Inaugurado en 1949, ha sido en lugar en el que han acudido generaciones de marteños para escapar, aunque sea durante un par de horas, de la rutina diaria y sumergirse en un mundo de fantasía junto a tus amigos.
Parece ser que ya existía antes de estos años, aunque ubicado en otro lugar de la plaza de la Fuente Nueva, hasta que ocupó el espacio de un antiguo taller mecánico, el emplazamiento que ha llegado a nuestros días.
Su existencia fue gracias a la empresaria, la viuda de Miguel Pérez. Tenía un aforo de casi 800 localidades y en él no sólo se proyectaban películas. El espacio era bastante versátil, pues contaba con un escenario en el que se podían representar todo tipo de actividades culturales e, incluso, mítines políticos.
Desde la década de los años 90 del siglo pasado, dejó de funcionar, aun cuando se realizaban actos esporádicos entre sus muros. Desde hace ya bastante tiempo, el local se encuentra abandonado y en un estado de ruina.
A pesar de que su fachada está incluida en el catálogo de inmuebles de interés artístico por su estilo de inspiración historicista, el edificio se encuentra en la actualidad a la venta por algo menos de cuatrocientos mil euros. Eso es lo que reza las fuentes consultadas.
Sería una lástima que, al igual que el cine de verano, se acabe perdiendo este espacio tan querido del municipio jiennense de Martos.
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