A menudo pasas cien veces por un sitio y no eres capaz de darte cuenta de que allí mismo se encuentra un lugar con historia. Algo parecido me ha pasado a mí. Y os diré, a continuación de qué se trata.
No hace mucho descubrí curioseando en el mapa de la ciudad de Cádiz que, muy cerca de donde habitualmente había paseado, se encontraba los restos conservados de un lugar con mucha historia: la Batería de Segunda Aguada. Realmente no está lejos del apeadero del mismo nombre, en la plaza de Santa Ana.
Como es habitual, me pongo a investigar un poco y descubro que este emplazamiento -más o menos- fue donde se levantó una de las tres baterías menores construidas durante el siglo XVIII. Su objetivo no fue otro, sino dificultar el desembarco de las flotas enemigas en el espacio que separa Puertas de Tierra y el Fuerte de Puntales. Las otras dos baterías eran la del Romano y la de la Primera Aguada. Creo que de esta última aún se conservan algunos restos. Del lado que da al mar abierto, parece ser, existió otra batería de una planta similar, conocida con el nombre de San Joaquín, aunque he de decir que de ésta cuarta no he encontrado aún ni rastro.
Se mantuvieron operativas hasta el siglo XIX, según he leído, hubieron de ser reconstruidas varias veces. Una de estas rehabilitaciones tuvo lugar con ocasión del maremoto de 1755, el cual las dañó considerablemente.
Solo me queda compartir, como es habitual en mi blog, algunas fotografías de este emplazamiento histórico de Cádiz.
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