Durante casi tres décadas, Martos fue mi hogar. En sus calles me formé, forjé amistades y construí lazos que aún perduran, aunque hace tiempo tomé la decisión de mudarme. Aun en la distancia, conservo recuerdos entrañables, vivencias y experiencias que han moldeado mi carácter y mi manera de ver el mundo. Hoy quiero compartir algunos paisajes urbanos de Martos.
Podría decir que Martos es mi patria chica, un rincón del alma al que siempre regreso cuando la vida me lo permite. Me gusta caminar por sus calles, esas que en otro tiempo fueron escenario de mis días y testigos silenciosos de mi historia. Me fascina descubrir los cambios que han transformado la ciudad en mi ausencia, pero también me reconforta hallar esos rincones que siguen inalterables, guardados en la memoria como postales de un tiempo que no se ha desvanecido del todo.
Siempre sentí una inclinación natural por desentrañar la historia de los lugares que habito, por descubrir su esencia en cada piedra, en cada esquina con encanto. De Martos conservo muchas fotografías, imágenes que no solo capturan paisajes, sino que resguardan emociones, momentos que aún hoy atesoro con especial cariño.
Hoy he decidido compartir algunas de esas fotografías de algunos paisajes urbanos de Martos, pequeñas ventanas a mi pasado y a la historia de la ciudad que tanto significa para mí. Sin embargo, esta no será la última vez que escriba sobre Martos en mi blog personal, ni serán estas las últimas imágenes de mi álbum que compartiré aquí o en mis redes sociales. Porque hay recuerdos que merecen ser revividos una y otra vez.











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