y nuez moscada— navegando hacia el oeste, evitando el monopolio que Portugal ejercía sobre las rutas africanas y asiáticas bajo el Tratado de Tordesillas (1494).
Proyecto promovido por Fernando de Magallanes
El proyecto fue promovido por Fernando de Magallanes (Fernão de Magalhães, en portugués), un navegante experimentado que, tras desavenencias con el rey Manuel I de Portugal, ofreció sus servicios a Carlos I de España. Magallanes presentó un ambicioso plan: cruzar el Atlántico, descubrir un paso hacia el Pacífico por el sur de América y alcanzar Asia navegando siempre hacia occidente. Tras superar escepticismo y trabas burocráticas, el joven rey Carlos aprobó el proyecto en 1518, viendo en él una oportunidad de expandir los dominios españoles y su control del lucrativo comercio de especias.
Casa de contratación de Sevilla
La Casa de la Contratación de Sevilla, el organismo encargado de gestionar las empresas marítimas castellanas, coordinó la compra y adecuación de cinco naves:
- Trinidad (110 toneladas) — Capitana, al mando de Magallanes.
- San Antonio (120 toneladas).
- Concepción (90 toneladas).
- Santiago (75 toneladas).
- Victoria (85 toneladas).
Las naves eran relativamente pequeñas según los estándares modernos, pero adecuadas para exploración oceánica: robustas, maniobrables y con capacidad de transporte razonable. Procedían de distintos astilleros del norte de España, especialmente del País Vasco, conocido por su avanzada ingeniería naval.
La tripulación totalizó aproximadamente 265 hombres de diversas nacionalidades: castellanos, vascos, andaluces, portugueses, griegos, flamencos, italianos, incluso algunos ingleses y franceses. Entre ellos estaban navegantes experimentados, soldados, carpinteros, calafates, grumetes y esclavos. Antonio Pigafetta, noble italiano y cronista de la expedición, sería quien dejaría el testimonio más detallado de esta odisea.
Inicio del viaje hacia Sanlúcar de Barrameda
El 10 de agosto de 1519, la Armada zarpó de Sevilla y descendió por el Guadalquivir hasta Sanlúcar de Barrameda, donde permaneció un mes preparando el aprovisionamiento final. El 20 de septiembre levantaron anclas y comenzaron la travesía hacia lo desconocido.
Etapas clave de la travesía
- Brasil y Patagonia: La flota bordeó la costa este de Sudamérica. Durante el invierno austral de 1520, una tormenta hundió la Santiago. La flota descubrió un estrecho —hoy llamado Estrecho de Magallanes— que conectaba el Atlántico con el Mar del Sur (Océano Pacífico).
- Motines y deserciones: Durante el cruce de la Patagonia, algunos oficiales conspiraron contra Magallanes. El motín fue sofocado, y algunos rebeldes fueron ejecutados o abandonados.
- El Pacífico: El cruce del océano fue más largo y duro de lo esperado. La tripulación sufrió hambre extrema y escorbuto. Llegaron a las islas Marianas y luego a las Filipinas.
- La muerte de Magallanes: En 1521, Magallanes murió en combate en la isla de Mactán, luchando junto a aliados indígenas. Su liderazgo fue sucedido temporalmente por Duarte Barbosa y Juan Serrano, hasta que Juan Sebastián Elcano asumió el mando definitivo.
- Molucas y regreso: La Victoria y la Trinidad llegaron finalmente a las Molucas. La Trinidad fue capturada posteriormente por los portugueses. La Victoria, cargada de especias, emprendió el regreso navegando hacia el oeste a través del océano Índico.
- El Cabo de Buena Esperanza: Tras circunnavegar África, la Victoria arribó a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522, con solo 18 supervivientes a bordo.

Este viaje no solo demostró la esfericidad de la Tierra sino que estableció, por primera vez, una ruta marítima que conectaba todos los océanos y continentes. La Armada de la Especiería fue un logro logístico, náutico y humano sin precedentes, que transformó la visión geográfica y comercial del mundo.
Últimos años y desaparición de la nao Victoria
Tras completar la primera circunnavegación de la Tierra en 1522, la nao Victoria regresó a Sevilla convertida en leyenda. Su llegada no solo fue un triunfo náutico, sino también económico: cargada de especias —principalmente clavo—, su mercancía cubrió con creces los costos de toda la expedición y dejó un excedente que confirmó la rentabilidad del proyecto. Sin embargo, a pesar de su hazaña, el destino de la nave no fue el retiro glorioso que cabría esperar.
Después de la llegada, la Victoria necesitó reparaciones urgentes. Tres años en alta mar, atravesando tormentas, combates y océanos desconocidos, habían dejado la estructura seriamente dañada. La Casa de la Contratación y las autoridades sevillanas evaluaron su estado. Aunque algunos propusieron conservarla como símbolo del éxito imperial, la mentalidad práctica de la época y las necesidades comerciales prevalecieron.
Venta de la nao a un comerciante genovés
La nao fue reparada y vendida a un comerciante genovés cuyo nombre no ha quedado registrado en las fuentes primarias. Este comprador la destinó nuevamente a rutas comerciales, ya que la demanda de naves experimentadas y resistentes era alta en los circuitos entre Europa y América.
Durante las siguientes décadas, la Victoria navegó en las rutas atlánticas entre Sevilla y las Antillas, transportando mercancías y pasajeros. Estas travesías no eran menos peligrosas que las exploraciones: los huracanes, la piratería y el deterioro natural seguían siendo amenazas constantes.
Desaparición definitiva de la histórica nao
Las últimas menciones documentadas de la nao datan de hacia 1570. Se sabe que la Victoria, ya envejecida pero aún en servicio, zarpó desde Santo Domingo (actual República Dominicana) con rumbo a España. En algún punto del viaje, desapareció sin dejar rastro. Las hipótesis más aceptadas por los historiadores son tres:
- Tormentas atlánticas: La época del año y la ruta habitual coinciden con las temporadas de huracanes, una de las causas más frecuentes de naufragios en esa región.
- Piratería: El Caribe era entonces un foco de actividad pirata y corsaria, especialmente de franceses e ingleses, que atacaban tanto por botín como por hostilidad hacia el poder español.
- Fatiga estructural: La nave había superado con creces su vida útil. La acumulación de daños, reparaciones provisionales y el desgaste del casco pudieron causar su colapso en mar abierto.
No se recuperó ningún vestigio de la embarcación ni de su tripulación. La Victoria desapareció sin testigos, dejando su destino final envuelto en misterio.
Curiosidades de la nao Victoria y su tripulación
La epopeya de la Victoria y sus marinos está llena de detalles fascinantes que reflejan tanto la dificultad de la empresa como el ingenio y la resistencia de sus protagonistas. Aquí algunas curiosidades poco conocidas que enriquecerán aún más la historia de esta célebre nao:
1. Una tripulación multinacional antes de que existiera el concepto
Aunque se trataba de una expedición española, la tripulación de la Victoria y las demás naves de la Armada de la Especiería era extraordinariamente diversa. Además de castellanos y vascos, había portugueses, italianos, franceses, griegos, flamencos, ingleses e incluso algunos marineros africanos. Esto anticipaba las tripulaciones globalizadas que serían comunes siglos después.
2. El nombre “Victoria” no fue casual
El nombre Victoria fue elegido en honor al monasterio de Santa María de la Victoria de Triana, en Sevilla. Allí, Magallanes y sus oficiales juraron lealtad al rey Carlos I antes de zarpar. Era también una invocación simbólica al éxito que esperaban obtener en su peligrosa empresa.
3. Elcano: de rebelde a héroe
Juan Sebastián Elcano, quien completó la circunnavegación al mando de la Victoria, había participado en el motín contra Magallanes en la Patagonia. Tras el fracaso de la rebelión, fue perdonado y siguió en la expedición. Paradójicamente, el hombre que intentó deponer al líder terminó llevando la empresa a su gloria final.
4. La dieta: de carne salada a cuero hervido
Durante la travesía por el Pacífico, los víveres se agotaron hasta extremos extremos. La tripulación sobrevivió comiendo cuero hervido, serrín y, en casos documentados por el cronista Pigafetta, ratas. El escorbuto diezmó a los marinos, pero los que resistieron lograron completar una hazaña nunca antes vista.
5. Una carga de especias que valía una fortuna
Cuando la Victoria regresó a Sevilla, traía a bordo 26 toneladas de clavo. Solo esa carga cubrió no solo los gastos de la expedición, sino que dejó un beneficio neto que aseguró el interés de la Corona española en futuras exploraciones hacia Asia.
6. Una sola nao, miles de leguas
En total, se estima que la Victoria recorrió más de 42.000 millas náuticas (alrededor de 78.000 kilómetros), una distancia colosal para una nave de apenas 85 toneladas, sin carta náutica precisa ni tecnologías de navegación modernas.
7. Un viaje sin paralelo hasta el siglo XVIII
Aunque el viaje de la Victoria abrió una ruta circunnavegacional, no se repetiría una vuelta al mundo completa hasta más de medio siglo después. El control portugués en Asia y las dificultades logísticas desanimaron nuevas circunnavegaciones hasta que la navegación transoceánica se consolidó más adelante.
8. El último superviviente español
Juan Sebastián Elcano, tras ser recibido con honores y una renta vitalicia por Carlos I, falleció en 1526 durante una segunda expedición a las Molucas. Muchos de los 18 sobrevivientes de la Victoria también regresaron al mar, demostrando que, pese al sufrimiento, la llamada de los océanos seguía viva en ellos.
Réplicas y legado
La nao Victoria no solo dejó huella en los anales de la historia marítima, sino que su memoria ha sido honrada a lo largo de los siglos con proyectos de reconstrucción y conmemoraciones que celebran su papel pionero en la exploración global.
Réplicas modernas de la Victoria
La primera réplica a escala real de la Victoria se construyó en 1991, en los astilleros de Isla Cristina (Huelva), bajo la dirección de Ignacio Fernández Vial. Este proyecto se realizó con motivo de la Expo 92 de Sevilla, que conmemoraba los quinientos años del descubrimiento de América. La construcción respetó al máximo los métodos y materiales tradicionales del siglo XVI, permitiendo una fidelidad histórica notable.
Esta réplica participó en diversos eventos internacionales y, entre 2004 y 2006, completó su propia vuelta al mundo, emulando la hazaña original. Durante su travesía, la réplica de la Victoria atracó en más de 17 países y 40 puertos, promoviendo el conocimiento sobre la primera circunnavegación y sirviendo como museo flotante.
En 2020, se botó una segunda réplica en los astilleros de Punta Umbría (Huelva). Esta nueva embarcación, construida con las últimas técnicas de preservación y seguridad pero manteniendo la estética histórica, se destinó a convertirse en una exposición permanente junto a la emblemática Torre del Oro de Sevilla, ofreciendo a los visitantes una experiencia inmersiva de la navegación del siglo XVI.
Además, en el Museo Nao Victoria de Punta Arenas (Chile) se encuentra otra réplica a escala real, construida entre 2009 y 2011. Esta réplica es uno de los principales atractivos del museo, que también alberga réplicas de otras naves históricas vinculadas a la exploración del estrecho de Magallanes y la historia marítima de la región.
Legado cultural y científico
El legado de la Victoria trasciende lo puramente marítimo. La primera circunnavegación cambió radicalmente la percepción del mundo. Demostró empíricamente que la Tierra era redonda y que los océanos del planeta estaban interconectados. También abrió rutas comerciales que, aunque complicadas y peligrosas, serían la base de las futuras redes de comercio global que caracterizaron la era moderna.
La gesta también inspiró a generaciones de científicos, exploradores y navegantes. El concepto de «circunnavegación» se convirtió en un símbolo de la capacidad humana para superar los límites del conocimiento y los desafíos naturales.
Reconocimientos y conmemoraciones
El papel histórico de la Victoria ha sido reconocido oficialmente en numerosas ocasiones:
- En 1922, con motivo del cuarto centenario de su regreso a Sevilla, se celebraron actos oficiales y se erigieron monumentos en España y otros países.
- La expedición Magallanes-Elcano fue declarada evento de interés público en España durante las conmemoraciones del quinto centenario (2019-2022).
- Diversos sellos postales, monedas conmemorativas y exposiciones se han dedicado a la Victoria y su histórica travesía.
- La Fundación Nao Victoria, con sede en Sevilla, continúa gestionando la réplica y promoviendo actividades educativas y divulgativas a nivel internacional.
Un símbolo universal de exploración
Más allá de su dimensión histórica, la Victoria se ha convertido en un símbolo universal de la curiosidad humana, la valentía y la perseverancia frente a lo desconocido. Representa el espíritu de una era que no temía cruzar los límites del mapa y buscar nuevas rutas para conectar continentes, culturas y personas.
Hoy, cuando observamos las réplicas navegando o visitamos las exposiciones dedicadas a la Victoria, no solo contemplamos una nave de madera y velas, sino un testimonio tangible del ingenio y la resiliencia que impulsaron una de las mayores epopeyas de la humanidad.
Galería de fotografías
La nao Victoria no solo representa una hazaña náutica sin precedentes, sino que también simboliza la determinación humana por explorar lo desconocido y conectar culturas a través del mar. Su legado perdura en museos, réplicas navegantes y en la memoria colectiva de la historia marítima mundial.



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