La estación de ferrocarril de La Rinconada, situada en la provincia de Sevilla, forma parte de la red de Cercanías Sevilla y se encuentra en el punto kilométrico 559,9 de la línea férrea de ancho ibérico Alcázar de San Juan-Cádiz, a 11,2 kilómetros de Sevilla-Santa Justa.
Orígenes y motivaciones de la estación de ferrocarril de la Rinconada
La estación de ferrocarril de La Rinconada nace en el contexto del siglo XIX, una época en la que España comenzaba a tejer su red ferroviaria nacional como parte de un ambicioso proceso de modernización y conexión territorial. Andalucía, tradicionalmente dependiente de la agricultura y el comercio de materias primas, presentaba una fuerte necesidad de integrarse con los mercados del centro y norte peninsular. Sevilla, como capital andaluza y enclave estratégico del sur, se convertía en una prioridad dentro de estos planes.
Línea ferroviaria Córdoba-Sevilla
La línea ferroviaria Córdoba–Sevilla, de la que forma parte la estación de La Rinconada, se proyectó como una infraestructura clave para conectar la cuenca del Guadalquivir con el resto del país. Su construcción se aprobó en la década de 1850, en plena expansión industrial. La iniciativa corrió a cargo de la Compañía del Ferrocarril de Córdoba a Sevilla, constituida para acometer uno de los primeros grandes trazados ferroviarios del sur peninsular. El objetivo era claro: facilitar el transporte de productos agrícolas (como trigo, aceite y vino), minerales extraídos de Sierra Morena y manufacturas sevillanas hacia los centros industriales del norte, así como traer mercancías desde Madrid y la Meseta.
Inauguración de la estación
La estación de La Rinconada, inaugurada oficialmente el 2 de junio de 1859, fue una de las paradas intermedias en el tramo Lora del Río–Sevilla. Su localización respondía a varios criterios estratégicos:
- Proximidad a Sevilla: situada a poco más de 11 kilómetros de la capital, ofrecía un punto de descarga y distribución que aliviaba la presión sobre la estación principal de Sevilla.
- Núcleo agrícola y ganadero: La Rinconada ya contaba con una economía agrícola importante. El ferrocarril permitió dinamizar sus mercados y enviar productos al resto del país con rapidez y menor coste.
- Población en crecimiento: el municipio comenzaba a crecer demográficamente, lo que justificaba una infraestructura de transporte que conectara a los vecinos con Sevilla y otras localidades intermedias.
Perspectivas de la estación
Con la llegada del tren, la vida en La Rinconada cambió profundamente. Se aceleró el movimiento de personas, se mejoró el acceso a bienes de consumo, y se abrieron nuevas oportunidades de empleo y comercio. En apenas unos años, la estación se consolidó como un eje vertebrador del desarrollo local.
En 1875, la línea pasó a manos de la poderosa Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA), que integró la ruta dentro de su red nacional, ampliando así la conectividad de La Rinconada con ciudades como Madrid, Ciudad Real y Córdoba. Esta fusión fue decisiva para posicionar a La Rinconada dentro del eje norte-sur peninsular, especialmente en lo relativo al transporte de mercancías.
Nacionalización de manos de RENFE
El proceso de nacionalización del ferrocarril en 1941 trajo la creación de RENFE, que asumió la gestión de todas las líneas privadas, incluida la de Córdoba–Sevilla. A partir de este momento, la estación de La Rinconada se adaptó a las nuevas necesidades del siglo XX, combinando el transporte de mercancías con el de viajeros, y convirtiéndose progresivamente en una infraestructura más orientada al servicio público.
A lo largo del siglo XX, los cambios urbanísticos en el municipio –especialmente el desarrollo del barrio de San José a partir de los años 50– situaron a la estación como un punto de conexión esencial entre los dos núcleos principales de población del municipio. Con la llegada del siglo XXI, la inclusión de La Rinconada en la red de Cercanías Sevilla supuso un nuevo impulso, consolidando su papel dentro del sistema metropolitano de movilidad y haciendo del tren una alternativa eficaz y sostenible para los desplazamientos diarios hacia la capital andaluza.
Evolución histórica y desarrollo urbano
Desde su inauguración en 1859, la estación de ferrocarril de La Rinconada ha vivido múltiples transformaciones, tanto en su estructura como en su función dentro del sistema ferroviario andaluz. Lo que comenzó siendo una parada rural en el camino entre Sevilla y Córdoba se ha convertido, con el paso del tiempo, en un punto clave dentro de la red de Cercanías de Sevilla y un símbolo de identidad para el municipio.
Durante la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX, la estación cumplía un papel principalmente agrícola y mercantil. Era habitual ver el trasiego de productos del campo —trigo, aceitunas, frutas— destinados a los mercados de Sevilla o incluso cargados para su transporte hacia el interior peninsular. En paralelo, el ferrocarril permitió el abastecimiento regular de productos manufacturados desde la capital, lo que dinamizó el comercio local.
Cambio demográfico con la llegada del tren
La llegada del tren también favoreció un cambio demográfico. Muchas familias se instalaron en las cercanías de la estación buscando oportunidades laborales, lo que favoreció la consolidación de un tejido urbano en torno al ferrocarril. Este crecimiento se acentuó en el siglo XX, especialmente tras las riadas del Guadalquivir de los años 40 y 50, que afectaron gravemente al núcleo original de La Rinconada. Como respuesta, se promovió el desarrollo de un nuevo núcleo urbano: San José de la Rinconada, situado más al este y más próximo a la estación. Este barrio se convirtió en una auténtica ciudad hermana, con la estación como nexo de conexión físico y funcional entre ambos núcleos.
Con la nacionalización de RENFE en 1941, la estación mantuvo su operatividad, aunque sufrió el deterioro común a muchas infraestructuras ferroviarias del franquismo, cuando la prioridad era mantener la red en funcionamiento con recursos limitados. Durante estas décadas, se redujo el transporte de mercancías, al tiempo que crecía lentamente el número de pasajeros, sobre todo trabajadores que se desplazaban a Sevilla.
Línea de alta velocidad
El gran punto de inflexión llegó a finales del siglo XX con la modernización del sistema ferroviario español. La construcción de la línea de Alta Velocidad entre Madrid y Sevilla, inaugurada en 1992, permitió que la línea convencional Córdoba-Sevilla se reorganizara para potenciar el servicio de cercanías. En este contexto, RENFE creó la red Cercanías Sevilla, y la estación de La Rinconada pasó a formar parte de las líneas C-1 y posteriormente C-3. Esta integración supuso mejoras en frecuencias, tiempos de viaje y calidad del servicio, atrayendo a una nueva generación de usuarios.
Con la entrada en el siglo XXI, La Rinconada vive una auténtica transformación como municipio metropolitano. Su población supera los 39.000 habitantes, y cada día cientos de vecinos utilizan la estación para desplazarse a Sevilla por motivos laborales, académicos o administrativos. La mejora de los accesos, la pavimentación de los entornos y la instalación de elementos de accesibilidad (rampas, paneles informativos, sistemas de megafonía) han convertido la estación en una infraestructura moderna, adaptada a las necesidades actuales del viajero.
Papel de la estación de ferrocarril en la localidad
Además, su papel va más allá del transporte: la estación se ha integrado en la vida cotidiana del municipio. El entorno inmediato alberga zonas de paseo, comercios, e incluso actividades culturales, especialmente en fechas señaladas como Semana Santa o las fiestas locales. La cercanía a varios centros educativos y administrativos refuerza su uso diario.
Actualmente, La Rinconada también se beneficia de políticas de movilidad sostenible impulsadas por el área metropolitana de Sevilla. El uso del tren se incentiva mediante tarifas integradas, parking gratuito para bicicletas y propuestas de intermodalidad con líneas de autobuses urbanos e interurbanos. La estación también se ha consolidado como punto de partida para quienes, desde localidades más alejadas como Brenes o Cantillana, buscan una conexión rápida con Sevilla capital.
Servicios actuales en la estación de ferrocarril de la Rinconada
Actualmente, la estación de La Rinconada forma parte de las líneas C-1 y C-3 de la red de Cercanías Sevilla, operadas por Renfe. La línea C-1 conecta Lora del Río con Lebrija, pasando por Sevilla-Santa Justa, mientras que la línea C-3 une Sevilla-Santa Justa con Cazalla-Constantina.
La estación ofrece servicios de cercanías que permiten a los viajeros desplazarse cómodamente entre La Rinconada y otras localidades de la provincia de Sevilla. Además, cuenta con instalaciones adecuadas para atender las necesidades de los pasajeros, incluyendo andenes accesibles y sistemas de información actualizados.
Consejos para el viajero
- Accesibilidad: La estación dispone de accesos adaptados para personas con movilidad reducida.
- Conectividad: La proximidad a Sevilla-Santa Justa permite conexiones con servicios de media y larga distancia.
- Entorno: La zona cuenta con servicios básicos y espacios verdes para el esparcimiento.
La estación de La Rinconada no solo representa un punto clave en la red ferroviaria andaluza, sino que también ha sido un motor de desarrollo para el municipio, facilitando la movilidad y contribuyendo al crecimiento urbano y económico de la región.




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