Calificada como la cruz más grande de España, instalada por las juventudes cristianas, coincidiendo con la fecha en la que se inició el III Concilio de Trento, supuso un homenaje a la efeméride que marcó el nacimiento de España como nación.
Fue además un acto inédito para reivindicar los valores cristianos que, en la actualidad, corren peligro. Aquel día se movilizaron jóvenes de toda España con el objetivo de instalar cruces en riscos o montañas. La mayoría de algo más de un metro. Sin embargo, fue Cádiz la que se llevó la palma con una de casi doscientos kilos.
Existía el interés por colocarla a un lado del que se supone que era el Camino de Santiago, que partía desde estas tierras, para que cualquier peregrino pudiera detenerse unos minutos a rezar.
Hace ya algunos meses, luce en el paraje de la Sierra de San Cristóbal, en El Puerto de Santa María.
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