La Hermandad del Cristo del Amor y María Auxiliadora de Martos nació en 1994 impulsada por un grupo de fieles con profundas raíces educativas y religiosas en la ciudad. Su creación buscó recuperar la antigua cofradía del Ecce-Homo, conocida popularmente como “Señor de la Cañita”, que había desaparecido tras la Guerra Civil. En Martos, durante aquellos años 90, la vida cofrade experimentaba un renacer: varias hermandades se reorganizaban y se forjaba un ambiente propicio para nuevas corporaciones. En ese contexto, devotos vinculados a la pastoral juvenil y a colegios religiosos locales (especialmente imbuidos de la espiritualidad salesiana) decidieron fundar esta hermandad, incorporando la advocación de María Auxiliadora –patrona de la familia salesiana– y rindiendo homenaje a San Juan Bosco, fundador de los Salesianos, incluyéndolo entre sus titulares.
Inicios de la hermandad como grupo parroquial
Desde el principio la Hermandad quedó erigida como grupo parroquial en la Iglesia de San Juan de Dios, templo que se convirtió en su sede y en el centro de su actividad religiosa. La influencia salesiana se dejó sentir en su nombre y carácter, aunque Martos no contara entonces con una casa salesiana propia; muchos de sus impulsores habían recibido formación en colegios religiosos y quisieron dar a la hermandad un marcado acento juvenil y de servicio, coherente con el carisma de Don Bosco. Gracias a ese impulso fundacional, en 1994 se aprobaron las primeras reglas como Pro-Hermandad, dando inicio a una andadura que pronto se integraría en el Consejo General de Cofradías de Martos. La elección de los titulares –Cristo del Amor y María Auxiliadora– reflejó tanto la voluntad de retomar la devoción al Ecce-Homo perdida décadas atrás, como de honrar a la Virgen María bajo la advocación entrañable de Auxiliadora, muy venerada por los jóvenes marteños de aquellas generaciones.
Evolución histórica y momentos clave de la hermandad del Cristo del Amor
Tras su fundación, la Hermandad fue creciendo paulatinamente en estructura y patrimonio. Uno de sus hitos tempranos ocurrió en el año 2000, cuando por primera vez procesionaron la Virgen María Auxiliadora y San Juan Evangelista en la tarde del Jueves Santo. Aún no se disponía de la imagen de Cristo, por lo que aquel cortejo inicial simbolizaba a la Madre buscando a su Hijo, en un gesto devocional cargado de significado. Cuatro años más tarde, en 2004, el Santísimo Cristo del Amor realizó su primer desfile procesional, completando así el misterio que la cofradía ofrecía a Martos. Entre tanto, la corporación había ido consolidándose: sus estatutos fueron adaptados y enriquecidos conforme a las normas diocesanas, y la Hermandad obtuvo el reconocimiento canónico pleno, pasando de grupo parroquial a cofradía de penitencia de pleno derecho (lo que implicó ya una junta de gobierno estable).
Actos extraordinarios a lo largo de su historia
A lo largo de estas décadas, varios traslados y actos extraordinarios han jalonado su historia. Desde su origen la sede canónica es la Parroquia de San Juan de Dios, pero en ocasiones especiales las imágenes titulares han sido trasladadas temporalmente a otros templos de Martos para celebraciones o restauraciones. Por ejemplo, con motivo del 25º aniversario fundacional (2019), el Cristo del Amor fue llevado en devoto traslado a la iglesia mayor de Santa Marta, rememorando la unidad de las hermandades locales y subrayando la memoria histórica del desaparecido “Señor de la Cañita”. Asimismo, la hermandad ha actualizado sus reglas en varias ocasiones (reformas estatutarias), incorporando mejoras organizativas y adaptándose a la realidad presente; una de esas reformas incluyó formalmente el título de Hermandad Salesiana dada la inclusión de San Juan Bosco como cotitular.
Cambio en el horario de la estación de penitencia
Otro cambio significativo fue el horario de la estación de penitencia. Si en los primeros años el desfile tenía lugar en la tarde-noche del Jueves Santo, posteriormente se trasladó a la mañana del Jueves Santo (actualmente la cofradía inicia su procesión a las 9:30 h). Este cambio permitió singularizar su desfile y evitar coincidencias con los oficios de la Cena del Señor, haciendo de la mañana del Jueves Santo marteño un momento único y muy esperado. La Hermandad también ha sumado nuevos elementos humanos a su cortejo: en 2007 instauró un cuerpo de costaleros propios, y desde 2010 cuenta con una centuria infantil (niños vestidos de hebreos) que abre la procesión, fomentando así la participación de los más jóvenes.
Momentos entrañables de la hermandad en sus primeros años
Durante su evolución, se han vivido momentos entrañables y solemnes: la bendición de las imágenes titulares (en 1994 la Virgen Auxiliadora, en 2003 el Cristo del Amor) fueron ceremonias multitudinarias; la concesión del título de “Venerable y Humilde Grupo Parroquial” en los inicios marcó su humildad fundacional; y finalmente la recepción del decreto de erección canónica por el Obispado de Jaén afianzó su carácter de Hermandad. Cada incorporación patrimonial (nuevas imágenes y enseres) supuso una ocasión destacada. Así, en 2006 se incorporó la figura de Poncio Pilato al paso de misterio; en 2010 la de Barrabás, seguida por un soldado romano en 2011, Claudia Prócula en 2012 y un miembro del Sanedrín en 2016. Todas estas incorporaciones fueron bendecidas en sus momentos por el capellán de la hermandad, con la presencia emocionada de los hermanos fundadores que veían cumplirse sueños largamente acariciados.
Consolidación de la hermandad en la actualidad
En la actualidad, la Hermandad del Cristo del Amor y María Auxiliadora se encuentra plenamente consolidada en la Semana Santa de Martos. Su Hermano Mayor y junta directiva coordinan un grupo amplio de cofrades, y se mantiene la estrecha relación con la Parroquia de San Juan de Dios. Además, la hermandad sigue haciendo historia: en 2024 estrenó una nueva junta encabezada por un hermano mayor laico (tras años en que un sacerdote ocupó dicho cargo), señal de la madurez y autonomía de la cofradía. Con más de treinta años de recorrido, esta Hermandad ha sabido entrelazar la memoria histórica (recogiendo aquella devoción al Ecce-Homo perdido) con la frescura salesiana y juvenil de María Auxiliadora, escribiendo así una de las páginas más originales de la religiosidad marteña contemporánea.
Patrimonio artístico de la de la hermandad del Cristo del Amor
El rico patrimonio artístico de la Hermandad se ha gestado desde cero en pocas décadas, combinando imaginería contemporánea de calidad con orfebrería y bordados cuidadosamente incorporados. Sus imágenes titulares son tres: el Santísimo Cristo del Amor, la Virgen María Auxiliadora en su Desconsuelo y Misericordia y San Juan Evangelista, todas obras del escultor José Miguel Tirao Carpio, natural de Torredonjimeno, que las realizó en los años 2003, 1994 y 1999 respectivamente.
Santísimo Cristo del Amor
El Santísimo Cristo del Amor es una imagen de vestir que representa a Jesús en la escena evangélica de la presentación al pueblo: se trata de un Ecce Homo, con la cabeza coronada de espinas, rostro sereno pero lacerado por el sufrimiento, y portando una caña a modo de cetro en su mano derecha. La talla muestra a Cristo de pie, maniatado y cubierto con un manto púrpura sobre los hombros, tal como lo describen los Evangelios. Fue tallada en cedro y policromada con gran realismo por Tirao Carpio, siguiendo modelos clásicos andaluces e inspirándose en la estética del barroco. Desde su bendición en 2003, la imagen no ha requerido grandes restauraciones gracias a su relativa juventud, aunque se le ha aplicado mantenimiento periódico en el taller de su propio autor para asegurar la óptima conservación de la policromía. Popularmente, los marteños llaman también a esta imagen “el Señor de la Cañita”, recuperando el apodo del antiguo Ecce-Homo al que viene a suceder. El Cristo del Amor transmite una profunda impresión de mansedumbre y entrega, con sus ojos mirando al cielo y una expresión de amor paciente ante la ofensa, rasgo que da nombre a la advocación.
María Auxiliadora en su Desconsuelo y Misericordia
Por su parte, la imagen de María Auxiliadora en su Desconsuelo y Misericordia es una Dolorosa de candelero (cuerpo para vestir) de tamaño natural. Aunque lleva el nombre de la Auxiliadora –habitualmente representada como Reina con el Niño Jesús–, en este caso se trata de una Virgen de los Dolores adaptada a la iconografía pasionista. El imaginero José Miguel Tirao la esculpió en 1994 dotándola de una belleza joven y serena: el rostro ovalado, pálido y delicado, aparece surcado por lágrimas (presenta cinco lágrimas de cristal en las mejillas) y los ojos miran ligeramente hacia abajo, transmitiendo aflicción contenida. Las manos, extendidas hacia adelante, refuerzan la sensación de desconsuelo maternal al “no encontrar” a su Hijo. Es notable la calidad anatómica de la talla, especialmente en la expresión de los ojos y la boca entreabierta en gesto de dolor. La Virgen fue concebida para que pudiera lucir diferentes atavíos; en su culto ordinario suele aparecer coronada y con el Niño Jesús en brazos (como Auxiliadora), pero en Semana Santa se presenta con atuendo de luto: manto oscuro bordado, encarnando así a María afligida que busca a Cristo condenado. Esta dualidad hace de la imagen una pieza única y versátil. Desde su estreno, ha sido restaurada solo en detalles menores (limpieza de policromía y fijación de pestañas) dado que su estado es excelente tras casi treinta años.
San Juan Evangelista
La tercera imagen titular es San Juan Evangelista, también obra de Tirao Carpio (1999). Es una escultura de vestir que representa al “discípulo amado” joven, imberbe y de semblante apenado, acorde a su papel junto a la Virgen María en los relatos de la Pasión. San Juan aparece con la mano extendida, como indicando consuelo a María, y sus facciones suaves transmiten dulzura y fidelidad. Viste túnica tallada y se le coloca sobre ésta una prenda verde y un mantolín rojo en la procesión, siguiendo la iconografía tradicional del apóstol. Esta imagen ha enriquecido sobremanera el conjunto de la Virgen, pues acompaña físicamente a María Auxiliadora en su paso de palio, estableciendo un diálogo visual con Ella y subrayando el mensaje de esperanza y acompañamiento.
Otras imágenes que acompañan a los titulares en los pasos
Junto a los titulares principales, la hermandad ha incorporado con los años un completo grupo escultórico secundario para el paso de Cristo, conformando así un paso de misterio muy teatral. Poncio Pilato, el procurador romano, fue añadido en 2006, esculpido también por Tirao Carpio. Aparece presentando a Jesús al pueblo, con gesto solemne, ataviado con túnica blanca y manto rojo púrpura, y es de tamaño similar al Cristo, realzando la escena del juicio. El papel de Pilato queda muy logrado en la talla, con facciones recias y brazo extendido hacia la muchedumbre invisible. En 2010 se sumó la figura de Barrabás (obra del imaginero jiennense Pedro García Velasco), representado como un hombre robusto semidesnudo, con expresión altanera, que aparece atado con sogas. Un año después, en 2011, llegó un soldado romano que sujeta la cuerda de Barrabás, completando la interacción narrativa. Y en 2012 se incorporó Claudia Prócula, la esposa de Pilato (también obra de García Velasco), a quien la tradición atribuye un papel piadoso en el juicio de Jesús. La figura de Claudia se muestra suplicante, vestida a la usanza romana, incluso en el momento cumbre del misterio tiende su anillo nupcial a Pilato –un detalle inspirado en la leyenda popular–. Finalmente, en 2016 se completó el conjunto con la imagen de un miembro del Sanedrín judío que observa la escena (realizada igualmente por García Velasco). Todas estas figuras en conjunto recrean con gran viveza el pasaje evangélico en que Pilato ofrece liberar a Jesús o a Barrabás ante la multitud.
Elementos del paso procesional
En cuanto a los elementos del paso procesional, la Hermandad cuenta con un valioso patrimonio de orfebrería y talla. El paso de Cristo es de estilo barroco, realizado en madera de cedro con un excelente trabajo de talla. Presenta un alto moldurón con perfiles sinuosos y cartelas talladas con motivos vegetales y angelotes. En el frontal y la trasera ostenta el escudo de la hermandad labrado en madera. Cuatro grandes candelabros de guardabrisas (candelabros con tulipas de cristal) alumbran la escena con cirios de color rojo sangre, aportando dramatismo visual. Este paso fue diseñado y ejecutado por el propio José Miguel Tirao Carpio en su taller, de forma que encaja perfectamente con las imágenes: la madera clara barnizada en tono caoba contrasta con las vestimentas y destaca las figuras. Cada esquina luce un querubín tallado sosteniendo escudos, y en la base se aprecian roleos y volutas muy del gusto barroco. Aunque sobrio en cuanto a dorados (la hermandad optó por mantenerlo en color madera en sus primeros años), recientemente se han plateado algunos detalles ornamentales para conjuntar con la plata del paso de palio.
Paso de palio
Por otro lado, el paso de palio de la Virgen María Auxiliadora constituye una verdadera joya artística, fruto de varias fases de ejecución. La hermandad adquirió en Sevilla la orfebrería del palio, obra del prestigioso taller de Jesús Domínguez Vázquez, que fue completándose a lo largo de la década de 2000. Este paso de palio sigue el canon andaluz: tiene 12 varales de alpaca plateada labrada en estilo barroco, sosteniendo el techo de palio de terciopelo bordado. Las bambalinas (caídas del palio) presentan un diseño de figura, es decir, con recortes curvilíneos y profusa ornamentación en oro fino sobre terciopelo burdeos. En el centro del techo de palio (la llamada gloria) figura bordada el anagrama de María rodeado de una ráfaga, y en el frontal de la bambalina destaca el escudo de la hermandad.
Detalles del paso
Un detalle singular son los angelitos de las esquinas: en cada esquina del palio hay unos pequeños ángeles de orfebrería que sostienen en sus manos los atributos de María Auxiliadora (uno porta la imagen del Niño Jesús y otro un cetro). Este recurso iconográfico recuerda constantemente la advocación Auxiliadora incluso en plena Semana Santa, y es un guiño original de la hermandad. Sobre la peana plateada que sostiene a la Virgen, figura el monograma AM (Ave María) en dorado, símbolo mariano por excelencia. La Virgen luce además una hermosa corona de plata sobredorada labrada en Córdoba, con estrellas y flores de lis, realizada ex profeso para la imagen en 1995. El palio se ilumina con candelería plateada: más de 50 candeleros frontales distribuidos en forma piramidal alumbran el rostro de la Virgen, creando una estampa de gran belleza.
Bordados
Los bordados del palio han sido confeccionados por bordadores jiennenses sobre terciopelo color burdeos (el palio) y rojo (los faldones o faldillas del paso). En su conjunto, el paso de palio combina los tonos plata, burdeos y oro, resultando muy elegante. Fue estrenado parcialmente en 2003 y finalizado años después con las bambalinas laterales y trasera, completando uno de los palios más destacados de Martos. Cabe mencionar que en el frontal del paso la hermandad coloca un pequeño relicario con reliquia de la Beata Sor Francisca de la Encarnación Espejo, monja mártir natural de Martos, a la que se rinde así un discreto homenaje durante la procesión. Esta reliquia, incorporada en 2015, añade un elemento espiritual único al patrimonio del paso de palio.
Insignias y enseres de la hermandad
En materia de insignias y enseres, la hermandad también ha invertido en piezas de calidad. Su estandarte corporativo (bacalao) está confeccionado en terciopelo rojo con bordados en oro y plata de estilo eucarístico –incluye motivos de uvas, espigas, un pelícano alimentando a sus crías y el Cordero Místico–, procedentes de bordados antiguos que fueron traspasados a un terciopelo nuevo. En el centro del estandarte campea el escudo de la cofradía, que combina símbolos de la Pasión (la cruz, la corona de espinas) con el monograma salesiano de María Auxiliadora y la cruz de San Juan Bosco. Esta pieza fue estrenada en 2018, recuperando para Martos unos bordados con historia. Otra insignia destacada es la Cruz de Guía, labrada en metal plateado y con faroles, que abre el cortejo; los faroles de guía se realizaron en los talleres de Orfebrería Tuccitana en 2005, y presentan detalles dorados y una macolla central con imágenes de santos locales. Completa el ajuar una serie de estandartes menores y guiones: el guion de San Juan Bosco con la figura del santo, el banderín de Juventud Salesiana, así como ciriales, incensarios y navetas de plata para los acólitos, adquiridos con el tiempo. Cada elemento del patrimonio ha sido cuidadosamente seleccionado o encargado, buscando aunar la estética clásica de la Semana Santa andaluza con la identidad particular de la hermandad. El resultado es un conjunto patrimonial coherente, de gran belleza y simbología, que ha convertido a esta joven cofradía en referente artístico en Martos.
Cultos, juventud y acción social de la hermandad del Cristo del Amor en la actualidad
Fiel a su espíritu salesiano y evangelizador, la Hermandad del Cristo del Amor y María Auxiliadora despliega durante el año una intensa actividad litúrgica y formativa, así como acciones de caridad y compromiso social en Martos. En el aspecto cultual, cada primavera organiza los cultos cuaresmales en honor a sus titulares: suele celebrar un triduo o quinario (tres o cinco días de misa solemne) dedicado al Santísimo Cristo del Amor, que culmina con una Función Principal de Instituto en la que los hermanos hacen pública Protestación de Fe. Durante estos cultos, la imagen del Cristo se expone en devoto besapié, permitiendo a los fieles besar sus pies ensangrentados en señal de devoción. Igualmente, en el mes de mayo, la cofradía rinde especial homenaje a María Auxiliadora, coincidiendo con su festividad del 24 de mayo, con una solemne Eucaristía y ofrenda floral a la Virgen. Dado que la imagen titular de la Virgen participa en Semana Santa bajo la advocación dolorosa, para los cultos de mayo la hermandad utiliza una pequeña imagen del Niño Jesús y un cetro colocados en sus brazos, realzando así su carácter de Auxiliadora en ese tiempo de gozo pascual. Además, la hermandad suele unirse a las celebraciones de la parroquia: participa en el Corpus Christi parroquial con su estandarte, y en noviembre conmemora a Cristo Rey con un Via Crucis claustral con la imagen del Cristo del Amor entronizado.
Via Crucis
En los últimos años ha cobrado mucha fuerza un Vía Crucis público con la imagen del Cristo del Amor que se celebra el Viernes de Dolores por la noche, organizado por el grupo joven de la hermandad. En él, el Señor de la Cañita recorre en andas las calles alrededor de San Juan de Dios, deteniéndose en catorce estaciones donde se meditan las escenas de la Pasión, en un ambiente de recogimiento y fervor que anticipa la Semana Santa. Esta iniciativa ha tenido gran acogida y se ha vuelto tradición reciente en Martos, integrándose en las Rutas de Pasión promovidas por el Ayuntamiento. Asimismo, la hermandad convoca regularmente a sus miembros a la misa mensual de hermandad, normalmente los días 24 de cada mes en honor a María Auxiliadora, reforzando así la vida espiritual continua de sus cofrades.
El papel de la juventud en la hermandad
La Juventud ha sido desde la fundación un pilar esencial: la hermandad cuenta con un activo Grupo Joven, que organiza convivencias, talleres de formación cofrade e iniciativas culturales. Los jóvenes participan como monaguillos y acólitos en los cultos (de hecho, existe una Escuela de Acólitos dentro de la hermandad, donde se enseña a los más pequeños el servicio al altar y el significado de la liturgia) y también colaboran en el montaje de los pasos y la decoración florar. Gracias a esta cantera, la cofradía asegura la continuidad generacional y difunde entre la juventud los valores de la fe y la solidaridad. Un ejemplo del protagonismo juvenil es la tradicional “Fiesta de la Santa Cruz” que organizan cada mes de mayo: en torno al Día de la Cruz (3 de mayo), el grupo joven instala una cruz adornada con flores en el patio de la parroquia y realiza actividades lúdicas y benéficas, incluyendo la exposición de pequeñas imágenes de San Juan y la Magdalena que poseen, recreando simbólicamente escenas de la Pasión para enseñar a los niños. Estas celebraciones combinan devoción popular con sano ambiente festivo juvenil.
Caridad
En el campo de la caridad, la Hermandad se distingue por sus numerosas obras sociales. Desde 2001 organiza anualmente la Caravana Benéfica “Amor y Auxilio”, una campaña solidaria en colaboración con la Banda de Cornetas y Tambores Fe y Consuelo de Martos, destinada a recoger alimentos, productos de higiene y donativos para los más necesitados. Cada edición de esta caravana (que en 2024 alcanzó su 22ª convocatoria) recorre distintos barrios de Martos en fechas prenavideñas: jóvenes de la hermandad y músicos van puerta por puerta recogiendo aportaciones, mientras cantan villancicos o marchas, implicando a todo el pueblo en un gesto de amor fraterno. Lo recolectado se entrega luego a Cáritas parroquial y a hogares de ancianos o comedores sociales, haciéndose realidad el lema de la cofradía de “repartir amor y auxilio”. Además de esta iniciativa estrella, la vocalía de Caridad de la hermandad realiza durante todo el año otras labores: acompaña a los enfermos de la feligresía, organiza campañas de donación de sangre, colectas extraordinarias tras misas para emergencias (por ejemplo, tras terremotos o catástrofes), y voluntariados con asociaciones locales. La cercanía de la cofradía con los más vulnerables ha sido reconocida públicamente, siendo considerada un ejemplo de hermandad comprometida con la acción social cristiana en Martos.
Presencia de la hermandad en la vida cotidiana de Martos
En la vida diaria de la ciudad, la Hermandad del Amor y Auxilio tiene una presencia dinámica. Participa en actos institucionales de la Agrupación de Cofradías, como el pregón oficial o el vía crucis general de Cuaresma. En dichos eventos, sus estandartes y hermanos acompañan con orgullo a las demás cofradías marteñas, reforzando la unión cofrade local. También en la festividad de María Auxiliadora suelen sumarse colegios y grupos parroquiales, consolidando esa devoción mariana en el calendario religioso local. Cabe destacar la estrecha relación de la hermandad con los cuerpos de seguridad: desde hace años mantienen un vínculo especial con la Guardia Civil acuartelada en Martos, quienes nombraron a la cofradía Hermana Honoraria de su patrona la Virgen del Pilar. Fruto de ello, no es raro ver a representantes de la Benemérita en los cultos de la hermandad, así como colaboraciones mutuas en actos benéficos (por ejemplo, la hermandad suele participar en las campañas del Pilar de recogida de alimentos, y la Guardia Civil brinda apoyo logístico en la Caravana Benéfica). Esta sinergia quedó de manifiesto de forma emotiva en 2016, cuando tras los atentados de Bruselas la hermandad detuvo su procesión ante el cuartel de la Guardia Civil para depositar una ofrenda floral al pie de un altar de la Virgen del Pilar, con la bandera a media asta, en memoria de las víctimas. Gestos así demuestran la sensibilidad social y patriotismo integrador que caracteriza a esta joven corporación.
La estación de penitencia en Semana Santa
El momento culminante para la Hermandad llega cada Jueves Santo, cuando realiza su estación de penitencia por las calles de Martos, en plena Semana Santa. Se trata de un desfile procesional cargado de simbolismo y profundamente arraigado ya en el sentir cofrade marteño. Desde su residencia canónica, la Iglesia de San Juan de Dios, los dos pasos de la cofradía se ponen en marcha a las 9:30 de la mañana, dando inicio a uno de los recorridos más singulares de la Semana Mayor local. La Cruz de Guía asoma por el portón del templo anunciando el cortejo, seguida por filas de nazarenos y mantillas. Los hermanos nazarenos visten el hábito de estatutos con sobriedad y elegancia: túnica larga de sarga color rojo granate, con capa de color crema claro; el capirote o capuchón es igualmente granate y lleva en la parte trasera una pequeña borla de seda roja llamada “mota”. Un cíngulo ancho de cordón color crema ciñe la cintura, rematado con borlas carmesí y crema entretejidas. Completan la vestimenta los guantes blancos y el calzado negro. Este conjunto de colores –rojo y crema– alude tanto a la Pasión de Cristo (rojo de la sangre derramada) como a la pureza de María (blanco-crema), creando una identidad visual propia. Durante el desfile, los nazarenos del tramo del Cristo portan velas color “tiniebla”, de tono amarillo oscuro, mientras que los que acompañan a la Virgen portan velas de color blanco marfil, diferenciándose así los dos tramos. Avanzan en silencio, en filas de a dos, creando un ambiente de respeto y oración.
Recorrido del Jueves Santo
El recorrido procesional de Jueves Santo suele abarcar tanto calles modernas como el casco histórico de Martos. Tras salir de San Juan de Dios (situada en el barrio del Nuevo Martos), la comitiva enfila la calle Río Genil y la Avenida de España, para luego adentrarse por calles tradicionales como Ingeniero García Pimentel, Cruz del Lloro y La Teja. Uno de los momentos cumbre se produce al llegar a la Plaza de la Fuente Nueva, donde se ubica la carrera oficial (tribuna de autoridades). Allí ocurre el emocionante “encuentro” entre los dos tronos: el paso de misterio del Cristo del Amor aguarda en medio de la plaza hasta que llega el paso de palio de María Auxiliadora. En ese instante, ambas imágenes –el Hijo presentado al pueblo y la Madre que lo busca– quedan frente a frente, recreando plásticamente el sentido de su iconografía. Los costaleros mecen levemente los pasos al son de marchas solemnes, y suele interpretarse alguna marcha especial o incluso una saeta (canto flamenco devocional) dedicada al Señor de la Cañita. El encuentro culmina con una lluvia de pétalos de rosa que desciende desde los balcones cercanos sobre las dos imágenes, en medio del aplauso del público emocionado. Es un momento de intensa belleza y piedad popular, uno de los más esperados del Jueves Santo marteño.
Visita al cuartel de la Guardia Civil
Después del encuentro, la procesión continúa su marcha conjunta por la calle Carrera y toma rumbo de regreso por avenidas amplias como Príncipe Felipe y Augusta Gemela (vías modernas de Martos). En este trayecto de vuelta, destaca otra estampa singular: la visita al cuartel de la Guardia Civil. La hermandad realiza una parada ante la puerta de la casa-cuartel, donde los agentes de la Benemérita montan un pequeño altar con la imagen de la Virgen del Pilar, su patrona, y la bandera española. Los costaleros acercan el palio de María Auxiliadora hacia el altar y se realiza una ofrenda floral en nombre de la hermandad, sellando así la hermandad espiritual entre la cofradía y la Guardia Civil. Este acto, acompañado muchas veces por los acordes del himno nacional o de la Marcha Real tocados por la banda, genera un momento de respeto patriótico dentro del fervor religioso.
Regreso al templo
Finalmente, tras casi cinco horas de recorrido, los pasos encaran de nuevo la calle Río Genil para regresar a su templo alrededor de las 14:30 horas. El sol alto del mediodía ilumina las imágenes en su encierro (entrada al templo). Primero se recoge el paso de Cristo: los costaleros lo hacen avanzar lentamente y, de rodillas, lo introducen por la angosta puerta de San Juan de Dios con precisión milimétrica, mientras el capataz entona las últimas órdenes y la Agrupación Musical que lo acompaña interpreta una marcha final de despedida. Minutos después, el paso de palio de la Virgen se acerca a la puerta; antes de entrar, suele girarse levemente para “mirar” al pueblo una vez más. En ese momento, los presentes entonan la Salve en honor a María Auxiliadora, un canto que resuena con fuerza en las paredes del templo. Con esa Salve y entre aplausos, el palio se pierde bajo el dintel de la puerta, culminando la estación de penitencia de la hermandad.
Acompañamiento musical
En el aspecto musical, la cofradía cuida mucho el acompañamiento de sus imágenes, seleccionando repertorios acordes a cada escena. El paso de misterio del Cristo del Amor suele ir acompañado por una Agrupación Musical (banda de cornetas, trompetas y tambores con repertorio de marchas de inspiración religiosa). En los últimos años han participado bandas destacadas de la provincia de Jaén y Granada; por ejemplo, en 2016 lo hizo la A.M. Columna y Lágrimas de Baeza, mientras que en 2022 acompañó la A.M. San Juan de Bailén. Estas agrupaciones interpretan marchas clásicas como “Ecce Homo” o “Consuelo Gitano”, creando un marco sonoro intenso para el paso de Cristo. Por su parte, el paso de palio de la Virgen María Auxiliadora lleva tras de sí una banda de música de viento y percusión, que ejecuta marchas procesionales armoniosas y solemnes. En 2016 fue escoltado por la Banda de Música Maestro Soler de Martos, la agrupación local, que entre otras piezas tocó la marcha propia “Auxiliadora de Martos” compuesta en honor a la Virgen. El contraste entre la música vigorosa del misterio y la melodía elegante del palio dota al cortejo de un equilibrio muy emotivo. Además, no faltan momentos de canto espontáneo: es tradicional que en la calle La Teja alguna saetera local dedique una saeta flamenca a la Virgen Auxiliadora, cuya letra suele aludir a la angustia de María al buscar a Jesús, con palabras llenas de poesía popular. Estos cantes a capela, en silencio y con la única luz de las velas, ponen los vellos de punta a cofrades y espectadores.
Peculiaridades estéticas del cortejo procesional
El cortejo penitencial presenta también peculiaridades estéticas propias. Entre los tramos de nazarenos figura una sección de niños hebreos vestidos con túnicas simulando la época de Jesús, portando palmas y pequeños instrumentos, simbolizando la inocencia que reconoce a Cristo. Otra nota pintoresca es la presencia de un heraldo romano a caballo que abre paso al cortejo –introducido en 2019– representando al emisario de Pilato; este personaje, vestido de centurión romano, recorre las calles anunciando en voz alta “¡Ecce Homo!”, recreando la proclamación bíblica. Es un detalle teatral que la hermandad ha añadido para mayor realce de la procesión y que ha gustado mucho al público.
Iluminación y adornos florales
En cuanto a la iluminación y las flores, el paso de Cristo del Amor va exornado con claveles rojos o iris morados según el año, simbolizando la Pasión, mientras que el paso de palio de la Virgen suele llevar flor blanca (rosas, orquídeas o claveles blancos) junto con azucenas, en alusión a la pureza de María. Sin embargo, no es raro que también use clavel rojo oscuro, dado el título de Auxiliadora en Desconsuelo, para subrayar su dolor compartido. La combinación de las flores con la plata refulgente del palio bajo el sol de la mañana crea una imagen imborrable para quienes lo contemplan.
La devoción y el fervor que despierta la hermandad entre los marteños
Cabe resaltar la devoción y fervor que esta estación de penitencia despierta. A pesar de ser una hermandad relativamente joven, la expectación que levanta en Martos es enorme. Familias enteras acuden desde primera hora para ver la salida. Muchos devotos llevan estampas del Señor de la Cañita y de María Auxiliadora, heredadas de sus abuelos que vivieron la devoción al antiguo Ecce-Homo, y las muestran con orgullo al paso de las imágenes. Se ha formado así una identidad devocional propia del Jueves Santo marteño: el Cristo del Amor es visto como símbolo de mansedumbre y entrega, y María Auxiliadora de la cofradía, aun dolorosa, es también vista como Madre protectora de Martos. Cada vez que los costaleros levantan el paso (al grito tradicional de “¡Al cielo con Ella!” o “¡A esta es!” por parte del capataz), el público jalea y aplaude con entusiasmo. Y cuando la procesión termina, la hermandad consigue algo muy valioso: deja en el aire de Martos un mensaje de Amor y Auxilio –como reza su nombre–, un llamado a amar al prójimo y a auxiliar al necesitado, inspirado en el ejemplo de Cristo y María. Es así como esta hermandad ha logrado aportar a la Semana Santa no solo esplendor externo sino también un profundo sentido espiritual y solidario, cumpliendo con creces la visión de sus fundadores.


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