La Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos y María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos tiene sus orígenes históricos vinculados a la Orden Franciscana Seglar en El Puerto de Santa María. Ya hacia 1650 existía en la ciudad una Venerable Orden Tercera de San Francisco que rendía culto a un Nazareno conocido popularmente como “El Greñúo”, por su cabellera natural.
Aquella orden seglar organizaba un Vía Crucis penitencial cada Viernes Santo de madrugada recorriendo la Calle de las Cruces (llamada así por las cruces colocadas en las fachadas durante dicho rito) hasta una capilla extramuros.
En 1688, el virrey Tomás de la Cerda, miembro de dicha orden, donó a la misma una nueva imagen de Jesús Nazareno denominada Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, tallada en el siglo XVII por el escultor guatemalteco Mateo de Zúñiga.
Esta imagen cristífera presidió durante casi dos siglos los cultos franciscanos, acompañada desde 1778 por una imagen mariana (Nuestra Señora de los Dolores) donada por el militar José de Benavente, quien pidió ser enterrado a sus pies (hoy su lápida se conserva junto al altar mayor).
Ambas imágenes recibían culto en la Iglesia del Convento de San Francisco y estuvieron a cargo de la Orden Tercera hasta los convulsos sucesos de 1868, cuando la revolución liberal forzó la exclaustración: ante el temor de derribo del convento, el Nazareno de los Afligidos fue trasladado al Convento de las Concepcionistas y la Dolorosa quedó protegida en la parroquia de San Francisco.
Décadas de devoción en El Puerto de Santa María
Tras décadas sin salir en procesión, la devoción al “Señor de los Afligidos” resurgió a mediados del siglo XX. En 1955, un grupo de devotos –varios de ellos empleados de las bodegas portuenses Fernando A. de Terry, S.A.– decidió fundar una nueva cofradía para recuperar el culto a la antigua imagen de Jesús de los Afligidos que permanecía olvidada en las dependencias de las monjas concepcionistas.
Negociaron con los propietarios de la talla (la Orden Tercera) y lograron la cesión de la imagen, redactando unos estatutos que fueron aprobados por el Arzobispado el 19 de septiembre de 1955.
Nacía así la Hermandad de los Afligidos en su etapa moderna, fijándose el Lunes Santo como día de su estación de penitencia (día que permanecía vacante en la Semana Santa local).
Aunque los fundadores pretendieron establecerse canónicamente en la iglesia del convento concepcionista –donde se hallaba originalmente el Nazareno–, al ser un convento de clausura esto no fue posible. En su lugar, el Ayuntamiento de El Puerto les cedió la Capilla del antiguo Hospital de San Juan de Dios, que se convirtió en la sede de la hermandad.
Evolución histórica y principales hitos
La primera salida procesional de los Afligidos tuvo lugar el Lunes Santo 26 de marzo de 1956, apenas medio año después de la fundación oficial.
Aquella histórica procesión supuso retomar el culto externo al Nazareno 88 años después de la última vez que salió (en 1868).
Los cofrades fundadores debieron afrontar con ingenio los preparativos: un temporal de lluvia impidió la procesión del Domingo de Ramos previo, pero el lunes el tiempo mejoró y la nueva hermandad pudo estrenarse en la calle.
Para financiar gastos, los hermanos recorrieron casas y comercios realizando colectas y colocaron huchas en establecimientos, logrando así sufragar aquel primer desfile penitencial.
Consolidación de la hermandad en la Semana Santa portuense
Un hito importante fue la incorporación de la imagen mariana propia. En sus inicios, la hermandad veneraba una imagen prestada de la Virgen del Rosario (procedente del convento concepcionista), hasta que encargó una nueva talla. En 1967, el imaginero Luis Ortega Brú (natural de San Roque) entregó la imagen de María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, que desde entonces es la titular mariana de la cofradía.
La Virgen del Rosario de Ortega Brú ha sido restaurada en varias ocasiones (1976, 1992 y 2019) para su adecuada conservación.
A finales de los años 60 la hermandad ya procesionaba con dos pasos: el paso de misterio con Jesús Nazareno de los Afligidos (acompañado por la figura de Simón de Cirene ayudándole a llevar la cruz, siguiendo la iconografía clásica), y el paso de palio de la Virgen del Rosario.
Desde su refundación en 1955, la cofradía ha alcanzado diversos reconocimientos y ha reforzado su identidad. En 1997 le fue concedido el título de Hermandad Sacramental, en reconocimiento al fervor con que integró el culto a la Eucaristía en sus reglas.
Ese mismo año, los cofrades decidieron nombrar como co-titular a San Francisco de Asís, recuperando oficialmente el carácter franciscano de sus orígenes.
Hermandad en el nuevo milenio
Años después, en 2012, la hermandad obtuvo dos distinciones notables: por un lado, la Orden Franciscana le otorgó formalmente el título de “Franciscana”; por otro, el rey Juan Carlos I le concedió el título de “Real”, sumándose así la Corona española al listado de honores de la corporación.
Desde entonces su denominación completa incluye los atributos de Real, Sacramental y Franciscana, reflejando esas dimensiones devocionales e históricas.
En su devenir histórico reciente, la Hermandad de los Afligidos ha experimentado también acontecimientos extraordinarios. Por ejemplo, en 2010 se llevó a cabo una investigación artística durante la restauración integral del Señor de los Afligidos, confirmándose documental y estilísticamente su atribución a Mateo de Zúñiga –escultor activo en Guatemala en el s. XVII– y su origen colonial novohispano.
Más recientemente, en la Cuaresma de 2025, la hermandad protagonizó un hecho inédito: debido a obras de restauración en su capilla, decidió trasladar temporalmente sus veneradas imágenes a la Parroquia de San Francisco, regresando así, 157 años después, al templo que había sido casa original del Nazareno hasta 1868.
Este traslado coyuntural supuso un emotivo reencuentro con sus raíces franciscanas y tuvo lugar mediante un acto procesional extraordinario por las calles de la ciudad, vivido como un hito por sus hermanos y la comunidad local.
Sede canónica: parroquia de San Francisco (Iglesia del antiguo convento)
La sede canónica histórica de la hermandad ha sido la Capilla de Jesús de los Afligidos, ubicada en el antiguo Hospital de San Juan de Dios (cedida en 1955 por el ayuntamiento). Sin embargo, por su vinculación fundacional y por acontecimientos recientes, resulta imprescindible describir la Parroquia de San Francisco, templo que ha albergado buena parte de la historia de esta cofradía. La iglesia de San Francisco fue originalmente la iglesia conventual de los frailes franciscanos observantes, cuyo convento se fundó en 1517 bajo el patronazgo de los duques de Medinaceli.
Aquel primitivo convento –situado extramuros, junto a una ermita dedicada al Santo Cristo– se construyó de forma humilde y fue ampliándose con el tiempo gracias a donaciones de benefactores locales durante los siglos XVI y XVII.
Características del templo en la actualidad
El templo actual presenta una mezcla de estilos renacentista y barroco, fruto de esas ampliaciones y reformas. Se estructura en planta de cruz latina con tres naves, habiéndose añadido capillas laterales y un coro alto a los pies a lo largo del Seiscientos.
En el siglo XIX, tras la desamortización, el convento quedó cerrado hasta que fue cedido a la Compañía de Jesús: los jesuitas fundaron allí el Colegio San Luis Gonzaga a finales del XIX, motivo por el cual la iglesia se conoce popularmente también como “los Jesuitas”.
Parroquia diocesana en la actualidad
Hoy día es una parroquia diocesana atendida por sacerdotes jesuitas, abierta al culto de la feligresía general. Desde el punto de vista artístico, la Iglesia de San Francisco atesora un importante patrimonio. Sobresale su retablo mayor barroco, de tamaño monumental y ricamente tallado y dorado, que preside el presbiterio. En este retablo central se han custodiado históricamente veneradas imágenes, como un antiguo Crucificado y la Virgen de los Dolores donada en 1778 (primera titular mariana de los Afligidos).
También se documenta que en este templo se veneraron otras devociones de gran arraigo, como Nuestro Padre Jesús de las Penas (titular de una cofradía pasionista extinta) y diversas imágenes de la Vera+Cruz, conformando un auténtico foco de religiosidad en la Edad Moderna.
La Parroquia de San Francisco es, por tanto, un escenario cargado de historia cofrade: fue el hogar original de la devoción a Jesús de los Afligidos en los siglos XVII-XIX y, de manera providencial, ha vuelto a acoger a esta hermandad en tiempos recientes.
Actividades religiosas, culturales y sociales fuera de Semana Santa
Aunque su manifestación más visible ocurre en la Semana Santa, la Hermandad de los Afligidos desarrolla una intensa vida corporativa durante todo el año, combinando actividades religiosas, sociales y culturales. En el aspecto religioso, organiza numerosos cultos internos. Cada Cuaresma celebra un Solemne Triduo en honor a Jesús de los Afligidos, seguido de un besapié de la imagen en el Domingo de Pasión.
Al concluir dicho besapié, es tradicional rezar el Vía Crucis con el Señor de los Afligidos mientras se traslada la imagen a su paso procesional por el claustro del antiguo hospital, rememorando aquel viacrucis penitencial de sus orígenes franciscanos.
Igualmente, en el mes de octubre se lleva a cabo el Triduo de María Santísima del Rosario, culminando el día 7 (festividad de la Virgen del Rosario) con una función solemne y un besamanos de la dolorosa.
Otros eventos de la hermandad a lo largo del año
Además, todos los domingos del año la hermandad participa en la misa de hermandad, y cada primer sábado de mes organiza la exposición del Santísimo Sacramento, pues al ostentar carácter sacramental, promueve la adoración eucarística regularmente.
En el terreno sacramental y devocional, la cofradía colabora estrechamente con la iglesia mayor prioral en los ritos de Semana Santa: acompaña los Santos Oficios del Jueves y Viernes Santo y se suma a la procesión eucarística del Corpus Christi. De hecho, instituye anualmente un Triduo Eucarístico preparatorio del Corpus y, llegado el domingo de la solemnidad, saca a las calles un paso con la Custodia (monstrancia) para la procesión del Santísimo Sacramento por las calles portuenses.
Esta faceta refuerza el compromiso de la hermandad con las obras de piedad fuera del ciclo pasional.
Iniciativas culturales y formativas de la hermandad
La Hermandad de los Afligidos también destaca por sus iniciativas culturales y formativas. Entre ellas cabe mencionar la organización de exaltaciones públicas y conferencias. Desde 2019 viene celebrando anualmente la Exaltación a María Santísima del Rosario, un acto literario-musical donde un orador designado proclama un elogio poético a la Virgen. En 2025 se llevó a cabo la III Exaltación del Rosario, pronunciada por un reconocido cofrade local en la iglesia de las Concepcionistas, con notable asistencia de hermanos.
Igualmente, la hermandad suele participar en ciclos de charlas de formación religiosa, conciertos benéficos de música cofrade y otras actividades de difusión de la cultura cofradiera e historia local. En el aspecto social y caritativo, la corporación cuenta con una Bolsa de Caridad activa: mediante esta, recauda fondos y recursos para ayudar a los más necesitados de la comunidad, colaborando con Cáritas parroquial y emprendiendo campañas solidarias (por ejemplo, recogida de alimentos, material escolar, juguetes en Navidad, etc.). Así, fiel a sus raíces de caridad cristiana –recordemos que su sede fue un antiguo hospital de la Misericordia–, la hermandad mantiene vivo el espíritu asistencial mediante obras concretas en beneficio del prójimo.
Patrimonio artístico: imágenes y pasos procesionales
El patrimonio artístico de la Hermandad de los Afligidos es rico y cuidadosamente preservado, conjugando obras de arte histórico con realizaciones contemporáneas de reconocido valor. Sus imágenes titulares son el eje de este patrimonio. Nuestro Padre Jesús de los Afligidos es una escultura de tamaño natural realizada en madera policromada. Estudios recientes han corroborado que se trata de una obra barroca guatemalteca de mediados del siglo XVII, atribuida al escultor Mateo de Zúñiga, quien trabajó en la Capitanía General de Guatemala.
Representa a Cristo Nazareno cargando con la cruz a cuestas en su camino al Calvario, con una expresión de serena aflicción. Lleva potencias en la cabeza y luce peluca natural, rememorando el aspecto con que se veneraba tradicionalmente (de ahí su mote histórico de “Greñúo”). Esta imagen constituye no solo una pieza devocional sino también histórica, al haber sobrevivido siglos de vicisitudes y ser centro de la identidad cofrade portuense.
Imagen de María Santísima del Rosario
Por su parte, María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos es una imagen de Dolorosa de candelero para vestir, tallada en 1967 por el célebre imaginero Luis Ortega Brú.
De facciones armoniosas y gran fuerza expresiva, representa a la Virgen María en su advocación del Rosario, pero vinculada a los Dolores de la Pasión (de ahí “en sus Misterios Dolorosos”). Fue concebida para esta hermandad, dotándola de una seña mariana propia tras la etapa inicial con la imagen prestada. La Virgen del Rosario posee un ajuar variado de sayas bordadas, mantos y joyas donadas por sus devotos a lo largo de décadas, entre los que destaca un manto de terciopelo azul bordado en oro que suele lucir en sus cultos solemnes, y una corona de plata sobredorada labrada con exquisitez.
En cuanto a los pasos procesionales, la hermandad ha invertido esfuerzos en dotarlos de un alto valor artístico. El paso de misterio de Jesús de los Afligidos ha evolucionado desde uno inicial más sencillo hasta el actual paso tallado. En 1967 se estrenó un paso neobarroco labrado en madera por el tallista sevillano Manuel Guzmán Bejarano, con candelabros de guardabrisas y respiraderos dorados al estilo tradicional.
Renovación integral de la hermandad
Ese fue el paso en el que el Nazareno procesionó durante décadas. En la última década, la cofradía acometió la renovación integral del mismo: los prestigiosos Talleres Hermanos Caballero (de Sevilla) han venido ejecutando un nuevo paso, cuya estructura se bendijo en 2013. Para 2017 ya se había completado el tallado y dorado de la canastilla frontal, presentando así un paso de misterio completamente renovado, más acorde al esplendor barroco. Este paso actual está ricamente ornamentado con volutas, cartelas policromadas (obra del imaginero Mariano Sánchez del Pino), y en sus esquinas figuran cuatro esculturas de arcángeles policromados (tallados en cedro por Miguel Bejarano en 1998) portando atributos de la Pasión.
Todo el conjunto combina la talla en madera con elementos de orfebrería plateada –por ejemplo, el llamador o martillo de estilo rococó, diseñado por Manuel de los Ríos– y va exornado con faroles y candelabros de guardabrisas que proyectan luz sobre la imagen.
El resultado es un trono procesional majestuoso, que aúna tradición e innovación artesanal.
Paso de palio de la hermandad
El paso de palio de la Virgen del Rosario también resume décadas de aportaciones artísticas. Los respiraderos (paneles de orfebrería del faldón) proceden de 1961 y fueron labrados en plata por el taller del orfebre Jerezano Landa, siendo posteriormente modificados en 1969 y plateados de nuevo en 1999 por Orfebrería Mallol.
Sobre ellos se alzan ocho elegantes varales o barras de palio plateadas, fabricadas en los años 70 por Lorenzo Jiménez (y restauradas en 1999), que sostienen el techo del palio. Este techo de palio y sus bambalinas (caídas o bordes) fueron estrenados en 1999, salidos del taller de bordados de Francisco Franco Ortega (Coria del Río) siguiendo un diseño del artista portuense David Calleja.
Están bordados en hilo de oro sobre terciopelo color cardenal, mostrando motivos barrocos y medallones alusivos a los misterios del rosario. El interior del techo posee incluso unos bajorrelieves escultóricos (obra de Miguel Bejarano) que realzan la iconografía mariana.
Como remate, el paso de palio cuenta con numerosas piezas de orfebrería: jarras y ánforas para flores, candelabros de cola y entrevarales (los laterales diseñados también por David Calleja en 1997), y un llamador plateado del taller de Manuel de los Ríos donado en 1998.
Todo este conjunto dota a la procesión de la Virgen de un marco solemne y de gran belleza estética, combinando la luz de la candelería (74 candeleros de plata iluminan a la Virgen) con el rítmico movimiento del palio al compás de marchas procesionales.
Patrimonio artístico de la hermadad
Además de las imágenes principales y sus pasos, la cofradía posee un rico patrimonio mueble: numerosas insignias bordadas (estandartes, guiones, banderas) entre las que destaca el Simpecado del Rosario –insignia mariana bordada en oro, con la letanía “Mater Dolorosa”–, un Libro de Reglas con cantoneras de plata cincelada, faroles y cruces de guía, y enseres de orfebrería como la corona y puñal de la Virgen o las potencias del Señor. También conserva un retablo cerámico de azulejos dedicado a Jesús de los Afligidos en la fachada de su capilla (obra del ceramista sevillano Facundo Peláez, 1957) que testimonia la devoción popular en el propio paisaje urbano.
Papel e identidad de la cofradía en la Semana Santa portuense
La Hermandad de los Afligidos se ha convertido, con el paso del tiempo, en una de las cofradías señeras de la Semana Santa de El Puerto de Santa María, aportándole elementos distintivos derivados de su historia y espiritualidad. Al desfilar cada Lunes Santo al atardecer, inaugura las jornadas centrales de la Semana Mayor portuense, siendo la única corporación que procesiona ese día, lo que le confiere un protagonismo especial.
Sus penitentes visten un hábito negro con botonadura y cíngulo blancos y cinturón de esparto, rematado por un antifaz negro con el escudo franciscano bordado.
Esta indumentaria austera evoca la sencillez franciscana y le ha valido el sobrenombre popular de “los penitentes franciscanos”. Durante el recorrido procesional, es tradicional que la hermandad transite por lugares emblemáticos relacionados con su pasado: por ejemplo, suele pasar frente al convento de las Concepcionistas (donde estuvo refugiada la imagen) y antaño recorría la Calle Cruces, rememorando aquel viacrucis fundacional. No faltan momentos de profundo sentimiento, como el canto de saetas en la recoleta Plaza de España o a las puertas de la capilla hospitalaria, cuando el público devoto dedica plegarias cantadas al “Señor de los Afligidos” en recuerdo de tantos enfermos y fieles que han orado ante Él.
Anécdotas y curiosidades de la hermandad
Muchass anécdotas y curiosidades que jalonan su trayectoria. Destaca el hecho de que la hermandad nació gracias a la iniciativa de trabajadores de bodegas. Cuenta la tradición que tras largas jornadas de trabajo en las oficinas de Terry, aquellos hombres se reunían motivados por su fe para reorganizar la cofradía. Llegaron incluso a ensayar la procesión en el patio de la bodega. Este origen “bodeguero” dejó impronta en los primeros años, y aún hoy la hermandad mantiene vínculos con el mundo vinatero local. Otra curiosidad histórica es que, en la antigua capilla hospitalaria, la imagen de Jesús de los Afligidos compartió altar con San Juan de Dios y con San Judas Tadeo, santo por el que existe gran devoción. Tanto es así que la hermandad celebra mensualmente una misa en honor a San Judas, habiéndose convertido este culto en un foco de peregrinación local los últimos miércoles de mes.
Identidad de la hermandad en El Puerto de Santa María
La identidad de “Los Afligidos” se nutre de su estrecha conexión con la ciudad. Es una cofradía que combina la antigüedad devocional –heredera de un culto del s. XVII– con la renovación moderna de 1955, sirviendo de puente entre el pasado y el presente de la religiosidad portuense. Su sola existencia permitió recuperar para El Puerto una venerada imagen que, de otro modo, quizás habría caído en el olvido tras la desamortización. Por ello, los portuenses sienten un especial cariño hacia esta hermandad, viéndola como guardiana de una parte de su patrimonio espiritual e histórico. La hermandad, por su parte, ha sabido responder a ese cariño integrándose en la vida de la ciudad. Participa activamente en el Consejo Local de Hermandades, colabora en actos municipales (como el Vía Crucis oficial de Cuaresma cuando le es asignado) y ha contribuido a publicaciones y exposiciones sobre la historia local.
Proyección de la hermandad para el futuro
La Hermandad de los Afligidos se presenta hoy como una hermandad plenamente viva, orgullosa de sus raíces franciscanas y su misión sacramental. Con sus imágenes titulares, símbolos de la Pasión y el Dolor venerados desde hace siglos, enriquece el patrimonio artístico de la Semana Santa de El Puerto. Con sus acciones cultuales y solidarias a lo largo del año, testimonia un compromiso que trasciende lo estético para encarnarse en la fe operante y la caridad. Y con sus anécdotas y legado, ayuda a comprender mejor la idiosincrasia de la Semana Santa portuense: un mosaico de devociones antiguas revividas por la dedicación de generaciones, donde Afligidos brilla con luz propia cada Lunes Santo.
Galería de fotografías



Fuentes de información consultados
Archivos de la Hermandad de los Afligidos (blog oficial): losafligidos.blogspot.com
Publicaciones históricas locales: gentedelpuerto.com
Diario de Cádiz: diariodecadiz.es
Cofradías TV: cofradiastv.com
Wikipedia: es.wikipedia.org
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