Sobre las tranquilas aguas del río San Pedro, en la provincia de Cádiz, se erige un monumento a la ingeniería y la historia: el Puente de Hierro de San Alejandro. Este puente, testigo de más de un siglo de desarrollo y cambio, ha sido cuidadosamente restaurado y reincorporado a la vida como parte integral de una ruta peatonal y cicloturista que conecta la belleza natural de la región.
Construido entre 1860 y 1861 como parte de la línea ferroviaria Jerez-Trocadero, el Puente de San Alejandro jugó un papel crucial en el florecimiento de la industria vinatera en la zona. Por sus raíles transitaban las valiosas botas de vino de Jerez, destinadas a los mercados internacionales desde el muelle del Trocadero. Este puente no solo representaba un enlace vital en la red ferroviaria, sino que también simbolizaba el progreso y la prosperidad de la región de Andalucía.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el puente quedó en desuso y en peligro de ser olvidado. Durante años, se enfrentó a la amenaza del desmantelamiento, hasta que una intervención pública logró salvar una porción significativa de esta icónica estructura. Un total de 80 metros del puente, que estaban siendo desguazados, fueron rescatados gracias al reconocimiento de su valor histórico y cultural para la ciudad de El Puerto de Santa María.
A pesar de esta valiosa acción de preservación, pasaron casi dos décadas antes de que el proyecto de restauración y reubicación del Puente de San Alejandro viera la luz verde. Finalmente, el puente encontró su nuevo hogar en el pintoresco paraje conocido como “El Corte”, formando parte de una ruta de senderismo que enlaza la salina de la Tapa y Marivélez con la estación de ferrocarril de Las Aletas, cerca de Puerto Real.
Este proyecto no solo ha rescatado una pieza fundamental de la historia ferroviaria de la región, sino que también ha abierto nuevas oportunidades para el turismo sostenible y la exploración de los paisajes naturales de la bahía de Cádiz. Ahora, tanto los excursionistas como los ciclistas pueden disfrutar de la majestuosidad del Puente de San Alejandro mientras exploran las bellezas naturales y culturales que esta región tiene para ofrecer.
El resurgimiento del Puente de Hierro de San Alejandro es más que una simple restauración; es un tributo a la perseverancia, al valor del patrimonio histórico y al poder de la comunidad para preservar su legado para las generaciones futuras. Este puente, que alguna vez fue un símbolo de progreso industrial, ahora se erige como un monumento a la memoria colectiva de una región y como un faro de esperanza para el futuro.
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