Ubicada a las afueras del municipio onubense de San Bartolomé de la Torre, se trata de una atalaya edificada, probablemente, entre los siglos XIV y XV.
La finalidad que, usualmente, tenían estas edificaciones era la de realizar labores de vigilancia y control de la zona que le rodeaba. Su posición elevada respecto al terreno circundante hizo que dominara las vías de comunicación de la cuenca del Andévalo occidental y de la Sierra.
En una época en la que era práctica habitual de los monarcas ceder territorios a señores con el fin de fomentar la repoblación y para su defensa, promovió estas torres-atalayas. Abundando en el conflicto que surgió entre el reino de Niebla y el señorío de Gibraleón, al cual pertenece esta torre, sirvió no solo a la delimitación de las respectivas jurisdicciones territoriales, también para el control de los caminos.
Actualmente ha sido declarada Bien de Interés Cultural, aunque según nuestras fuentes consultadas, no está permitida la visita a su interior.
Visitas: 0
