En el corazón del casco antiguo, la plaza de Santa Luisa de Marillac luce una fuente modesta y querida: la popular fuente del Pato. El vecindario también la nombra “plaza del Pato” o “Pila del Pato”, denominación arraigada en la memoria urbana. El entorno no es casual. A un paso se alza el Palacio de Villardompardo, que acoge los Baños Árabes, uno de los hitos patrimoniales de la ciudad.
Origen y traslados
La pieza nació a finales del siglo XIX dentro de la fiebre ornamental que transformó muchas plazas españolas cuando las fuentes dejaron de servir al abastecimiento y pasaron a embellecer el espacio público. En Jaén esa mutación la documenta el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), que reúne y valora el conjunto de fuentes urbanas de la ciudad e incluye expresamente la “Fuente del Pato (C011)” entre ellas.
Diversas publicaciones locales sitúan su instalación en 1892 y la vinculan a los desaparecidos Jardines del Deán Martínez de Maza (la actual plaza del Deán Mazas). Desde allí habría pasado, ya en el siglo XX, a su emplazamiento actual en Santa Luisa de Marillac. Aunque esa cronología está muy asentada en la bibliografía local, los catálogos públicos no conservan expediente autoral preciso para la obra.
Quién la diseñó
No se conoce con certeza el autor del modelo. El IAPH advierte que, para buena parte de las fuentes jiennenses de esa época, la autoría permanece desconocida, porque muchas proceden de fundiciones seriadas entonces en boga. Este caso encaja en ese patrón: una escultura metálica de un ave acuática —popularmente “el pato”— que lucha con una serpiente y actúa como surtidor central sobre un pilón circular de piedra.
Propósito y sentido urbano
La fuente no abasteció al vecindario. Nació como ornamento y como centro de estancia en una plaza de barrio, función que el propio IAPH subraya para las fuentes “modernas” de Jaén: piezas pensadas para generar lugar, marcar una escala amable y favorecer la convivencia. En Santa Luisa de Marillac, la pieza cumple esa misión y además refuerza el eje patrimonial que forman la plaza, el Palacio de Villardompardo y los Baños Árabes.
Estado de conservación
El Ayuntamiento de Jaén intervino en 2020 para recuperar varias fuentes ornamentales. En la fuente del Pato se eliminaron óxidos y capas de cal, se limpió el vaso y se aplicó tratamiento de cantería coordinado con el área municipal de Patrimonio. La fuente volvió a funcionar y a mostrar su lectura figurativa con nitidez.
Cómo reconocerla
La imagen resulta inconfundible. Un ave con las alas entreabiertas se encrespa sobre una peana pétrea, mientras del pico mana el chorro. La talla metálica, hoy bruñida, contrasta con el anillo de piedra del pilón y con la arboleda baja de la plaza. Varias guías y repertorios locales la recogen como hito del paseo por el casco antiguo.


Para el paseante curioso
- Dónde: Plaza de Santa Luisa de Marillac (junto al Palacio de Villardompardo/Baños Árabes).
- Qué mirar: el grupo ave–serpiente del surtidor y la relación de la fuente con el espacio de la plaza, ejemplo del gusto decimonónico por los motivos naturalistas en hierro.
- Contexto: forma parte del conjunto municipal de fuentes valorado por el IAPH como mobiliario urbano con función simbólica y social en la ciudad.
Si buscas rincones con carácter, esta pequeña fuente resume una época: Jaén se miraba en sus plazas y las adornaba con hierro y agua para convertirlas en lugares de encuentro. Hoy sigue cumpliendo ese papel, discreta y reconocible, en el latido antiguo de la ciudad.
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