Hoy quiero detenerme en uno de los rincones de Cádiz que sirven de entrada al centro histórico.
Prácticamente enfrente de las puertas de Tierra, existe uno de los arcos al que seguramente es uno de los barrios más antiguos de la capital gaditana: el de Santa María.
Es el más meridional del centro histórico. Se extiende desde las Puertas de Tierra hasta la plaza de San Juan de Dios y el Pópulo.
Se trata de un barrio humilde en el que, por tradición, existe mucho arraigo al flamenco. No en vano, en esta parte de la ciudad nacieron personajes vinculados al cante jondo como Enrique el Mellizo. Es un entorno urbano de calles estrechas y serpenteantes, balcones con geranios y un sabor genuinamente andaluz.
Aquí existe una intensa devoción a Jesús Nazareno, y es que el Miércoles Santo, despierta un especial sentimiento religioso por las imágenes de dos de las hermandades que procesionan por sus calles: el Señor de la Salud y Jesús de la Sentencia.
Surgió en el siglo XV cuando la población busca espacio para asentarse fuera de las murallas medievales. El nombre viene de una capilla que existía en este lugar dedicado a la advocación de Santa María. Con el tiempo, se convirtió en un convento del mismo nombre.
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