En Martos existe un monumento cargado de historia y leyenda: la cruz del Lloro. Esta columna coronada por una cruz conmemora un trágico episodio ocurrido en 1312, relacionado con los hermanos Carvajal, dos caballeros de la orden de Calatrava.
Historia y origen de la cruz del Lloro
Según las crónicas, Juan Alfonso y Pedro Alfonso de Carvajal fueron acusados del asesinato de Juan de Benavides, privado del rey Fernando IV de Castilla. Sin un juicio justo, el monarca ordenó su ejecución en Martos. La sentencia, llevada a cabo el 7 de agosto de 1312: los hermanos fueron obligados a introducirse en una jaula de hierro con púas afiladas y arrojados desde la cima de la Peña de Martos. Antes de su muerte, emplazaron al rey a comparecer ante el juicio divino en un plazo de treinta días. Curiosamente, Fernando IV falleció exactamente un mes después, el 7 de septiembre de 1312, en circunstancias misteriosas, lo que alimentó la leyenda sobre una posible maldición.
La tradición sostiene que la jaula en la que se llevó a cabo la ejecución de los hermanos Carvajal fue a parar al lugar donde hoy se encuentra la Cruz del Lloro. Allí, una multitud lamentó el destino de los hermanos, y posteriormente se erigió una cruz sobre una columna de piedra, llamada «cruz del Lloro», como símbolo de la compasión de los vecinos de Martos por la muerte de los dos hermanos.
Leyendas asociadas
La historia de los hermanos Carvajal y la Cruz del Lloro ha trascendido generaciones, convirtiéndose en parte del acervo cultural de Martos. La leyenda de la maldición que los hermanos habrían lanzado al rey antes de su ejecución ha sido tema de relatos y estudios históricos. Además, la cruz del Lloro simboliza un recordatorio de la justicia divina y la compasión humana, simbolizando el lamento colectivo de un pueblo ante una injusticia.
Significado actual
Hoy en día, la cruz del Lloro es más que un monumento histórico; es un emblema de la identidad marteña. Representa la memoria colectiva de la ciudad y su compromiso con la justicia y la empatía. Visitantes y locales encuentran en este lugar un espacio para la reflexión sobre los eventos pasados y su impacto en la cultura y valores de la comunidad.
La cruz del Lloro, con su rica historia y las leyendas que la rodean, continúa siendo un testimonio vivo del pasado de Martos, invitando a quienes la contemplan a conectar con las raíces profundas de esta tierra andaluza.




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