Desde hace varios días, una goleta permanece amarrada en el puerto deportivo de Puerto Sherry, despertando la curiosidad de quienes pasean por sus muelles. Se trata de un barco con una historia fascinante, construido en 1984 y actualmente dedicado a ofrecer experiencias de aventura y coaching para un público internacional: la goleta Atyla.
Historia dela Goleta Atyla
La historia de esta embarcación es digna de ser contada. Aunque hoy es conocida como Atyla, en sus inicios se bautizó con el nombre de Marea Errata. Su concepción original tenía un propósito ambicioso: realizar una circunnavegación siguiendo los pasos del legendario explorador Juan Sebastián Elcano. Sin embargo, a pocos meses de su botadura, el principal patrocinador del proyecto se retiró, truncando aquel sueño antes de zarpar.
Lejos de rendirse, se trazó un nuevo plan para la goleta: partir rumbo a aguas caribeñas y operar como embarcación turística. Pero el destino volvió a jugar en su contra. Durante la travesía, una violenta tormenta obligó a la tripulación a buscar refugio en el puerto de Tánger. Lo que parecía una pausa momentánea fue toda una pesadilla, pues la nave fue asaltada y saqueada sin posibilidad de defensa. Despojados de sus recursos y con sus planes hechos añicos, la tripulación se vio obligada a dirigirse a la isla de Lanzarote, donde permanecieron amarrados durante varios meses.
A pesar de los contratiempos, el potencial turístico de la goleta se hizo evidente, lo que llevó a su tripulación a tomar la decisión de establecerse en aguas canarias y ofrecer excursiones a los visitantes. Esta etapa se extendió por casi dos décadas, marcando un periodo de estabilidad y aventura.
Embajadora de Cantabria
En 2005, el Gobierno de Cantabria contrató la goleta para convertirla en embajadora de la región. Durante seis años, surcó las aguas del Cantábrico con diversos propósitos, desde la formación de navegantes hasta el turismo náutico.
Finalizado el contrato, la embarcación fue sometida a un minucioso proceso de rehabilitación que le permitió seguir navegando. Cambió entonces las frías aguas del norte por la calidez del Mediterráneo. Desde 2014, ha participado en múltiples regatas de veleros clásicos, consolidándose como un emblema de la navegación tradicional. Bajo la tutela de la Fundación Atyla, la goleta ha encontrado su propósito definitivo, brindando experiencias de aprendizaje y aventura en alta mar.
Como testimonio de su paso por El Puerto de Santa María, comparto estas imágenes que inmortalizan la belleza y el espíritu indomable de la goleta Atyla.
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