Merece la pena explorar algunos rincones de Jaén y descubrir la historia que hay tras ellos. Como muchas ciudades de la península, la capital jiennense estuvo en otra época amurallada. Y tras la reconquista hubo necesidad de ampliar estas murallas. De aquel tiempo solo se conservan algunos lienzos.
No hace mucho que escribí una entrada en mi blog dedicada a, quizás, la única puerta de la muralla que aún se conserva: la Puerta del Ángel. Adosada a los muros del convento de las Bernardas, apenas a unos metros de distancia se encuentra otro de esos elementos patrimoniales de otros tiempos que adornan la ciudad de Jaén: la fuente imperial.
Quiero dedicar la entrada a esta fuente abrevadero con varios siglos de existencia a sus espaldas. Forma parte, en esencia, de un conjunto monumental frente al parque de la Alameda.
Buscando en Internet algunos datos que aporten contenido al artículo y ayude a mis seguidores a saber más y mejor detalles de esta fuente, parece ser que las aguas que salen de sus caños proceden del raudal de la que se conoce como Fuente de Don Diego.
Fue restaurada en el año 1967, estando las obras encargadas al arquitecto Luis Berges. Durante esta rehabilitación, se le añadió un cuerpo central presidido por el escudo imperial e inscripciones procedentes de las antiguas carnicerías de la plaza de San Francisco.
Poco más puedo añadir sino un puñado de fotografías que dan fe de la belleza y la monumentalidad de esta fuente jiennense.
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