palacio de el cerrillo
palacio de el cerrillo

A la salida hacia Sanlúcar, se oculta tras una verja de hierro un palacete que los portuenses asocian a noches míticas y a sagas familiares: el palacio del Cerrillo. No es una casa de cargadores a Indias clásica del casco histórico. Mas bien es un recreo suburbano del siglo XX. Levantado por una rama de los Osborne y convertido, ya en los años ochenta, en el epicentro de la vida nocturna gaditana. En una ciudad que presume de “los cien palacios”, el Cerrillo representa justo ese cruce entre tradición bodeguera, ocio moderno y patrimonio en transformación.

Quién lo mandó construir y para qué

Las fuentes locales coinciden en atribuir la finca y su casa-palacio a Rafael Osborne Macpherson y Claudia Antonia Heard . Su hija Macarena Osborne Heard fue propietaria del conjunto hasta mediados de los 80. El propósito fue el de residencia de recreo —una “casa-palacio” rodeada de jardines— en la finca conocida como El Cerrillo, junto a la carretera de Sanlúcar.

Hitos de una vida intensa

  • 1986–1991: Joy Sherry. En julio de 1986, el palacete reabrió como Joy Sherry. Funcionaba como una discoteca de estética palaciega que atrajo a la “jet set” y marcó una época en El Puerto. Cerró en 1991, aunque llegó a reabrir puntualmente como espacio de ocio.
  • Años 2000–2010: protección y planes frustrados. En 2012, al hilo del nuevo PGOU, la prensa recogía la obligación de conservar íntegramente el palacete. Con ello, se limitaban las intervenciones a obras de mantenimiento y restauración. Se barajaron usos alternativos (hasta sede judicial), sin plasmarse.
  • 2010–2020: cambio de manos y subasta. El inmueble pasó a la órbita de Fernando Mora-Figueroa Domecq y en 2023 salió a subasta pública, mientras el deterioro seguía avanzando.
  • Desde 2023: proyecto hotelero. Distintos medios locales anunciaron la transformación del Cerrillo en el primer hotel de lujo de El Puerto, impulsado por un grupo inversor sevillano. La noticia devolvió el foco sobre el valor del conjunto.

Qué representa para El Puerto

El palacio del Cerrillo no es solo un inmueble llamativo a las afueras. Es un testigo de las mutaciones económicas, sociales y culturales que ha vivido El Puerto de Santa María desde mediados del siglo XX. Representa la continuidad de la tradición bodeguera —a través de la familia Osborne y su vínculo con el territorio—. Pero también encarna un nuevo capítulo en la arquitectura residencial de prestigio, fuera del casco histórico y junto a espacios naturales como las marismas del Guadalete.

En su primera vida como residencia de recreo, el Cerrillo condensó un ideal: el de la familia acomodada que busca un refugio en contacto con la naturaleza, pero sin renunciar a la monumentalidad y el cuidado estético. Con la etapa de Joy Sherry en los años ochenta, el palacio se reinventó como símbolo de modernidad y glamour, proyectando una imagen cosmopolita que contrastaba con la más sobria tradición portuense.

Esa capacidad de reinventarse es, en sí misma, un reflejo de la ciudad. Un puerto que ha sabido pasar de enclave comercial atlántico a destino turístico, cultural y gastronómico, manteniendo un pulso entre lo heredado y lo nuevo. El Cerrillo es, para muchos portuenses, un punto de referencia emocional: para unos, evoca fiestas y noches míticas. Para otros, la elegancia tranquila de un patrimonio familiar. Para todos, la evidencia de que la historia local no está congelada, sino en constante negociación con el presente.

Estado actual y perspectivas

Hoy el conjunto conserva su traza y elementos singulares, pero arrastra años de abandono. Este estado ha sido recurrentemente reiterado por cronistas locales y fotógrafos que han documentado su perímetro. La opción hotelera anunciada en 2023 ha reabierto la discusión pública sobre su rehabilitación integral y nuevos usos. El deseo de que se compatibilicen la conservación y la apertura controlada al ciudadano.

Cronología esencial

  • c. 1950–60 · Construcción del palacio del Cerrillo como residencia de recreo de los Osborne–Heard.
  • 1986 · Apertura de Joy Sherry.
  • 1991 · Cierre de la discoteca (con reaperturas puntuales posteriores).
  • 2012 · El PGOU blinda la conservación integral del palacete.
  • 2023 · Subasta de la finca y anuncio de proyecto hotelero.

Una nota personal para el paseo

Si te acercas, hazlo con respeto: la finca es privada y suele estar cerrada. Aun así, la portada y la verja permiten intuir la escala y el carácter del lugar. Ojalá el futuro proyecto combine rigor patrimonial con vida cultural. Sería una magnífica forma de que el Cerrillo vuelva a ser de todos, sin dejar de ser él mismo.

palacio de El Cerrillo
palacio de El Cerrillo
fachada principal capturada desde las rejas cerradas de la entrada
fachada principal capturada desde las rejas cerradas de la entrada
arquitectura singular de la entrada al recinto del palacio
arquitectura singular de la entrada al recinto del palacio
detalle de la garita de entrada
detalle de la garita de entrada
existen una garita similar al otro lado de la puerta de entrada al recinto
existen una garita similar al otro lado de la puerta de entrada al recinto

Fuentes consultadas

Crónica local y hemeroteca (Gente del Puerto, Diario de Cádiz). Notas de urbanismo y economía (La Voz Digital, La Voz del Sur, El Puerto al Minuto). Reportajes y blogs especializados que documentan el inmueble y su entorno.

Visitas: 1080

4 COMENTARIOS

  1. Ante todo, enhorabuena por este post. La Joy Sherry debió de ser escenario de interesantes encuentros en el mundo de la gente famosa de aquella época (los ochenta serán siempre mágicos). Si lo transformaran en un complejo hotelero es seguro que tendría éxito, por el enclave y por el señorío del edificio, aunque desconozco si lo restaurarían siguiendo el estilo original.
    Como bien dices, nos deleitaremos con la imaginación.
    Un cordial saludo.

  2. Hola, el palacio se construyó pero dentro solo han vivido en un ala anexa, pero nunca dentro, pues están sus paredes internas todavía en el ladrillo. De todo el palacio en los ochenta solo hubo una estancia en la planta baja para celebraciones .
    No está abandonado, está cuidado por el guarda de la finca, su familia, cámaras y perros adiestrados. Viven en la finca

  3. Felicidades por el trabajo recopilatorio. Yo lo vi nacer. Siendo un adolescente me acercaba en bicicleta para seguir las obras de la portada. Muchos años después el Sr. Trapero, responsable de la Joy Sherry fue cliente de la publicación que Antonio Pérez y yo iniciamos, la guía turistica «Puertoguía», en donde se anunciaba con una página. La historia anterior de la finca no es menos interesante, tanto como la de los personajes que la ocuparon, incluido Washington Irving, como de la millonaria texana que lo edificó.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí