En el corazón de la encantadora localidad sevillana de Lebrija, se alza majestuoso un monumento que resiste el paso del tiempo como testigo silente de la historia y la arquitectura barroca: el Antiguo Cabildo y Cilla Municipal. Este edificio, erigido en 1791 y antaño perteneciente al arzobispado de Sevilla, es un impresionante ejemplo de la riqueza patrimonial que atesora esta región.
Desde su construcción hace más de dos siglos, el Antiguo Cabildo y Cilla Municipal ha sido un emblema de la arquitectura civil barroca en Lebrija. Integrando dos áreas distintas pero igualmente fascinantes, este edificio es una síntesis perfecta de elegancia y funcionalidad.
La primera parte, la casa rectoral, se abre hacia la calle Tetuán con una fachada que cautiva a primera vista. El movimiento ondulante de sus cornisas revela una sofisticación única, mientras que en su interior un majestuoso patio sirve como eje central distribuyendo las dependencias de los canónigos. En la planta alta, los almacenes para el grano nos transportan a épocas pasadas, donde la agricultura era el sustento de la vida cotidiana.
La segunda área, la cilla, se orienta hacia la Plaza del Mantillo y se distingue por su patio principal, donde aún se conserva la imponente torre contrapeso de la almazara. Conectando ambos espacios, la Sala de Bóvedas, que en sus orígenes albergaba cuadras para el ganado, ahora acoge actividades culturales desde 1986, convirtiéndose en el latido cultural de Lebrija.
El Antiguo Cabildo y Cilla Municipal es más que un simple edificio; es un testamento vivo de la historia de Lebrija. Las primeras menciones de su existencia en este entorno datan del siglo XVI, cuando se amplió con la adquisición de casas aledañas. La portada del edificio, que aún conserva el escudo de armas de los primitivos dueños, es una joya que nos transporta a tiempos pasados de esplendor y grandeza.
En el siglo XVIII, gran parte del recinto fue reedificado, demostrando la voluntad de preservar este patrimonio para las generaciones futuras. Sin embargo, a lo largo del siglo XIX, el Antiguo Cabildo y Cilla Municipal dejó de ser la sede de las Casas Capitulares debido al estado ruinoso de los inmuebles, aunque su fachada aún permanece como un recordatorio eterno de su esplendor pasado.
Explorar el Antiguo Cabildo y Cilla Municipal de Lebrija es sumergirse en un viaje en el tiempo, donde la arquitectura barroca nos cuenta historias de grandeza y tradición. Este monumento, que ha resistido el paso de los siglos, es un recordatorio tangible de la importancia de preservar nuestro legado cultural para las generaciones venideras. En cada detalle de su diseño y en cada piedra labrada, encontramos un vínculo con nuestro pasado y una inspiración para nuestro futuro.
Así que, la próxima vez que visites Lebrija, no pierdas la oportunidad de maravillarte con la belleza y la historia que encierra el Antiguo Cabildo y Cilla Municipal. Porque en cada rincón de este edificio, se esconde un pedazo del alma de esta encantadora ciudad sevillana.
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