De Jaén, ¡ni pollas!

En los recovecos de un barrio antiguo de Jaén, se entreteje una historia que fusiona el aroma del pan recién horneado con la picardía y la astucia de sus habitantes. En tiempos pasados, donde las panaderías no eran tan comunes como hoy en día, las mujeres del barrio amasaban el pan en sus hogares para luego llevarlo a hornos comunitarios conocidos como “hornos de pollas”.

Estos hornos, custodiados por habilidosos horneros, ofrecían un lugar donde cocer el pan a cambio de un pago en especie o en dinero. Sin embargo, la buena fe no siempre estaba presente, y algunos intentaban engañar al hornero con pollas de menor tamaño. Ante esta artimaña, Manuel, un hornero de manos grandes y destreza singular, decidió tomar el asunto en sus propias manos, literalmente. Él mismo cortaba las pollas para evitar ser timado, ganándose el apodo de “el hornero de la polla gorda”.

El proceso artesanal del pan, desde la masa fermentada hasta su cocción, involucraba una etapa llamada “pollas”, que consistía en un puñado de masa listo para entrar al horno. Con su habilidad y su orgullo por las dimensiones de sus pollas, Manuel se destacaba entre sus pares, siendo aclamado con una letrilla popular: “De la mar, el mero. De la tierra, el cordero. De Jaén, Polla Gorda el Hornero”.

Sin embargo, la historia toma un giro peculiar cuando un día, tras vender todo su pan, Manuel se enfrenta a una clienta que, insistente, le pregunta por la disponibilidad de pan. Ante la negativa del hornero, la mujer, en un último intento, pregunta si no tiene ni panes, ni barras, ni pollas. Esta pregunta, cargada de ironía y frustración, dio origen a la famosa expresión: “¡De Jaén, ni pollas!”.

Con el tiempo, esta frase se ha arraigado en el habla popular, siendo utilizada por los jienenses para reafirmar su origen con un toque de humor y autenticidad. Cuando se nos pregunta sobre nuestro lugar de procedencia, respondemos con orgullo: “De Jaén, ¡Ni pollas!”, dejando en claro nuestra identidad y haciendo honor a una historia que traspasa generaciones.

Visitas: 0