Quien suba al Instituto de Bachillerato de Martos, no encontrará estos edificios. De hecho, se demolieron hace ya bastantes años. Un fallo en la estructura obligó a la demolición del parte del centro de enseñanza tuccitano y su posterior reconstrucción. Aún con todo, durante algunos años muchos alumnos dieron clases en aulas prefabricadas e instaladas en la explanada y pistas deportivas.
Para mí estas fotografías tienen un significado especial. En ellas realicé mis estudios de bachillerato. Fueron años agridulces. Recuerdo buenos momentos, inolvidables, diría. Y también los hubo malos, muy malos. Pero era nuestra vida cotidiana durante gran parte del año. Acudir a las clases y reencontrarse a diario con los amigos y compañeros. Anécdotas las había cada día y no puedo negar que las atesoro en mi memoria con cierta melancolía. Fueron tiempos felices, sin duda.
Tengo que confesar que encontrarme estas fotografías me ha animado a compartirlas en mi blog.
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