elio antonio de nebrija
elio antonio de nebrija

Elio Antonio de Nebrija, o Nebrixa, figura destacada del Renacimiento español, dejó un legado imborrable en la historia de la lingüística y la educación. Nacido en la antigua villa de Nebrissa Veneria, hoy conocida como Lebrija, en la provincia de Sevilla, su vida estuvo marcada por una insaciable sed de conocimiento y un compromiso inquebrantable con la enseñanza.

Nebrija comenzó su periplo intelectual en la Universidad de Salamanca, donde sentó las bases de su brillante carrera académica. A los diecinueve años, cruzó fronteras y se instaló en Italia, específicamente en el Colegio de San Clemente de Bolonia, auspiciado por una beca del obispado de Córdoba. Aunque inicialmente se orientó hacia la Teología, su interés por las letras lo llevó por otros caminos.

De regreso en su tierra natal, Nebrija se sumergió en el mundo de la educación, trabajando estrechamente con el arzobispo Fonseca en Sevilla. Fundó una escuela y impartió clases de Gramática y Retórica en la Universidad de Salamanca a partir de 1473. Fue en este período cuando contrajo matrimonio con Isabel Solís de Maldonado, un paso que, según sus propias palabras, la “fatalidad” le llevó a dar.

Sin embargo, el destino pareció allanar el camino para que Nebrija se dedicara por completo a sus estudios filológicos. Abandonando Salamanca en 1487, entró al servicio del Maestre de Alcántara, Juan de Zúñiga, asegurando así su estabilidad económica y la libertad para perseguir sus intereses académicos.

El legado de Nebrija trasciende sus enseñanzas y sus escritos. Su primera obra impresa, “Introductiones latinae” (1481), se convirtió en un éxito sin precedentes en toda Europa, siendo editada y reimprimida incontables veces durante su vida. Este manual de gramática latina no solo influyó en la educación en la península ibérica, sino que también dejó su huella en numerosos rincones del continente europeo.

La contribución de Nebrija no se limitó al ámbito académico. En 1502, participó en los trabajos de traducción de la Biblia políglota complutense, bajo el patrocinio del cardenal Cisneros. Además, se le atribuye la sugerencia del lema “Tanto monta”, adoptado como divisa personal por Fernando el Católico. Esta frase, que evoca el legendario nudo gordiano deshecho por Alejandro Magno, refleja la determinación y la resolución que caracterizaban tanto a Nebrija como a la corona española.

A pesar de las interpretaciones posteriores, el legado de Nebrija perdura como un faro de conocimiento y un testimonio del poder transformador de la educación. Su incansable búsqueda de la excelencia lingüística y su compromiso con la enseñanza lo convierten en un referente indiscutible del humanismo renacentista español.

monumento a Elio Antonio de Nebrija en el municipio sevillano de Lebrija - fotografía 1
monumento a Elio Antonio de Nebrija en el municipio sevillano de Lebrija – fotografía 1
monumento a Elio Antonio de Nebrija en el municipio sevillano de Lebrija - fotografía 2
monumento a Elio Antonio de Nebrija en el municipio sevillano de Lebrija – fotografía 2

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