En medio de mi recorrido por los senderos de San Fernando, me encontré con un tesoro arqueológico oculto a los pies del imponente Cerro de los Mártires. Aquí, entre la exuberante naturaleza y la tranquila atmósfera del lugar, descubrí dos grupos funerarios que datan de épocas antiguas: las misteriosas cistas púnicas.
Al acercarme, quedé maravillado por la presencia de estas estructuras históricas. El primer grupo, ubicado a una menor altura, consta de dos tumbas construidas con la característica piedra ostionera. Según los registros históricos, estas tumbas fueron descubiertas en el cercano cerro de la batería durante la década de los años 70. Imaginar el meticuloso trabajo de aquellos que las construyeron hace siglos me transportó a un pasado lejano lleno de misterio y tradición.
A pocos metros de distancia, se encuentra el segundo grupo de enterramientos. Aquí, tres tumbas también construidas con piedra ostionera revelan otra faceta de la historia antigua de esta región. Estas tumbas fueron descubiertas en la década de los años 80 durante unas emocionantes excavaciones realizadas en la plaza de Asdrúbal, en la vecina localidad de Cádiz. El hecho de que estas estructuras se encuentren dispersas en diferentes lugares, pero conectadas por su origen y significado, añade aún más profundidad al misterio que rodea a estos sitios arqueológicos.
Detenerme frente a estas cistas púnicas fue más que un simple descanso en mi ruta de senderismo. Fue un encuentro con el pasado, un recordatorio de la rica historia que yace bajo nuestros pies y la importancia de preservarla para las generaciones futuras. En medio de la naturaleza, entre la brisa marina y el canto de los pájaros, me sumergí en un viaje en el tiempo que me dejó maravillado y agradecido por la oportunidad de explorar y aprender de nuestro patrimonio cultural. Sin duda, una parada que recordaré con cariño en mis aventuras por San Fernando.
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Interesante artículo y buenas imágenes. Gracias por compartir.