Al aproximarnos a la localidad jiennense de Alcaudete, es imposible no fijar la vista en la majestuosa fortaleza que corona la cima de un cerro, dominando el paisaje y ofreciendo una visión imponente de la historia que alberga. Esta fortaleza, conocida como el Castillo de Alcaudete, es testimonio de siglos de acontecimientos que han moldeado la región.
Orígenes y Evolución Histórica
Los primeros indicios de ocupación en este enclave se remontan a la época romana, cuando se estableció un asentamiento debido a su posición estratégica en la ruta que conectaba el valle del Guadalquivir con Granada. Sin embargo, fue durante la dominación musulmana cuando la localidad, denominada entonces Hisn Al-Qabdaq o «ciudad de los manantiales», adquirió relevancia. En el siglo XII, bajo el dominio almohade, se erigió una alcazaba en la cima del cerro y se construyó una muralla que rodeaba el núcleo urbano, ambas en tapial. Estas estructuras defensivas fueron fundamentales para proteger la ciudad, que contaba con un gran mercado y estaba muy bien fortificada.
Conquista de la fortaleza de Alcaudete por Fernando III el Santo
La conquista cristiana de Alcaudete se produjo en 1246, cuando Fernando III el Santo tomó la villa y la entregó a la Orden Militar de Calatrava. Estos monjes-soldados reforzaron la muralla de la ciudad, reformaron la alcazaba para convertirla en una falsabraga y levantaron un nuevo castillo-convento adaptado a sus necesidades. En este destaca la torre del homenaje, símbolo del poder de la Orden en la villa; el refectorio y la capilla, corazón del convento calatravo; un cuerpo de guardia y patio de armas, centro de la defensa del castillo; y diversas dependencias destacables como las enormes caballerizas y hasta tres aljibes, para servicio del castillo.
Durante los siglos XIII y XIV, Alcaudete se convirtió en un enclave de vital importancia en la frontera con el reino nazarí de Granada. La pugna entre musulmanes y cristianos por hacerse con tan codiciada plaza fue una constante, aún después de la batalla de las Navas de Tolosa. Finalmente, se encargó a la Orden de Calatrava el control y la defensa de la frontera occidental del Reino de Jaén, y fueron los monjes calatravos quienes levantaron este castillo sobre la base del antiguo fortín árabe. Desde aquí se abastecían y salían las tropas que participaban en incursiones en territorio musulmán y aquí volvían también en busca de resguardo y aposento.
Transformaciones Posteriores
Tras la toma de Granada y la adscripción de la villa al señorío de Montemayor, la fortaleza perdió su función militar. Los señores de Alcaudete transformaron el antiguo castillo en residencia particular para administrar desde allí sus haciendas. Durante el siglo XVI, se construyó en el interior un palacio de corte renacentista, con diversas estancias que se anexaron a la torre y las dependencias previas. El mismo se mantuvo en uso hasta su abandono a mediados del siglo XVII.
En 1755, el terremoto de Lisboa causó grandes destrozos en el castillo-palacio, que entonces pertenecía a la marquesa de Villena y condesa de Oropesa. A lo largo de los siglos XIX y XX, el castillo sufrió un periodo de abandono y ocupación vecinal, hasta que en 1993 fue adquirido por el Ayuntamiento de Alcaudete, que emprendió su restauración entre 1997 y 2005.
El Castillo Hoy: Centro de Interpretación de la Orden de Calatrava
Actualmente, el Castillo de Alcaudete se ha convertido en un espacio turístico-cultural que alberga el Centro de Interpretación sobre la vida de la Orden Militar de Calatrava. El visitante se trasladará al siglo XIII para conocer la construcción de un castillo en la frontera con el Reino Nazarí, la forma de vida y estructura interna de la Orden, los ingenios de guerra empleados para el asalto y defensa de una fortaleza y el armamento manual y personal utilizados por los freires o monjes caballeros.
El proceso de musealización y decoración del castillo ha permitido la recreación de espacios que muestran cómo era la vida en la fortaleza durante la Edad Media. Destacan las mejoras realizadas en cuanto al mobiliario de las diversas dependencias y de los exteriores del castillo, respetando necesariamente el rigor histórico y el patrimonio arquitectónico del mismo. De ahí que tengamos en exposición permanente cinco armas de asedio a tamaño real de las utilizadas en los asaltos a castillos y fortalezas, y un conjunto de ornamentación purista y figuras recreativas humanas propias para dotar a los espacios de la vida que en antaño tuvieron sus estancias.
Una Visita Imprescindible
Visitar el Castillo de Alcaudete es adentrarse en siglos de historia, arquitectura y cultura. Es una oportunidad para comprender la importancia estratégica de esta fortaleza en la defensa de la frontera cristiana y para apreciar el legado de la Orden de Calatrava en la región. Además, las vistas panorámicas desde el castillo ofrecen una perspectiva única del entorno natural y urbano de Alcaudete, haciendo de esta visita una experiencia enriquecedora para todos los amantes de la historia y la arquitectura medieval.
Para aquellos interesados en explorar este tesoro histórico, el castillo ofrece visitas guiadas y con audioguía, adaptadas a diferentes necesidades y preferencias.









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