A finales del siglo XV, por la situación fronteriza de la fortaleza de la Mota, se requirió erigir torres vigía, separadas entre ellas por una distancia máxima de dos kilómetros. El objeto de esta disposición es proteger la ciudad y su castillo de una manera más efectiva.
De todas ellas, quedan en pie aproximadamente una docena. Fueron construidas unas por los árabes para proteger el reino de Granada. Otras se levantaron por las fuerzas cristianas. La torre del Cascante se encuentra entre estas últimas.
Se halla en el camino de Frailes, sobre una elevación del terreno del mismo nombre, al suroeste de la ciudad de Alcalá la Real.
Una de sus particularidades es que la entrada se encuentra en alto. Para poder entrar se requería de unos troncos de madera dispuestos horizontalmente y embutidos en el cuerpo de la torre.
Actualmente se encuentra en una finca privada, por lo que no es accesible.
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