capilla de Jesús de los Afligidos
capilla de Jesús de los Afligidos

La Capilla de Jesús los Afligidos de El Puerto de Santa María es un emblema del patrimonio histórico y religioso de la ciudad, cuya historia se remonta al siglo XVII. Este templo, vinculado a la Hermandad de los Afligidos, ha sido testigo de la evolución espiritual y artística de la comunidad portuense.

Orígenes y Fundación

La historia de la Capilla de los Afligidos se remonta al siglo XVII, en un contexto de gran fervor religioso y creciente desarrollo urbano y mercantil en El Puerto de Santa María. Esta localidad gaditana, conocida por su actividad portuaria y comercial con las Indias, vivía entonces una etapa de auge económico ligada al comercio ultramarino. En este marco histórico, surge la semilla devocional y asistencial que daría origen a la capilla.

Germen de la capilla de los Afligidos

El germen de lo que hoy conocemos como la Capilla de los Afligidos no fue inicialmente un edificio religioso en sí, sino un gesto de compasión y caridad cristiana: el deseo de dar sepultura digna a los náufragos y ahogados que las mareas arrastraban hasta la costa. Estos cuerpos, muchas veces sin nombre, eran recogidos por vecinos piadosos de la ciudad, en su mayoría marineros o personas ligadas al mundo marítimo, quienes veían en esta labor un acto de misericordia inspirado en los valores evangélicos.

Con el tiempo, este grupo informal de fieles se fue organizando en torno a una Hermandad de la Caridad, cuyas primeras menciones documentales datan de mediados del siglo XVII. Su propósito era claro: proporcionar cristiana sepultura a los desposeídos y atender a los enfermos y necesitados. Para ello, vieron la necesidad de construir un espacio que cumpliera funciones tanto religiosas como asistenciales.

Hospital de la caridad

En 1679, gracias a una escritura otorgada por el Duque de Medinaceli, señor jurisdiccional de la ciudad, se cedieron unos terrenos situados en la intersección de las actuales calles Luna y Misericordia, para levantar allí un hospital de caridad bajo la advocación de San Juan de Dios, patrón de los hospitalarios. Este hospital no sólo atendía a enfermos, sino que incluía un pequeño oratorio o capilla anexa, que más adelante se convertiría en el centro del culto.

Una figura clave en esta etapa fundacional fue Antonio de los Ángeles, un religioso cuya obra benefactora quedó marcada por su testamento, en el que legó una cantidad considerable de dinero para edificar una iglesia “grande y noble, que fuera memoria para siempre de su fe y devoción”. Esta voluntad coincidió con el deseo de los cofrades y vecinos de ampliar la capilla hospitalaria inicial.

Capilla de Jesús de los Afligidos

Las obras de construcción de la nueva capilla comenzaron a finales del siglo XVII y se prolongaron durante varias décadas. En 1700 ya se documenta la existencia del templo con el nombre de Capilla de Jesús de los Afligidos, aunque su configuración definitiva fue fruto de sucesivas ampliaciones durante los siglos XVIII y XIX. El nombre de “Los Afligidos” proviene de la imagen titular del templo: un Cristo con la cruz a cuestas, con expresión de sufrimiento y resignación, cuya advocación pronto atrajo la devoción popular.

El establecimiento de la capilla como lugar de culto y sede de la hermandad supuso su consolidación como referente espiritual para los portuenses, especialmente entre la población más humilde, que encontraba en la imagen de Jesús de los Afligidos un reflejo de su propio dolor y esperanza. La presencia de esta devoción también tuvo un impacto en el urbanismo local, contribuyendo a definir el perfil religioso de esta zona del centro histórico.

Auxilio para los necesitados y espacio de recogimiento

Durante los siglos posteriores, la Capilla de los Afligidos no solo sirvió como lugar de culto, sino también como punto de auxilio a los necesitados y espacio de recogimiento. A lo largo del siglo XVIII, la hermandad incrementó su patrimonio gracias a la generosidad de comerciantes, cargadores de Indias y devotos, algunos de los cuales regresaban de América con riquezas que donaban a la capilla como muestra de gratitud o en cumplimiento de promesas. Fue así como llegaron piezas de orfebrería, retablos y elementos litúrgicos de notable valor artístico, que se integraron al conjunto patrimonial del templo.

A pesar del esplendor alcanzado, la capilla y su hermandad atravesaron momentos difíciles en los siglos XIX y XX, especialmente tras la Revolución de 1868, que provocó la desamortización de bienes eclesiásticos y la disolución temporal de numerosas hermandades. La Capilla de los Afligidos fue cerrada y la imagen titular trasladada al convento de las Concepcionistas, donde permaneció olvidada hasta bien entrado el siglo XX.

Rescate del culto a la hermandad

No sería hasta 1955 cuando un grupo de empleados de las bodegas Terry retomaría el culto a la imagen, reactivando la hermandad bajo nuevos estatutos y con un renovado espíritu franciscano, que sigue presente hoy. Así, los orígenes de la capilla, marcados por la caridad, la fe y la devoción popular, han dejado una huella indeleble en la identidad religiosa de El Puerto de Santa María.

Arquitectura y patrimonio artístico de la capilla de Jesús de los Afligidos

La Capilla de los Afligidos constituye uno de los ejemplos más singulares de arquitectura religiosa del casco histórico de El Puerto de Santa María. Aunque de dimensiones modestas si se compara con los grandes templos portuenses como la Prioral o el Convento de San Francisco, su riqueza arquitectónica y ornamental, así como su perfecta integración en la trama urbana del centro histórico, le otorgan un lugar destacado en el patrimonio artístico de la ciudad.

Estilo y estructura

El edificio actual es fruto de una evolución constructiva que abarca desde finales del siglo XVII hasta el siglo XIX. El estilo predominante es barroco andaluz, aunque incorpora elementos tardo-renacentistas, propios del tránsito estético del siglo XVII, así como algunas aportaciones neoclásicas introducidas durante reformas posteriores.

La capilla tiene una planta de cruz latina, aunque algo irregular debido a la adaptación al solar urbano donde fue construida. Está formada por una nave única de cierta profundidad, a la que se suman capillas laterales de poca profundidad, un presbiterio elevado y una pequeña sacristía adosada en uno de sus flancos. Esta disposición, que favorece la recogida y la intimidad, responde a su carácter de templo anexo a un antiguo hospital y refleja su función original más devocional que litúrgica.

El acceso se realiza por una sencilla portada de piedra labrada, rematada por un pequeño frontón triangular que acoge una hornacina vacía, antiguamente ocupada por una imagen mariana. Esta fachada, orientada hacia la calle Misericordia, es sobria y de líneas equilibradas, muy en sintonía con la estética barroca local de finales del siglo XVII. Su composición simétrica se articula mediante pilastras toscanas y una cornisa moldurada que confiere unidad al conjunto.

Interior

El interior de la capilla es uno de los aspectos más sobresalientes desde el punto de vista artístico. La nave principal está cubierta por una bóveda de cañón con lunetos, decorada con yeserías barrocas de gran finura. Estas yeserías presentan motivos florales, roleos y molduras geométricas que enmarcan los lunetos, originalmente pintados al fresco con representaciones de santos franciscanos, hoy perdidas o muy deterioradas.

El presbiterio, elevado respecto al nivel de la nave mediante unos peldaños, acoge el retablo mayor, una auténtica joya de la orfebrería colonial. Se trata de un retablo de plata repujada, procedente de San Luis de Potosí (actual México), donado por el capitán Camacho Jayna. Esta obra, de influencia virreinal novohispana, destaca por su intrincado diseño de columnas salomónicas, querubines y emblemas eucarísticos, enmarcando el camarín central donde se ubica la imagen de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos.

El camarín, de forma semicircular y decorado con paños dorados y detalles en estofado, permite contemplar la imagen de Cristo desde distintos ángulos. A ambos lados del presbiterio se encuentran sendos altares secundarios, dedicados a santos franciscanos, enmarcados por retablos más sencillos pero de notable valor histórico.

Capillas laterales y elementos artísticos

Las capillas laterales albergan imágenes de devoción complementarias. Una de ellas, restaurada en los años 80 del siglo XX, está dedicada a María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, una dolorosa de gran expresividad y valor artístico, obra del insigne escultor Luis Ortega Brú. Esta imagen se venera bajo un pequeño dosel con repostería bordada y se rodea de exvotos y lámparas votivas donadas por fieles.

Otros elementos a destacar en el interior del templo son:

  • El púlpito, de forja barroca, con motivos vegetales y escudo franciscano.
  • El coro alto, situado sobre la entrada principal, sostenido por una estructura de madera decorada con ménsulas talladas.
  • Diversas pinturas al óleo de temática religiosa, probablemente del siglo XVIII, distribuidas en las paredes laterales. Aunque no de gran factura, tienen valor como expresión de la devoción popular.
  • Un sagrario neoclásico de madera dorada y mármol, de la segunda mitad del siglo XIX, conservado en la sacristía.

Reformas y restauraciones

A lo largo de los siglos, la capilla ha experimentado diversas intervenciones arquitectónicas, en ocasiones motivadas por necesidades estructurales, y en otras por adaptaciones litúrgicas:

  • En el siglo XIX, tras el cierre del hospital anexo, se realizaron reformas interiores que eliminaron parte de la compartimentación original, integrando mejor el espacio.
  • En el siglo XX, especialmente a partir de 1955, se acometieron varias restauraciones promovidas por la hermandad: refuerzo de cubiertas, consolidación de bóvedas, iluminación artística y redecoración del presbiterio.
  • En años recientes (hasta 2025), se han emprendido nuevas obras de restauración integral, financiadas con aportaciones de fieles y fondos públicos, centradas en la conservación del retablo mayor, la recuperación de pinturas murales y la estabilización de la estructura portante.

Integración urbana

La Capilla de los Afligidos se encuentra perfectamente integrada en la fisonomía urbana del centro histórico de El Puerto de Santa María, declarada Bien de Interés Cultural. Su ubicación en una esquina discreta, entre calles de origen medieval como Misericordia y Luna, le otorga un carácter casi recogido, casi secreto, que contrasta con la monumentalidad de otros templos.

Este enclave fue históricamente un punto neurálgico de paso entre la zona comercial y el antiguo barrio marinero, lo que ayudó a convertir la capilla en un lugar de tránsito devocional, refugio espiritual y espacio simbólico para los portuenses durante siglos.

La Imagen de Jesús de los Afligidos

La imagen titular de la hermandad, Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, es una escultura de madera policromada atribuida al escultor Mateo de Zúñiga, activo en Guatemala en el siglo XVII. Obra, de origen colonial novohispano, donada por el Virrey Tomás de la Cerda a la Venerable Orden Tercera de San Francisco.

Tras la Revolución Gloriosa de 1868, la imagen se trasladó al Convento de las Concepcionistas para protegerla de posibles daños. Allí permaneció hasta 1955, cuando un grupo de empleados de las bodegas Fernando A. de Terry S.A. fundó la actual Hermandad de los Afligidos, recuperando el culto a la imagen.

Actividades y Cultos en la capilla de Jesús de los Afligidos

La hermandad realiza su estación de penitencia cada Lunes Santo, procesionando con dos pasos: el de misterio, con Jesús de los Afligidos, y el de palio, con la Virgen del Rosario. Además, organiza cultos internos como el Solemne Triduo en honor a Jesús de los Afligidos durante la Cuaresma y el Triduo de María Santísima del Rosario en octubre.

La hermandad también participa activamente en la vida social y caritativa de la ciudad, colaborando con Cáritas y organizando campañas solidarias. Su compromiso con la comunidad refleja sus raíces en la caridad cristiana.

Galería de fotografías

La Capilla de Jesús los Afligidos y su hermandad continúan siendo pilares fundamentales en la vida religiosa y cultural de El Puerto de Santa María, testimonio vivo de la fe, la historia y el arte que caracterizan a esta ciudad andaluza.

capilla de Jesús de los Afligidos
capilla de Jesús de los Afligidos
altar mayor de la iglesia
altar mayor de la iglesia
imagen mariana en el interior de la capilla portuense
imagen mariana en el interior de la capilla portuense
capilla lateral del templo
capilla lateral del templo

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