Resulta emocionante para mí descubrir lugares que, desde hace tiempo, fueron abandonados por quienes lo habitaban. El Puerto es, por desgracia, un lugar en el que es fácil encontrar palacetes que, de manera progresiva, quedaron deshabitados y en los que se pueden ver los deterioros causados por el paso del tiempo.
Hoy la propuesta que os traigo para mi blog es abrir la ventana a un par de estos sitios que permanecen en este estado. Son dos casas que, visto lo visto, tienen detalles bastante interesantes. Lástima que, el día que las descubrí, no me fue posible dedicarle el tiempo preciso para explorarlas con más calma.
Seguro, empero, que apreciaréis las cuatro fotografías que os comparto.
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