Coloquialmente conocida como la peña o el tapón, es una torre vigía que se encuentra en la popular playa de Matalascañas.
Formó parte, en su época, de una línea de atalayas cuyo fin principal era proteger el litoral de lo que hoy es la provincia onubense. De aquella torre solo se conservan los cimientos volcados, de una manera espectacular, sobre la playa.
Su origen se remonta al siglo XVI, en el que las playas eran paso habitual del comercio entre Europa y las colonias americanas. Con frecuencia, solían ser atacadas por piratas berberiscos. Este fue la motivación principal para el monarca que reinaba en aquellos años, Felipe II, que ordenó construir once torres que sirvieran de vigilancia ante las incursiones piratas, y control del tráfico de mercancías.
Su estado actual es consecuencia del famoso terremoto de Lisboa. Este provocó un movimiento en el terreno que hizo bascular a la atalaya desde lo alto del acantilado en donde se encontraba originalmente, haciendo que sus cimientos quedaran varados en la playa.
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