heráldica del linaje de los de La Cerda
heráldica del linaje de los de La Cerda

A menudo, al caminar por El Puerto de Santa María, nuestros ojos se acostumbran a la belleza de sus fachadas y dejamos pasar por alto los mensajes que sus piedras nos gritan en silencio. Un ejemplo perfecto de esto se encuentra en una intersección que muchos transitamos a diario: la esquina de la calle Pagador con la calle Los Moros. Allí, desafiando el olvido, se erige un imponente escudo heráldico que es mucho más que un adorno; es la firma de los antiguos dueños de la ciudad.

Aunque popularmente la presencia de leones en la arquitectura portuense nos hace pensar inmediatamente en la famosa finca de La Placilla, este blasón en la calle Pagador tiene una identidad propia y una sangre «real» que merece ser contada.

Descifrando la piedra: la casa de Medinaceli

Si te detienes en la esquina y observas con atención la fotografía de referencia, verás que no estamos ante un escudo nobiliario cualquiera. El blasón está flanqueado por dos leones rampantes (conocidos en heráldica como tenantes), que custodian el escudo con ferocidad. Pero la clave de su identidad reside en su interior, en el campo del escudo, que nos revela el poderoso linaje de los De la Cerda, Duques de Medinaceli.

El diseño es lo que los expertos llaman un escudo cuartelado (dividido en cuatro partes), y su lectura es una lección de historia de España y Francia:

  1. Sangre Real Española: En el primer y cuarto cuartel, vemos inconfundibles el Castillo y el León. No son meros adornos, sino la representación de los reinos de Castilla y León, recordando que este linaje desciende directamente del hijo primogénito de Alfonso X el Sabio, el Infante Fernando de la Cerda.
  2. La Herencia Francesa: Lo más fascinante se encuentra en el segundo y tercer cuartel, donde aparecen tres flores de lis. Este símbolo es inequívocamente francés. Los De la Cerda lo portan porque su antepasada, Blanca de Francia, era hija del rey Luis IX. Es un recordatorio esculpido en piedra de que por las venas de esta familia corría sangre de la realeza francesa.

Todo el conjunto está rematado (o timbrado) por una corona ducal, símbolo de su estatus como Grandes de España.

¿Por qué en la calle Pagador?

La ubicación de este escudo en la confluencia de Pagador y Los Moros no es aleatoria. Debemos recordar que los Duques de Medinaceli fueron los Señores Jurisdiccionales de El Puerto de Santa María hasta el siglo XVIII. La ciudad era, en la práctica, su feudo.

Históricamente, la manzana comprendida entre la Plaza de España y la calle Pagador albergó las dependencias del Palacio de los Duques de Medinaceli. Aunque la configuración urbana ha cambiado con los siglos, este escudo permanece como un hito fronterizo, marcando lo que antaño fueron los dominios directos de la Casa Ducal en el corazón de la ciudad. A diferencia de las casas de cargadores a Indias (comerciantes enriquecidos), este escudo representa el «viejo poder», la nobleza de sangre que gobernó la ciudad durante cientos de años.

Una distinción necesaria

Es fácil confundirse en una ciudad tan monumental. Mientras que la conocida «Casa de los Leones» en La Placilla (propiedad del comerciante Jacinto Díez de Celis) es una joya del barroco mercantil, el escudo de la calle Pagador nos habla de un poder político y dinástico anterior.

La próxima vez que pases por el cruce de Pagador con Los Moros, levanta la vista. Esos leones de piedra no solo sostienen el escudo heráldico del linaje de los De la Cerda; sostienen la memoria de un tiempo en el que El Puerto era la joya de la corona de la Casa de Medinaceli.

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