Enclavado en el corazón del barrio de San Lucas, dentro del centro histórico de Jerez de la Frontera, el Santuario Diocesano del Evangelista Señor San Lucas es un testimonio vívido de la rica historia religiosa y cultural de esta ciudad andaluza. Este templo, que ha sido testigo de siglos de transformación y devoción, no solo destaca por su valor arquitectónico y artístico, sino también por su profundo significado dentro de la vida espiritual de Jerez.
La iglesia de San Lucas es una de las llamadas «Iglesias del Repartimiento», una de las edificaciones cristianas construidas tras la Reconquista de Jerez por el rey Alfonso X El Sabio en 1264. Este hecho la conecta directamente con uno de los momentos más significativos en la historia de la región: la transición del dominio islámico al cristiano. Se erige sobre los cimientos de una de las mezquitas del antiguo Jerez andalusí, un recuerdo persistente de la rica herencia multicultural que ha marcado a la ciudad.
La fecha exacta de la construcción de la iglesia de San Lucas es incierta, aunque algunos estudiosos la sitúan en el siglo XV. A lo largo de los siglos, ha experimentado diversas modificaciones, siendo las más significativas las realizadas durante el periodo barroco. Estas transformaciones dotaron al templo de una mezcla única de elementos medievales y barrocos que hoy constituyen su encanto y valor patrimonial.
El Santuario de San Lucas es un monumento que refleja la riqueza artística acumulada a lo largo de los siglos. Sus capillas primitivas y los añadidos barrocos crean un espacio donde lo antiguo y lo nuevo conviven en una armonía que cautiva a los visitantes. Entre sus tesoros artísticos destacan sus retablos, restaurados recientemente en 2021, que se erigen como auténticas obras maestras del arte sacro. Estos retablos, con sus detallados trabajos en madera dorada y policromada, no solo son testimonio de la habilidad de los artesanos que los crearon, sino que también reflejan la devoción y el fervor religioso de la comunidad jerezana a lo largo de los siglos.
Tal es su importancia que la iglesia ha sido inscrita como Monumento en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, un reconocimiento a su valor tanto para la ciudad como para la región de Andalucía.
El interior de la iglesia alberga un panteón donde descansan varios jerezanos ilustres. Entre ellos se encuentra Don Pedro de Benavente y Cabeza de Vaca, una figura destacada en la historia local. Estos sepulcros no solo representan un lugar de descanso eterno, sino que también conectan el templo con la historia de Jerez, convirtiéndolo en un espacio de memoria colectiva y reverencia.
Desde octubre de 2015, la iglesia de San Lucas ha sido proclamada Santuario Diocesano, un título que reconoce su importancia dentro de la diócesis y su papel como centro de peregrinación y devoción. Esta designación no solo subraya la relevancia histórica del templo, sino que también resalta su continua vitalidad en la vida espiritual de Jerez.
Además, el Santuario es la sede canónica de la Cofradía de Dolores, también conocida como Hermandad de las Tres Caídas. Esta hermandad tiene un papel fundamental en la Semana Santa jerezana, una de las celebraciones más importantes de la ciudad. La iglesia no solo es un lugar de culto, sino también un espacio donde la fe se vive y se expresa a través de las tradiciones y los ritos que han sido transmitidos de generación en generación.
El Santuario de San Lucas también tiene una conexión especial con la historia literaria de Jerez. Gonzalo de Padilla, quien fue párroco de la iglesia en 1606, escribió una importante obra titulada «Historia de Xerez de la Frontera». Este trabajo es una fuente valiosa para comprender la historia de la ciudad, y su vínculo con la iglesia subraya el papel de San Lucas como un centro de saber y de conservación de la memoria histórica.
El Santuario Diocesano de San Lucas es mucho más que un monumento histórico. Es un espacio donde convergen la fe, la historia y el arte, un lugar que invita a jerezanos y visitantes a conectar con el pasado de la ciudad mientras experimentan su vibrante vida espiritual. Su rica herencia, reflejada en su arquitectura, su arte sacro y su relevancia en la vida religiosa de Jerez, lo convierten en un destino imprescindible para quienes deseen explorar el alma de esta ciudad andaluza. A través de sus muros, la historia de Jerez sigue viva, resonando en las capillas, los retablos y en la memoria de los fieles que siguen encontrando en San Lucas un lugar de refugio y devoción.
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