El temporal había azotado la bahía durante varios días con vientos fuertes y una persistente lluvía. Cuando el viento amainó y el sol tímidamente rasgó las nubes, la calma dejó ver los estragos. En la playa de la Puntilla, entre las huellas de espuma y la arena revuelta, yacía una embarcación vencida. Tuve ocasión de poder fotografíar este velero varado en la playa.
Los primeros en descubrirlo fueron quienes frecuentaban la playa. Pronto, los rumores corrieron por El Puerto de Santa María. ¿De dónde venía?.
Con el paso de los días, la embarcación se convirtió en parte del paisaje y objetivo de la curiosidad de quienes paseaban por la orilla. Sin duda, fue un espectáculo que animó a muchas personas a fotografiarlo y acudir al paseo marítimo para ver con sus propios ojos lo que habían escuchado comentar. Desapareció, empero, de un día para otro.
Fue la anecdota nás repetida durante los días en los que permaneció en la playa portuense.
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