torre de san sebastián
torre de san sebastián

El islote de San Sebastián cierra la playa de La Caleta por poniente. Cádiz lo unió a tierra con un malecón en el siglo XIX y lo convirtió en un bastión clave de su defensa marítima. Allí se levanta el Castillo de San Sebastián y, en su interior, la torre que dio luz y señal a los navegantes durante siglos. Hoy el faro ocupa su lugar.

Origen: atalaya y guía de costa

El origen de la torre comienza con un propósito sencillo y simbólico. La isla, situada en el extremo oeste de la playa de La Caleta, albergó en época antigua un templo a Kronos o Moloch, según la tradición clásica. El lugar ya destacaba por su valor como punto elevado y visible desde el mar.

La estructura cuya base perdura hoy procede del periodo islámico. Los musulmanes construyeron allí una torre‑atalaya. Su función primaria consistía en vigilar los accesos por mar y proteger Cádiz ante posibles incursiones. La torre representaba un nodo de control visual en la costa.

En 1457, una tripulación veneciana, aquejada por la peste, se refugió en la isla. En agradecimiento, edificarón una pequeña ermita dedicada a San Sebastián junto a la torre. Este hecho marcó el origen del nombre actual del emplazamiento. La torre adquirió entonces una función dual: vigilancia y símbolo de devoción.

La crisis tras el saqueo inglés de 1596 impulsó la protección de Cádiz. En este contexto, se reconstruyó en 1613 la torre sobre la base antigua. La convertían en torre almenara con un doble cometido: defender físicamente la entrada—sobre todo el canal de La Caleta—y servir de guía visual para la navegación.

Así, la torre de San Sebastián sintetiza tres capas históricas: un posible templo antiguo, la atalaya islámica defensiva y la ermita devocional veneciana, preludio de su consolidación militar y náutica en el siglo XVII.

De torre a faro moderno

La torre funcionó como faro al menos desde 1713. En 1766, el Ingeniero Director del Ejército Antonio de Gaver proyectó elevarla y dotarla de un fanal más potente para mejorar la señal marítima. La obra dobló su altura y culminó con una nueva linterna pocos años después. Estas mejoras consolidaron su papel como referencia nocturna en la bahía.

A finales del siglo XIX, ante la guerra hispano-estadounidense, la autoridad militar mandó rebajar la parte superior para evitar que sirviera de punto de puntería a un posible atacante. El episodio ilustra su valor estratégico más allá del servicio a la navegación.

Entre 1907 y 1908, el ingeniero Rafael de la Cerda diseñó el faro actual, una estructura de hierro instalada sobre el emplazamiento histórico. Se iluminó con arco voltaico en 1913, fue el segundo faro eléctrico de España y alcanzó 25 millas náuticas. El diseño empleó acero laminado y piezas desmontables, una solución singular en nuestro litoral.

Usos históricos: defensa, señales y ciencia

La torre participó en el sistema defensivo de Cádiz. Durante el asedio napoleónico y años previos, el entorno del castillo albergó comunicación óptica con banderas y telégrafo visual, enlazando con la Torre Tavira y el Gobierno Militar. La costa funcionó así como una gran red de alerta temprana.

Además de su papel militar, la señal luminosa ordenó el tráfico en la bocana natural de la bahía. Cartas náuticas de la Armada y anuarios técnicos fijaron su posición y alcance dentro de la señalización oficial. La tradición farera de Cádiz quedó registrada en la documentación hidrográfica y estadística del Estado.

Estado actual y visita

Hoy el “lugar de la torre” lo ocupa el faro del Castillo de San Sebastián, operativo y con destellos blancos agrupados cada 10 segundos, visibles hasta 25 millas. La silueta de hierro delata la gran modernización de 1908-1913. El conjunto forma parte del patrimonio protegido de Cádiz y mantiene visitas y usos culturales según programación municipal y autonómica.

En síntesis: la torre de San Sebastián nació como atalaya y guía de costa, sirvió a la defensa y a la navegación, y pervive hoy transformada en faro moderno sobre su mismo emplazamiento. Un hilo continuo entre vigilancia, ciencia y patrimonio marítimo gaditano.

Fuentes consultadas

Ayuntamiento de Cádiz, Turismo; Puertos de Andalucía; Puerto de la Bahía de Cádiz; Catálogo de Faros con valor patrimonial (Ministerio de Cultura); repositorio e imágenes del IAPH; documentación técnica e histórica complementaria.

Imágenes para descubrir su historia

Recorrer la torre de San Sebastián y su entorno exige detenerse en los detalles. La piedra del castillo, modelada por siglos de viento y salitre, habla de fortificaciones antiguas y manos artesanas. El malecón que une el islote a La Caleta ofrece perspectivas únicas, donde mar y arquitectura se funden en una misma línea. En esta galería reunimos una selección de fotografías que invitan a observar la torre, el faro y sus rincones con calma. Cada imagen captura un instante de luz, una textura o un ángulo que revela la unión entre historia y paisaje. A través de ellas podrás apreciar el valor patrimonial de este enclave y comprender por qué sigue siendo uno de los símbolos más reconocibles de Cádiz.

torre de San Sebastián
torre de San Sebastián
resto de la torre dentro del recinto del Castillo de San Sebastián
resto de la torre dentro del recinto del Castillo de San Sebastián

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