A pocos metros de la monumental iglesia de Santiago y bajo un lienzo de las antiguas murallas urbanas de Jerez de la Frontera, se erige una fuente monumental dedicada a uno de los hijos más ilustres de la ciudad gaditana.
Álvar Núñez fue un conquistador español nacido en Jerez en los primeros años del siglo XVI. Miembro de una familia hidalga acomodada. En su juventud, se le procuró una exigente formación académica.
Tiempo después, en Sevilla, se unió a la expedición comandada por Pánfilo Narváez, cuyo objetivo era la exploración y colonización de la Florida. Tras pasar difíciles momentos durante su aventura por tierras americanas. A su regreso, fue nombrado gobernador del Río de la Plata.
No fue esta la última expedición que capitaneó en su vida.
Durante algunos años calló en desgracia, siendo desterrado a África, en donde vivió por algún tiempo en Orán, hasta que fue perdonado y regresó a España. Fue rehabilitado por el rey Felipe II y propuesto para el tribunal supremo de la capital hispalense.
Murió siendo prior de un convento en la ciudad de Sevilla.
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