Emplazado en la playa del mismo nombre, frente al actual apeadero ferroviario de Cortadura, se trata de la última estructura defensiva construida allá por el siglo XIX en la época en la que las tropas napoleónicas invadieron la península. En un momento en el que la ciudad de Cádiz era el último foco de resistencia frente al ejército francés, se edificó esta gran fortificación destinada a la defensa de la capital gaditana.
Se encuentra emplazada en un estrechamiento del istmo, en la carretera que une la Cádiz con la localidad de San Fernando, antes conocida como Isla de León.
Utilizando un criterio propio del siglo XVIII, se estimó necesario situar la defensa de Cádiz en el lugar que era conocido como muralla de Cortadura, modificando el antiguo Reducto de los Dos Mares o Fuerte de los Castillejos. Probablemente, aunque solo tengo una fuente que afirma este extremo, se planteó una fortificación que uniera dos baluartes: por una parte, el de San José y por otro el de Santa María. Adicionalmente, se conectaban dos más que se extendían a los lados de la retaguardia: el del Infante Don Carlos y el del frente de la Bahía.
Posteriormente se comprobó, ante el inexorable avance de las tropas francesas, que era preciso reforzar con más urgencia el paso del puente Zuazo. Por este motivo, en 1811 se dio por concluidas las obras del Real Fuerte de San Fernando de la Cortadura.
El acceso a la edificación está limitada, probablemente por el hecho de que este bajo administración militar. Así que habremos de conformarnos solo con ver el perímetro del fuerte. Os comparto algunas fotografías de esta edificación, en las mismas puertas de la ciudad de Cádiz.
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