Ubicado en el corazón de la Subbética cordobesa, el Castillo de Zuheros se alza imponente sobre un promontorio rocoso que domina el pintoresco pueblo blanco que lleva su nombre. Este enclave histórico no solo ofrece vistas espectaculares, sino que encierra siglos de historia que lo convierten en un destino imprescindible para los amantes del patrimonio y la cultura.
Orígenes Musulmanes: La Fortaleza de Sujayra
El origen del castillo se remonta al siglo IX, cuando los Banu-Himsi, una familia musulmana, se asentaron en esta zona estratégica. El lugar, conocido entonces como Sujayra (que significa “pequeña roca”), formaba parte de la Cora de Elvira, un distrito rural de gran importancia en Al-Ándalus. Aquí, los musulmanes convivieron y se mezclaron con los habitantes locales, quienes adoptaron la religión y las costumbres islámicas.
En el siglo X, durante la rebelión de Omar ibn Hafsún contra el califa Abdalá, Zuheros quedó bajo el control rebelde, como muchas otras localidades de la región subbética. No sería hasta el año 921-922 cuando el poderoso califa Abderramán III sometería definitivamente estas tierras, integrándolas plenamente al Califato de Córdoba.
Zuheros en el Califato de Córdoba
Durante el esplendor del Califato, Zuheros era un pequeño recinto amurallado que albergaba unas 30 casas, una mezquita, y varias torres defensivas. El castillo jugaba un papel crucial al encontrarse en una de las rutas principales que conectaban Córdoba, la capital califal, con Granada, la futura capital nazarí. Por este camino no solo transitaban mercaderes, sino también ideas, saberes, y expresiones artísticas que enriquecían la cultura de la región.
Conquista Cristiana y Transformaciones
El 14 de mayo de 1240, las tropas de Fernando III el Santo tomaron Zuheros, marcando el inicio de una nueva etapa. Aunque los mudéjares (musulmanes bajo dominio cristiano) pudieron conservar sus casas, religión y tierras, se ordenó la entrega de las fortalezas y la mezquita principal. Esta última fue reconvertida en una iglesia cristiana consagrada a Santa María, con una nave central y una columna que aún conserva reminiscencias de su pasado islámico.
Con el tiempo, el castillo se transformó en un bastión estratégico durante las guerras de frontera entre los reinos de Castilla y Granada en los siglos XIII al XV. Su ubicación privilegiada lo convirtió en un punto clave para la vigilancia y defensa.
El Palacio Renacentista y el Declive
A finales del siglo XV, los señores de Zuheros, Alonso y Juan de Córdoba, emprendieron la construcción de un palacio renacentista dentro del recinto del castillo. Aunque nunca llegó a completarse, su ambicioso diseño reflejaba el esplendor de la época. En el siglo XVI, también se amplió la iglesia parroquial, obras atribuidas al maestro Hernán Ruiz III.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el castillo y sus edificaciones cayeron en desuso y deterioro. En el siglo XVIII, se instaló un reloj con campana en una de las torres del castillo, marcando una última fase funcional antes de que el abandono se apoderara del lugar. En la década de 1960, una reconstrucción devolvió a las torres parte de su esplendor original, configurando la imagen que hoy podemos admirar.
Un Viaje al Pasado
Visitar el Castillo de Zuheros es sumergirse en la historia de Al-Ándalus, la Reconquista y la evolución arquitectónica de siglos. Desde sus murallas, el visitante puede contemplar el paisaje andaluz en todo su esplendor: un mosaico de olivares y montañas que evocan el carácter intemporal de esta tierra.
Además, el entorno del castillo, con sus callejuelas empedradas, casas encaladas y el aroma de la gastronomía local, como el aceite de oliva virgen extra de la región, complementan la experiencia, convirtiendo a Zuheros en un destino único para los viajeros culturales.




Visitas: 12